NUEVA YORK (Viernes 17 de marzo): En la galería de Americas Society, Gabriela Rangel, la directora y curadora jefe del departamento de Artes Visuales de Americas Society moderará un evento durante el cual presentará, junto con Christina L. De León, Michel Otayek, y Maria Antonella Pelizzari, el catálogo de la exposición Told and Untold: The Photo Stories of Kati Horna in the Illustrated Press (Contadas y por contar: las foto-historias de Kati Horna en la prensa ilustrada) curada por Michel Otayek y Christina De León.
El catalogo, editado por Gabriela Rangel y publicado en asociación con Americas Society, es de tapa dura, totalmente ilustrado y cuenta con las contribuciones de Miriam Margarita Basilio, Christina De León, Andrea Geyer, Ana María Norah Horna y Fernández, Cristóbal Andrés Jácome, Michel Otayek, Maria Antonella Pelizzari y Gabriela Rangel.
Contiene también muchas fotos, algunas de las cuales son inéditas, y artículos de prensa que las publicaron en su momento.
El catalogo representa una guía indispensable para una comprensión profunda del trabajo importante que realizó Kati Horna a lo largo de su vida.
Durante la exhibición que quedó abierta hasta el pasado diciembre los curadores seleccionaron algunas de las fotos realizadas en Budapest, Berlín, París, Barcelona, Valencia y Ciudad de México, ciudad en la cual Horna se estableció en 1939 y quedó hasta su muerte.
Nacida en Budapest en el seno de una próspera familia judía, Horna (nombre de soltera Katalin Deutsch Blau) se instaló en Berlín a principios de 1930 y entró a formar parte de un grupo de activistas, artistas e intelectuales allegado al teórico Karl Korsch y al dramaturgo Bertolt Brecht. En un momento en el que el fotoperiodismo se perfilaba como un fenómeno de cultura de masas, Horna aprovechó la oportunidad para refinar su compromiso profesional, estético y político. Forzada a huir de Alemania en 1933 debido al ascenso del nacionalsocialismo, Horna regresó brevemente a Budapest para estudiar fotografía con József Pécsi. Después se trasladó a París donde vivió hasta su llegada a Barcelona, pocos meses después del estallido de la Guerra Civil española.
Con 24 años y convertida en una de las pocas mujeres en hacer fotografías desde el frente de batalla, Horna publicó sus imágenes valiéndose de un amplio espectro de materiales de propaganda que incluye folletos, periódicos y revistas de amplia circulación tales como Umbral, semanario anarquista del cual fue su principal fotógrafa y directora gráfica.
En la década de 1960, Horna produjo una serie de trabajos profundamente personales, algunos de ellos en la forma de reportajes fotográficos para publicaciones como la revista vanguardista S.nob. Conectadas con cuestiones de género, la transitoriedad y el deseo, estas historias dan testimonio del florecimiento y la madurez creativa de Horna como una artista en el exilio. Durante el mismo período y paralelamente a estos proyectos, Horna también emprendió varios trabajos de fotografía arquitectónica. Sus impresionantes imágenes de hitos de la arquitectura moderna mexicana, como la fábrica Automex de Ricardo Legorreta en Toluca, reflejan su interés en las formas puras y serían recordadas por ella como el pináculo de su vida creativa. En años posteriores, Kati Horna se dedicó a la enseñanza en la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Iberoamericana, en las que sirvió de mentora de numerosos jóvenes fotógrafos entre ellos Flor Garduño, Víctor Monroy, Estanislao Ortíz y Sergio Carlos Rey.