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Cartas de amor a Stalin

En escena Cartas de amor a Stalin

NUEVA YORK: El auditorio del Instituto Cervantes de Nueva York será el escenario en el cual será presentada la obra Cartas de amor a Stalin del dramaturgo argentino Juan Mayorga. La obra será dirigida por Pietro González y contará con la participación de los actores Berioska Ipinza y Luis Moreno, del director de Teatro Pietro González y de Eduardo Gotarredona.

En Abril de 1930, el escritor ruso Mikhail Bulgakov recibió un llamado personal de Stalin. Los dos hombres hablaron acerca de la censura del trabajo de Bulgakov pero al final nada se resolvió. Cartas de Amor a Stalin imagina los efectos devastadores que ese llamado pudo tener en el escritor, y explora la compleja relación entre poder y arte. 

El autor Juan Mayorga en una nota previa del libreto escribe:

Cartas de amor a Stalin es una historia de amor en la que intervienen tres personajes: un hombre, una mujer y el diablo.

Es una meditación sobre la necesidad que tiene el artista de ser amado por el poder, necesidad tan fuerte como la que el poder tiene de ser amado por el artista.

Es una fantasía basada en la terrible experiencia de Mijail Bulgákov, enorme escritor al que el stalinismo condenó al silencio. La acción transcurre en los años treinta, cuando, desesperado por la censura absoluta que cae sobre su obra, Bulgákov se convierte en «escritor para un sólo lector»: escribe carta tras carta a Stalin reclamando o su libertad como artista en la URSS, o su libertad para salir del país. Marginado de una sociedad ante la que se le presenta como traidor, sólo sostenido por el aliento de su esposa, Bulgákov espera en vano una respuesta del gran camarada.

Hasta que un día recibe una llamada telefónica de alguien que se identifica como Stalin. Bulgákov no tiene ninguna duda al respecto: es Stalin quien le llama, quien se dirige a él respetuosamente, quien elogia su obra. Por desgracia, la llamada se corta cuando el dictador está a punto de proponer a Bulgákov un encuentro cara a cara.

Aquella llamada interrumpida es la pequeña base sobre la que Bulgákov levanta una gran esperanza. Tanto como desea ser libre, el artista desea volver a oír la voz del tirano. Ambos deseos le llevan a escribir compulsivamente, a la búsqueda de la carta magistral capaz de conquistar a Stalin. Su deseo de encontrarse con él le arrastra muy lejos del mundo real, al que su esposa quiere mantenerlo unido. Por fin, en su enajenación Bulgákov realiza su deseo: un Stalin fantasmagórico le visita. Pero la mujer no cederá al fantasma su lugar, sin lucha.

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