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Chocó

Chocó, una película que obliga a la reflexión

MIAMI: El Programa de Estudios Andinos del Centro Latinoamericano y del Caribe, (Latin American and Caribbean Center), presentó los largometrajes Chocó del director colombiano Jhonny Hendrix y el Rumor de las piedras del venezolano Alejandro Bellame, ambos enfocados en la problemática de la violencia de género, muy sentida en América Latina pero que sigue siendo uno de los grande males de la sociedad en todo el mundo.

Después de ver la película Chocó pudimos escuchar la ronda de preguntas y respuestas ofrecida por el Director Jhonny Hendrix. Asimismo, gracias a sus explicaciones pudimos individuar ciertas simbologías presentes en el largometraje.

Chocó es la primera película de Jhonny Hendrix como director y guionista. Se estrenó en el Festival Internacional de cine de Berlín, y fue la gran apertura del Festival Internacional de cine en Cartagena. La idea de la película surge por varias razones. En primer lugar lo que motivó al director fue la conciencia del escaso conocimiento y reconocimiento que merece, a nivel internacional, la comunidad afro-colombiana. En segundo lugar, la historia nace porque en un viaje en autobús hacia el Chocó, estado del pacífico colombiano, en el cual se dirigía para realizar una investigación, Hendrix tuvo la oportunidad de escuchar la conversación de dos mujeres mineras.

A pesar de estarse conociendo en ese mismo viaje las dos mujeres empiezan a hablar con gran fluidez de sus intimidades y del amor de sus vidas. Ambas historias de amor habían empezado a partir de una violación y para sorpresa del director las dos mujeres estaban casadas con el mismo individuo que las había violado.

La protagonista de la película, Chocó, posee el mismo nombre de la región, ya que es la personificación de ese departamento del pacífico Colombiano, demostrando la analogía entre la violación de la mujer y la violación del medio ambiente en esa zona.

El director comentó que las quejas de las mujeres de el Chocó son cada vez mayores, pero no exclusivas de esa región, sino que se extienden a nivel mundial “No diría que es una problemática afro, ni del Chocó, ni de Colombia, sino del mundo. Porque cuando estrenamos la película en Berlín una mujer rubia se me acercó llorando y me dijo “¡gracias por contar mi historia!” Era rusa, rubia, ojos azules, nada que ver con este personaje, pero se sentía identificada con la película. El maltrato de la mujer es a nivel mundial, y en toda Latinoamérica las mujeres se sienten identificadas, no importa si viven en el campo o en la ciudad. Yo quise mostrar cuatro mal llamadas minorías en un solo personaje: mujer, afro, pobre, y desplazada; eso no representa una minoría en Colombia”.

El director también quiso rendir un homenaje a su lugar de origen, el Chocó, porque, cuando él salió de ese departamento, siendo muy joven, recuerda haber dejado una selva hermosa, y cuando regresó pudo observar los estragos producto de la minería. “El problema de la minería es bastante fuerte en el Chocó, la selva se está acabando con la tala de arboles y la minería ilegal. Son acciones que  afectan a la comunidad, pero al mismo tiempo la minería es la única forma de sustento de la comunidad”.

Asimismo, el director comentó sobre ciertas simbologías que utilizó en la película. Él quería transmitir en su largometraje, la sensación que da estar en la selva, una zona donde pareciera que el tiempo no transcurre, y el único lugar donde percibes el movimiento es en el agua. Es por ello que el esposo de la protagonista toca la Marimba, único instrumento en el mundo entero, cuyo sonido se asemeja al agua.

En la película el director incluyó ciertas tradiciones ancestrales y costumbres propias del Chocó. “Por ejemplo, cuando las personas adultas mueren les cantan alabados, y cuando los niños mueren les cantan arrullos. La preocupación que tiene la gente mayor es que cuando ellos mueran no habrá nadie capaz de cantarles los alabados porque los jóvenes ya no los cantan. Yo quería dejar documentada esa angustia en la película. Muchas de las escenas del largometraje son momentos que realmente se viven en el Chocó día a día, tradiciones y costumbres que están quedando olvidadas porque los jóvenes vamos hacia otro ritmo y hacia otro lado”.

También comentó que ellos realizaron talleres de violencia familiar, llevaron psicólogos, profesores, y estuvieron vinculados con la comunidad hablando del problema antes de filmar, “queríamos calmar los ánimos, y también que se entendiera el problema, porque el Chocó es un territorio donde se vive fuertemente la violencia de género”.

Jhonny Hendrix pone el dedo en una llaga que involucra a muchas más mujeres en el mundo de las que podemos imaginar. La mayoría de las veces es un problema que ocurre a puerta cerrada, y la perjudicada es la mujer. La intención de este largometraje es dejar el tema abierto a discusión, para buscar soluciones y crear conciencia. La violencia de género es una temática que no está limitada a las zonas pobres o a las poblaciones con menor preparación, tampoco es un mal del cual sufre solamente Latinoamérica, lamentablemente es una violencia que no conoce clase social ni confines. Películas como Chocó y El rumor de las piedras son muy importantes porque obligan a una reflexión y toma de conciencia.

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