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One Art Space

One Art Space: “Eyesigh is Insight” una muestra grupal en solitario

NUEVA YORK: El arte como emoción, el arte que no necesita explicaciones, que penetra nuestro inconsciente y llega a nuestro ser más profundo despertando sensaciones, anhelos y recuerdos.  “Eyesight is Insight” exposición que quedará abierta hasta el 3 de septiembre en la Galería One Art Space, reúne a tres artistas venezolanos, Anita Pantin, Leonor Mendoza, Hermann Mejías, un norteamericano, Bryn Jayes, y un inglés Terry Smith, muy distintos entre ellos, quienes a través de pinturas, esculturas, dibujos y videos, buscan el contacto emocional con el público sin la mediación de explicaciones y palabras.

Basándose en el concepto del teórico alemán Rudolph Arnheim, para quien el arte es sobre todo emoción y sentimiento, la curadora Elizabeth Villar nos explica que “la idea surgió como un experimento curatorial cuyo propósito era dejar que el espectador interpretara visualmente la obra sin el soporte del texto que generalmente acompaña una exhibición. Sin el soporte verbal del curador o del artista el espectador puede establecer una relación personal con lo que ve”.

Romper los esquemas de la relación público – artista es un reto que, según la curadora Elizabeth tiene que recoger antes que nada el espectador “al encontrarse desnudo sin el escudo de la palabra del curador, quien normalmente guía a la persona durante su recorrido en la sala. Tampoco hay una explicación de porque el artista realiza la obra y qué le ha llevado a producir determinada técnica. El espectador tiene que entablar una relación personal con la obra de arte”. Experiencia innovadora e importante para los artistas. Anita Pantin quien mezcla el arte tradicional con los nuevos adelantos de la tecnología habla de las emociones que le regala el proceso creativo:

“No puedo pintar con la alegría y el goce con que pintaban los artistas
 de todas las épocas, me queda sólo acercarme lo más que puedo a un arte que no me siento capaz de hacer. Me dedico a sentir lo que hace posible 
la pintura: cómo se mueve el cuerpo, con una coreografía que va 
cambiando lo que vemos, con la consistencia de la pasta, la presencia
 de los colores y la relación entre ellos apenas llegan al soporte. Es un cambio permanente de ritmo, impuesto por la manipulación de los útiles,
 recipientes y herramientas”.

Bryn Jayes quien utiliza técnicas tradicionales para expresarse, habla del largo y minucioso trabajo que está detrás de cada pintura. “Mis pinturas cambian a medida que van apareciendo y mi temor es que las personas no perciban el trabajo que hay detrás de cada capa.  
Siento que mi obra no puede prescindir del pasado con su historia, del presente que enseña a cada minuto como utilizar de la mejor manera posible un medio tan imperfecto, y del futuro como búsqueda de las posibilidades visuales que esconde la obra y que pueden ser transmitidas”.

Anita Pantin agrega: “Con las nuevas tecnologías me acerco a las artes plásticas tradicionales para reconocer y revivir, lo más posible, la acción, el gesto, el tempo, 
la sensualidad y el temperamento creadores de la obra de arte. En ocasiones, con la manipulación en vivo del material grabado (VJ, video jockey), busco
 la espontaneidad, inmediatez e intimidad del pincel.
 Es como hacer pintura lo mas cerquita posible, grabando con el lente 
macro del video, y luego bailando con su imagen. Es como acercarme, no
 sin regret, a algo que sé infinito, para profesarle mi agradecimiento,
 mi amor a un arte que nos ha hecho humanos”.

Conceptos similares, conexiones profundas con las emociones surgen del trabajo del londinés Terry Smith, de las esculturas de Leonor Mendoza que une materiales y técnicas distintas para expresar sus sentimientos, su percepción del entorno y de la vida, y de las obras de Hermann Mejías quien recorrió un largo camino de la ilustración a la pintura y quien logra hoy juntar la pureza del trazo con la creatividad llena de emoción que vierte en sus obras.

Cada uno de los autores ha logrado un mismo objetivo a través de caminos diversos: dejar a sus obras libres de entablar una muy personal relación con el espectador y con el inconsciente de cada persona.

“Mi mayor logro – concluye la curadora Elizabeth Villar – es la expresión de alivio que muestra el visitante al poder experimentar con libertad e interpretar a su manera la obra.

Quisiera definir  “Eyesigh is Insight” como una muestra grupal en solitario”.

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