MIAMI: El próximo 8 de Octubre se va a efectuar el Operativo Grapas, una experiencia interactiva de arte, a través de la cual la artista Patricia Van Dalen presentará su más reciente cuerpo de trabajo, en el que utiliza la grapa, como elemento estético, además del siempre denominador común en su obra, el color.
En el Operativo Grapas los asistentes podrán participar en una secuencia de actividades que emulan los procedimientos de una oficina pública, evidenciando la relación entre arte y burocracia.
La exposición en el Operativo incluye más de cien obras, en nueve series distintas, de diferentes formatos, todos en papel: Engrapadas, Pinboards, Postcards Au bord de la Seine, Cartelera, Automáticas, Letters Au bord de la Seine, Engrapados, y Paper Rug.
La férvida y generosa imaginación de Patricia Van Dalen ha servido de catalizador para más y más creatividad. Las grapas han juntado palabras, pensamientos, poemas. Textos que escucharán en voz alta quienes asistirán a la Operación Grapa y que aquí les susurramos en anteprima para que cada uno de nuestros lectores los pueda leer para sus adentros.
«Una grapa es una grapa es una grapa»
de Cynthia Rodríguez Peraza
Una grapa es una cosa sin ninguna importancia, que tiene unos fines limitados. En ese contexto la grapa pasa desapercibida. La grapa está, pero casi nunca la vemos.
La grapa hace de grapa y por ello no estorba.
Pero si esta grapa sale de su hábitat se convierte en otra cosa.
La grapa fuera de contexto sí que la notamos. Y la notamos porque nos choca.
¿Por qué tendría una grapa que ser parte de una obra de arte? ¿Qué tendría que venir a hacer un artículo como este en medio de una pieza que busca la trascendencia?
Pero resulta que ya no estamos ante la grapa sino ante su imagen, que ha sido captada por otro artefacto y puesta sobre otro soporte. La grapa es ahora una imagen impresa, una reproducción.
La grapa ya no existe. Ya no es una cosa. Es una imagen de esa cosa.
Ya no hay dos elementos que unir. Ya no hay unión. Ya no es perecedera, porque no se puede caer de allí. Ya no es metal sobre cartón o papel. Ahora es una línea. Una línea que no es plana, que proyecta una sombra sobre los elementos que tiene detrás, además.
Al final ¿qué es más fuerte? ¿La grapa o la línea?
¿La cosa o la idea que tenemos de ella?
¿Puede esa línea ser línea y grapa, representación y cosa al mismo tiempo?
«Engrapados de Patricia Van Dalen»
de Miguel A. Sucre S.
Esta mañana salí al jardín y vi el hermoso azul del cielo, las blancas nubes, el sol brillando, los diferentes tonos de verde de las plantas, el tostado color de las hojas secas y otros brillantes colores de las flores, me sentí feliz. Entonces caí en cuenta que los engrapados eran la representación condensada de mi jardín, la representación de mis sentimientos, la representación de la vida misma.
de Mercedes Elena González
Azul:
Aquel del fondo de estrellas, el de las lágrimas de lluvia.
Amarillo:
La luz que se parte y estalla en los ojos de mi gata.
Verde:
El que crece húmedo y salvaje en esta Tierra de Gracia.
Naranja:
Ácido, fragante y maduro. Intenso.
Rosa:
Entre los pétalos reposan todos sus tonos.
Sepia:
La tierra escarbada y seca. Polvo mágico.
Gris:
El que se hunde en las nubes cargadas.
Rojo:
Yo soy el protagonista de todas las pasiones. Palpito.
«Breve Lección de Demiurgia»
de Ricardo Abend van Dalen
- Unión de los Opuestos:
α) Reducimos el número de objetos al crear un nuevo objeto.
β) Dependemos de quienes de nosotros dependen.
- Demostración de la Unión de los Opuestos en la Teoría de Grapas:
α) Engrapados, los materiales pasan a ser Engrapadas.
β) Sólo hay grapas si hay algo que engrapar.
«Grapas»
de Raquel Abend van Dalen
Son mínimas porciones del universo que atan lo que podría ser innombrable. Astillas de plata anuncian su presencia desde la carencia, desde el exceso, hasta ajustarse en su justa medida junto al color. Tiene sentido: reinan desde lo invisible.
«Grapa»
de Adalber Salas Hernández
Casi nadie lo sabe, pero las grapas se encargan de sostener el mundo. No porque sea un secreto, sino porque no queremos acercar la mirada: significaría fijarnos en lo minúsculo, en las regiones terriblemente pequeñas que separan a cada cosa de todas las otras –y lo mínimo nos horroriza más que lo monumental, pues nuestra intimidad está hecha de minucias. No obstante, si somos cuidadosos, también veremos las grapas, los tenues puentes de metal y brillo apagado que franquean esos abismos imposiblemente breves e imposiblemente hondos. Son ellas las que hacen posible el paso de un lugar a otro, las que estrechan la distancia entre los cuerpos, las que hacen indecisa la línea que separa a dos colores ensimismados.
de Juan Ledezma
Grapa, la palabra se asoma
en-las-rendijas-del-discurso.
Desasida, a-lumínica se pronuncia
color.
de Eduard Reboll
así la luz
entrara por el alféizar de la ventana
sentí el hedor del vértigo
la textura del trigo entre las sombras
los edificios espiga llenos
de cobrizo y electricidad humana
anchos, corpóreos, con el resplandor
de la habitación y el blanco en sus tabiques
cosidos uno a uno…tú
la tiniebla, el eclipse que opaca el Amarillo
nuestro común atardecer en el Hudson
la orilla, el agua de la lágrima de ahora
la nota del saxo, el resplandor del alba
desde el metal de la grapa
comprimida en un plano
…Manhattan
de Juan Luis Landaeta
Convocados
en la línea mineral
del acero
este sencillo moldeable
espíritu que muerde
sujeta lo que toda
estructura teme anhelar
el tráfico de coordenadas
el pulso inquieto
que dicta este aquí
La obsesión de los ojos
entenderlos
clavar en la génesis
el signo de duda
la pirámide que invierte
los ámbitos
fogosas laderas
para ensordecer
el sentido
prisma de las veces
en este abrazo reunido
de David Malavé Bongiorni
(Quien en la vida real fuera psiquiatra y psicoanalista y se engrapó en librero y ahora incipiente editor)
En términos psicoanalíticos la grapa es un síntoma o cortejo sintomático que conlleva a un sufrimiento, pero que sin embargo nos preserva de un padecimiento más grave, incluso atroz, como la psicosis o las enfermedades psicosomáticas severas.
De lo que se trata es de ligar, de ¨engrapar¨ a través de un nuevo síntoma, la defusión de la pulsión tanática. Es una seducción sintomática que tiene como objetivo distraer la pulsión de muerte de su objetivo de silenciarnos.
Grapa fue el galimatías de ¨Finnegans Wake¨ cuando el gran James Joyce, agotó el discurso como vía de representación luego de legarnos su reinterpretación de la Odisea… su Ulyses.
Grapa fueron sus afecciones digestivas y las continuas ulceraciones de sus córneas, que lo preservaron hasta la muerte del vacío de sentido, de la imposibilidad de ligar lo irrepresentable, lo inefable, lo ignoto.
Grapas fueron los desesperados garabatos alfabéticos de Basquiat, cuando le abandonó la capacidad de representación plástica. Cuando no pudo engrapar más, se lo llevó la muerte disfrazada de heroína. Por supuesto hay grapas gloriosas, diría incluso llenas de luz como las de ese mago engrapador y del color que fuera Vincent Van Gogh; las grapas de lo trascendente como fueran los poetas William Blake o nuestra Ida Gramcko; grapas felices, incluso vitales, como las propuestas por Patricia la pintora, Patricia Van Dalen.
Grapas encontramos en la vida cotidiana, en la creación artística, intelectual y, sobre todo, en el exilio. Vivimos engrapando nuestros fragmentos para rehacer nuestras vidas, para elaborar el duelo sin fin de un país devorado por las llamas de un narcisismo irresponsable revestido de anacronismos ideológicos.
¿Cómo engrapar esa herida abierta en nuestra psique, llamada Venezuela?
Si hubiera sido cirujano, me la pasaría engrapando heridas, con ello sentiría que estoy reparando. En cambio, errante como tantos otros y, desde mi oficio, me toca convalidar, hacerme cómplice de los ¨collages sintomáticos¨, que de los fragmentos vamos juntando. ¡Obligados estamos a seguir en pie!
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No te pierdas la oportunidad de transcurrir una tarde engrapando sueños, fantasías, colores y palabras junto con Patricia Van Dalen. Es un evento gratuito y para toda la familia.
Patricia Van Dalen es una artista venezolana residenciada en Miami cuya trayectoria se extiende por más de treinta años. Tras estudiar Diseño Gráfico en el Instituto de Diseño Fundación Neumann IDD, en Caracas Van Dalen viaja a Francia y trabaja en París con el artista cinético Yaacov Agam en la creación del Método Agam de Educación Visual.
Su producción artística ha sido objeto de numerosas exposiciones individuales en Venezuela y Estados Unidos, siendo las más relevantes: Pinturas y dibujos, Galería Minotauro, Caracas, 1985; Patricia Van Dalen, Sala RG, Casa de Rómulo Gallegos, Caracas, 1991; Primavera, Sala Mendoza, Caracas, 1993;Casa/Jardín/Ventanas, Universidad Simón Bolívar, Caracas, 1998;Del cosmos al jardín, Museo de los Niños, Caracas, 1999; Luminous Gardens, Fairchild Tropical Garden, Miami, 2003; Color fragmentado, Sala TAC, Caracas, 2008; Colección primavera-verano 2010, Galería La Cuadra, Caracas, 2010; el proyecto expositivo El color como estructura, Centro Cultural Chacao-La Caja y Galería GBG Arts, Caracas, 2012; y High Voltage, ArtMedia Gallery, Miami, 2013. Asimismo, ha participado en numerosas exposiciones colectivas en diversos países, tales como Bienal de Guayana, Salón Aragua y Salón Michelena en Venezuela; Salon Grands et Jeunes d’Aujourd’hui, en Francia; Novos Valores da Arte Latino-Americana, en Brasil; Bienal de Estandartes, en Tijuana, México; y Bienal Barro de América Roberto Guevara, en Venezuela y Brasil.
Además de una extensa producción de obras sobre tela y papel, representada en colecciones privadas y públicas a nivel internacional, Van Dalen ha realizado múltiples instalaciones efímeras en espacios públicos, algunas de gran escala, principalmente en Venezuela y Estados Unidos. En 2011, Fragmented Light fue creada especialmente para el Miller Learning Center, Universidad de Georgia, Athens, GA, y en 2014, Natural Intersections para el jardín botánico The Kampong, Coconut Grove, y Data Hall, para el Center for Computational Science de la Universidad de Miami. Su interés en la intervención de espacios arquitectónicos ha quedado igualmente de manifiesto mediante la creación de obras de carácter permanente en residencias privadas en Caracas y en Miami, así como también de murales públicos como Jardín Lumínico y Pajaritos en Caracas, y Jardín de Calas, en Río Caribe, Venezuela.
A lo largo de su carrera, Van Dalen ha sido merecedora de diversos reconocimientos entre los que se destacan el Segundo Premio de la II Bienal de Artes Visuales Christian Dior, Caracas, 1991; Primer Premio del I Salón Nacional de Artes Visuales, Caracas, 1992; Premio Único del Concurso de Ideas para la Galería-Mural de la Autopista Prados del Este, Caracas, 2001; y Premio AICA Artista Consagrado 2010, otorgado por la Asociación Internacional de Críticos de Arte / Capítulo Venezuela.
Van Dalen ha sido profesora en la Fundación Instituto de Diseño IDD y en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela, y dicta con frecuencia talleres de color en varias instituciones educativas y culturales.
Con una producción inscrita dentro del arte abstracto, su obra reciente explora la idea de la fragmentación de la forma, de la línea, del espacio y el color.
Hablando de su trabajo la artista escribe: Desde hace más de tres décadas he estado interesada en la abstracción, en la intervención temporal de jardines y edificios educativos, y el diseño de obras permanentes específicas para espacios arquitectónicos tanto públicos como privados. Deseo crear ideas visuales que gocen de una gramática propia y que generen preguntas en los observadores para hacerlos conscientes del color y de la construcción de las formas con elementos simples. Me gusta tomar un espacio y transformarlo con el fin de producir asombro en aquellos que hacen uso de él.
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