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Maria de Echevarria

Exposición de RP Browne y Maria de Echevarria

NUEVA YORK: Dos importantes y reconocidos artistas, Rodrigo Pérez Browne y Maria de Echevarria, expondrán sus obras en el Consulado General de Argentina de Nueva York.

RP Browne es pintor, arquitecto y diseñador. “Su instintiva visión artística filtra la materia prima de la realidad con expresiones mentales desconcertantes. Firmemente arraigados en experiencias de vida, su trabajo, arte y escritos trascienden los sentidos en proyecciones reveladoras”.

La serie que presentará en Nueva York, titulada APEX, ha sido, en palabras del autor «como un viaje de descubrimiento al interior del reino primitivo que coexiste con nuestro mundo urbano moderno.»

En su Manifiesto artístico, Safaris telescópicos en una ciudad de millones, R. P. Browne explica: Entre las cosas más preciadas que solía hacer de chico estaban los safaris telescópicos. En ocasión de un cumpleaños – probablemente el 12vo- recibí como regalo un paquete largo, misterioso. Presa de la ansiedad me deshice del envoltorio, y quedé alucinado apenas ver el contenido… ¡un telescopio!

En esa época estaba loco por la astronomía; sin embargo y para mi amarga decepción, el brillo de mi ciudad, con millones de habitantes, hacía que mi flamante regalo fuese completamente inútil para escudriñar los cielos nocturnos. Muy pronto, en un espectacular trueque de intereses científicos, encontré un uso nuevo para este juguete especial. Yo vivía con mi madre y hermanos en un departamento en Buenos Aires, convenientemente ubicado en la intersección del Zoológico y el Jardín Botánico. Nuestro departamento estaba en el primero de un edificio de catorce pisos, y a pesar de estar estrictamente prohibido para alguien de mi edad, comencé a trepar a la terraza de la azotea en cada oportunidad disponible.

Más tarde, en la pubertad, le apuntaba a mujeres tomando sol en las terrazas de sus elegantes propiedades; sin embargo durante esos tiempos más inocentes, en el Zoo estaba toda la cacería para mí. Mirando el parque desde esta cima, los animales se veían diferentes: inofensivos, y silenciosos, pero así todo fascinantes. Parecían más reales que en Zoo mismo, ya que hacer foco en ellos desdibujaba los barrotes de las jaulas, y aislaba la multitud de visitantes. A diferencia de la escenografía africana de la serie Tarzán en nuestra TV blanco y negro, o de los especímenes embalsamados en el museo de mi colegio privado, los animales que me mostraba el telescopio eran vivaces, coloridos.

De acuerdo con su estatus o celebridad, los leones disfrutaban de un espacio a cielo abierto, separados del público por una profunda fosa perimetral. Allí estaba: un enorme gato peludo gozando el sol del mediodía, completamente indiferente de los cientos de ojos mirando cada latigazo de su cola…a la estrella del Zoo no podían importarle menos las galletitas que le tiraba una jauría de malcriados urbanos. Y ahí estaba yo, el emperador en el APEX de esta cadena alimentaria visual, esperando secretamente que un desafortunado cristiano se cayera a la fosa, para ver el repentino frenesí de un circo romano desatado a cada lado de la cerca.

Muchos años más tarde, en el África real, mi percepción de la jerarquía natural se vio desafiada temporariamente. Yendo de tour por una reserva natural o buceando entre tiburones en el océano dentro de una jaula de barrotes de aluminio, la noción sobre quién era el depredador superior se nubló peligrosamente; ¡yo era el espécimen confinado! ¿Qué tal si hubiera dejado de funcionar la camioneta en medio de la sabana o la puerta de la jaula de buceo hubiera quedado mal cerrada? Subconscientemente me vi a mi mismo como uno de esos molestos visitantes de mis fantaseos diurnos sobre el Zoo quien súbitamente cae en la cuenta que está en el lado equivocado de la cerca; qué estilo para ser mencionado en las noticias banales que millones leerán al día siguiente viajando al trabajo.

Para bien o para mal, la tecnología nos ha puesto en la cima, tal vez muy rápido o demasiado pronto. ¿Habremos tan solo ampliado el sistema de depredación, llevándolo a un nivel más alto? La realización de esta serie ha sido como un viaje de descubrimiento al interior del reino primitivo que coexiste con nuestro mundo urbano moderno.

En un punto de esta travesía tomé 143 impresiones de pantalla del Google Earth, y pacientemente las cosí unas con otras formando un fondo urbano pantanoso para una de las piezas más grandes. Al hacerlo pude sentir el eco distante pero maravilloso de estar de vuelta en esa nube alta y poderosa; una vez más ahí arriba como el Ojo que Todo lo Ve.

Maria de Echevarria presenta «Landscapes in My Mind», Mis Paisajes. La pintora argentina plasma en el lienzo lo que siente ante la belleza, serenidad y fuerza del paisaje. El estilo es semi-abstracto y la paleta alterna de vibrante a contenida. En estas 16 pinturas la luz desempeña un papel esencial, la exquisita luz que observamos desde el alba hasta la puesta del sol.

De Echevarría comenzó a pintar en 1991 y tiene talleres en el área de Nueva York y en Santa Fe, Nuevo México. Tomó clases en The Art Student League of New York y con el pintor peruano Reynaldo Bisetti, pero se considera básicamente autodidacta.

En Nueva York María ha presentado sus obras en numerosas exposiciones. Entre ellas se destacan las muestras individuales en la sede de las Naciones Unidas, el Salón Galería del Consulado de la Argentina, la Living Room Gallery de la Iglesia de San Pedro, la Galería 2/20, la Galería Montserrat y el Treasure Room Gallery de The Interchurch Center.

María también ha expuesto en galerías en Nueva York y Florida. En Buenos Aires participó en la Exposición Anual de Arte Contemporáneo Argentino llevada a cabo en el Palacio San Martín y en la feria internacional de arte ExpoTrastiendas.

Sus obras están en colecciones de arte privadas, gubernamentales y corporaciones y han sido tapa en un par de publicaciones de difusión internacional (Public Equity International e Interciencia).

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