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Editorial Ígneo

Presentación en CUNY de dos libros venezolanos

NUEVA YORK: El primer viernes de cada mes en CUNY hay una cita con la literatura latinoamericana gracias a una iniciativa de los docentes Nora Glickman y Alejandro Varderi. Una iniciativa muy apreciada por autores y lectores.

En Marzo fue protagonista la revista de creación literaria en español Enclave, que ha llegado a su cuarta edición y es co-editada por CUNY y los docentes y escritores Nora Glickman, Laura Sabani y Alejandro Varderi.

El primero de abril será dedicado a la narrativa y serán presentados dos libros venezolanos: Mariconeríasmías de Diego López Bruzual, publicado por la Editorial Ígneo y La otra isla de Francisco Suniaga, publicado por Oscar Todtmann Editores.

Mariconeríasmías, libro, que con gran visión publicó la pujante Editorial Ígneo, es una ópera prima de Diego López Bruzual, bailarín, actor y terapeuta quien, con humor y liviandad, toca vivencias y realidades muy profundas.

Diego López Bruzual recoge en dibujos, preguntas y poemas todo lo que se le va pasando por la cabeza y el alma; sus «mariconerías», esa frase particular que usamos los caribeños para enunciar todo eso que parece un capricho pero que, al final, es parte esencial de lo que nos conforma como individuos. Y sí, también sus experiencias homoeróticas, que al final trascienden cualquier género y etiqueta y no son sino las experiencias amorosas de cualquiera de nosotros.

Lo hace con el candor, la agudeza y la frescura de alguien que ha luchado siempre por no contaminarse con lo terrible del mundo.

Mariconeriasmías, escribe la Editorial Ígneo, “es un libro insurgente. Y no lo es por su título, ni por sus ilustraciones. Lo es porque el personaje-autor se atreve a ser, sin tapujos, y a vivir todo eso que es. Está contento y está triste y se queja y celebra y se enamora y llora también y es una nube y es suelo y es cualquier cosa que se le ocurra. En una época marcada por el peso de la apariencia, Diego López Bruzual escribe cuanta mariquera se le pasa por la cabeza y el alma. Habla también de política, de Venezuela, del cosmos, de la locura.

Influido por Duane Micheals — ese fotógrafo de las secuencias, los montajes y las apariciones — Mariconeriasmías (que es poesía y es narración y es ilustración y desde allí también se opone a ser encasillado, delimitado) cumple con aquello que Ginsberg le pedía a los escritores: hablar con la musa como se habla con los amigos. El muso de Diego no es complaciente, no es sumiso; está vivo, vivo como un fuego artificial. Todo lo que nos cuenta aquí son mariqueras suyas: las mariqueras más importantes y más abismales de existir”.

Raquel Abend Van Dalen y Violette Blue, presentarán y comentarán las «mariconerías» que son canto a la libertad de expresión y a la diferencia. Pero también a lo que nos une: el amor, el miedo, la tristeza, la incertidumbre , la certidumbre; la experiencia de estar vivos.

Francisco Suniaga presentará su libro La otra isla. Esta novela mediante la narración paralela o simultánea construye un amplio entramado de acciones y personajes que se cruzan y se potencian alrededor de una indagatoria policial. Podríamos decir que este es el detonante que desencadena la intriga, porque sin duda hay intriga y sorpresa, por más que éstas sean llevadas por una mano diestra y serena que las va entregando en las requeridas dosis de revelaciones y ocultamientos. Sin embargo, por encima y por debajo de este esquema narrativo, se nos presenta la crónica de un lugar, una isla, la Isla de Margarita, pero no la Margarita que estamos acostumbrados a ver, sino más bien la isla vista desde la otra cara de la luna: la isla profunda, con la chatura y la riqueza de su vida cotidiana, con la degradación y expoliación de que ha sido víctima, con sus ritos y costumbres que pugnan por mantenerse, con su indolencia y su burocracia.

En su reseña Liliana Fasciani escribe: ¿Qué tienen en común los alemanes y los margariteños? Aparentemente, nada. Y sin embargo, en esta historia, que refleja otras pequeñas historias, se hace patente que algo tan personal como los sentimientos, los sueños y las frustraciones pueden ser y sentirse de maneras muy semejantes, no obstante las diferencias de origen, lengua y cultura. Y también: La novela engancha desde las primeras líneas: «El dios que dio origen a ese espacio no tuvo escuela ni siguió método alguno…» Quien ha estado en la Isla entiende en el acto qué significa esta frase. Quien todavía no ha ido, no puede menos que sentirse atraído e imaginar dónde queda el paraíso.

Pero, también hay que decirlo, es una disección del ser y del hacer margariteño: el lenguaje -«aquel español pagano e impenetrable, próximo a un código secreto, que habla la gente de la mar»-; el clima -«sintió que la envolvía una brisa caliente y húmeda, con el olor de un mar desconocido»-; los sonidos -«El ruido constituyó para ella una barrera física que la obligó a detenerse desconcertada»-; el tráfico -«Muchos autos eran viejos, destartalados y contaminantes…ejecutaban algunas maniobras que juzgó demasiado imprudentes»-; la ciudad -«Las edificaciones que había a las márgenes de la autopista le resultaron extrañas, le parecieron inconclusas… Entraron en la ciudad… apreció que el paisaje urbano cambiaba radicalmente»-; el progreso -«En el presente, tampoco la ignoraron los turistas nacionales y extranjeros que en tres décadas acabaron con su identidad, con sus lugares naturales y la transformaron en una inmensa tienda libre de impuestos»-; el amiguismo -«Él había aprendido, tras pagar un alto precio, que en esta tierra a los amigos se les concedía todo y a los que no lo eran sencillamente se les aplicaba la ley»-; la vida -«Era su hora a solas, la que apartaba para navegar desde la popa de su terraza sobre las vicisitudes de vivir en un lugar como Margarita, donde no existían certidumbres de nada sino expectativas o acaso esperanzas de todo»-; la noción de ley -«Gente que no entiende… que este es otro mundo…, donde todas las reglas son difusas y, paradójicamente, la única regla cierta es que no hay regla cierta»-; la idea de tiempo -«Que para comprender el significado pleno de ‘mañana’ antes había que saber que allí, el tiempo es una magnitud distinta, condicionada por un tejido infinito de contingencias personales contra lo que nada ni nadie puede luchar»; la violencia -«una savia que alimentaba lo cotidiano y se movía oculta bajo la aparente docilidad de la naturaleza y bondad de la gente»-; la gente -«Margarita, la isla de la utopía, el único lugar del planeta donde todos mandan y nadie obedece»-; los gallos… ¡Ah! Pues, sí, también los gallos, esos pintos, giros, zambos y marañones que apasionaron y perdieron a Wolfgang en aquel coso que, cuando lo vio por primera vez, pensó que era una especie de templo en el que se celebraba algún rito sagrado. Quizás su primera impresión no estuvo tan lejos de la realidad.

Francisco Suniaga es abogado con posgrados en Relaciones Internacionales en la Universidad Central de Venezuela y en Columbia University, Nueva York.

Dictó clases en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela entre 1987 y 2006. Escribió columnas semanales en los diarios El Nacional, El Universal y Economía Hoy y fue editor de la revista Éxito, especializada en temas de economía y política entre 2004 y 2009.

En 2005 salió a la luz su novela La otra isla (Oscar Todtmann Editores), publicada también en

Alemania (Mare 2011) y en Francia (Asphalte 2013). En 2008 publicó El pasajero de Truman (Random House Mondadori), la novela más vendida en Venezuela en lo que va de siglo; y en 2012, la novela Esta gente (RHM). En 2010, publicó, también con RHM, el libro de relatos de autoficción Margarita infanta, obra que recoge sus primeros escritos literarios.

En 2011, fue escritor invitado al International Writers Program de Iowa University.

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