NUEVA YORK (Sábado 6 de agosto): Para celebrar los 45 años del histórico “Latin Fusion Apollo Sound!” el Lehman Center for Performing Arts nos propone una noche especial durante la cual podremos disfrutar de un concierto de Robero Roena con la participación de los cantantes Tito Cruz, Sammy González, Papo Sánchez y Carlos Santos.
Músico bongosero, Roberto Roena, originario de Puerto Rico, es uno de los directores de orquesta más cotizados del pentagrama musical salsero. Empezó su carrera musical como bailarín en Puerto Rico, llegando a ser conocido como “El Gran Bailarín”.
Trabajó entre los años 1954 a 1955 en televisión en el espacio semanal “El Show de Cortijo y Su Combo” al lado de su cantante estrella Ismael Rivera, deleitando a los seguidores del combo con algunos pasos de baile casi acrobáticos.
Más tarde Rafael Cortijo le enseño a tocar la percusión.
Tras muchos años de trabajo y de estudio de la percusión en todas sus formas, con la experiencia acumulada en El Gran Combo, Roena decidió formar su propia agrupación convocando a músicos de la talla de los trompetistas Mario Álvarez Cora, ex-compañero del combo de Cortijo y Elías López, el trombonista Osvaldo “Cuchón” Núñez, Al Albreu y Piro Mantilla, entre otros; la mayoría de los cuales habían grabado con Roena en el álbum de Los Megatones, “Se Pone Bueno / It Gets Better”.
El fallecido Al Albreu bautizó la orquesta con el nombre de El Apollo Sound, un nombre que tiene su historia: lo de Apollo porque el 29 de junio de 1969, día en el cual el Apollo 11 fue lanzado a la Luna, la orquesta hizo su primer ensayo y lo de Sound porque reflejaba el empeño de hacer algo diferente, con un sonido distinto y progresivo.
En la noche del 30 de junio de 1999, Roberto Roena sufrió un duro golpe al presenciar como su tío y maestro de baile Aníbal “Andy” Vásquez bailaría su último mambo. La orquesta liderada por Gilberto Santa Rosa actuaba para un vasto público en el legendario Carnegie Hall de la ciudad de Nueva York. Entre los invitados destacados estaba Roberto Roena quien tocó los bongos durante un segmento del concierto como parte de la sección rítmica de la orquesta de Santa Rosa. Aníbal Vásquez también estaba presente, tras bastidores como un invitado de su sobrino. Roena estaba programado para aparecer con su propia orquesta en el salón de baile Copacabana después de la presentación en el Carnegie Hall. Ellos llegaron juntos al Copacabana esa tarde. Como había sido su costumbre, Andy todavía no se sentaba al oír la música que tanto amó y no podía dejar de reaccionar para levantarse a bailar. Roberto Roena y su Apollo Sound estaban en el escenario haciendo lo suyo, mientras Aníbal bailaba con su compañera. Eran casi la una de la mañana cuando Roberto Roena notó que los asistentes estaban formando un círculo en medio del salón de baile y que su tío no estaba en ninguna parte a la vista. Su tío se había desmayado y sólo se apresuró a saltar fuera del escenario hacia el ruedo en el salón de baile para encontrarlo tendido en el suelo. El club nocturno Copacabana está sólo a dos calles del hospital más cercano, en la St. Roosevelt 57 y 9ª Avenida. Fue llevado a la sala de cuidados intensivos y tratado durante algunas horas. Pero tristemente, el tiempo de Andy en esta tierra había llegado a su carrera final. El último llamado fue en el suelo del salón de baile. A las 5:00 a.m. Aníbal Andy Vásquez falleció y dejó un legado detrás de una celebración de la cultura y música latinas con las que contribuyó promoviendo y exponiendo a través del baile. Murió en su ley como lo expresara el propio Roberto.
Roberto Roena y su Apollo Sound, han interpretado una música que aún trasciende a todas las generaciones. Indiscutiblemente Roberto Roena es un baluarte del movimiento de la Salsa que demuestra una vez más que el éxito no estriba en hacerse sino en mantenerse. El pasado junio recibió un reconocimiento del Senado de Puerto Rico por sus 60 años de carrera como músico de salsa.