La vida es un país extranjero
Jack Kerouac
CARACAS: El título del Salón Jóvenes con F.I.A. de este año 2015 es Metáforas de la emergencia o las balsas de la Medusa y en este participan varios artistas venezolanos que han partido al exterior o están en pleno proceso de emigración; se encuentran en medio una travesía ardua e incierta como los personajes retratados por Theodore Gericault entre 1818 y 1819 en la obra que da nombre al salón. La Medusa regresaba del noroeste de África cargada de riquezas cuando, en alta mar, naufragó y 146 de sus tripulantes debieron confeccionar una balsa con los restos de la embarcación en la que pasarían unos quince días a la deriva. A diferencia de la obra de Gericault, profundamente dramática y oscura, las fotos de Kelly Martínez, expuestas en la galería D’Museo, parecen evocar más un sentimiento de esperanza ante lo incierto.
La obra presentada por Martínez es un políptico fotográfico de seis piezas en blanco y negro que muestran paisajes, mementos de los viajes o “road trips” que realiza con su esposo a través de las largas carreteras del sur de los Estados Unidos así como un texto poético que habla de su relación con el gigante del norte, con el camino, con la literatura de Jack Koruac y la música de Bob Dylan. No Direction Home de Kelly Martínez, parece mostrarnos la realidad posterior al rescate de los balseros; estos habitan ahora un suelo extraño e indiferente a sus penas en altamar, en donde los hombres se pierden en la inmensa vastedad entre el cielo y la tierra. La realidad que estos viajeros accidentados encuentran no es sino la imagen “espejeante” del mar del que han logrado escapar: el andar no cesa y la meta se pierde, con el ojo, en el lejano horizonte. Sin embargo la última fotografía muestra una señal de tránsito que reza “One Way”: el único camino posible es el avanzar, atrás quedan las tierras vividas y los senderos recorridos; el futuro —y todo lo que este conlleve— espera adelante y la esperanza, aquella ave de dulce canto, llama a lo lejos.
“No Direction Home…”, se lamentan los tripulantes de la balsa de la Medusa mientras está da tumbos en la inmensidad, sin dirección aparente. A lo lejos, casi imperceptible un barco se aproxima a ellos.