NUEVA YORK: Cuatro argentinos y un norteamericano en su debut, han presentado sus obras en la recién estrenada “Lilac Gallery” de Nueva York.
Daniel Fionda, Chaval, Santiago Fuentes Bo y José Landoni son argentinos pero viven desde hace muchos años en el exterior y nos dicen que fue una casualidad que se juntaran en esta exposición.
En realidad los dos pintores Santiago Fuentes Bo y Chaval tienen mucho en común. Además de ser gran amigos, como nos explica Santiago Fuentes Bo desde Chipre donde está viviendo, sus obras remiten a temas que van desde lo onírico hasta los recuerdos de la infancia. Son sueños que se tornan pesadillas, y en ambos hay iconas de la infancia como pueden ser los muñecos de peluche. Pero, al detallar sus pinturas evidenciamos las diferencias. La ironía de Fuentes Bo es más evidente así como la influencia de estilos muy contemporáneos como los graffitis.
Chaval juega más con la sátira escondida e inquietante. También hay una diferencia en la utilización de los materiales ya que Fuentes Bo juega con distintos tipo de materiales y sus dibujos pueden ser en madera, metal y pintados con marcadores, esmaltes etc.
Chaval es más tradicional en la utilización de los materiales creando un contraste con el contenido de los cuadros de por sí trasgresor.
Chaval nos confiesa que su trabajo ha ido evolucionando y, tras alejarse de los comics y los graffiti que tuvieron una gran influencia en su pasado, ahora se siente más identificado con el post pop de los años 90. “Desde que llegué a Nueva York nuevos elementos han influenciado mi pintura, desde el arte callejero que admiro, hasta los paisajistas americanos. Me siento influenciado por el pre y el post impresionismo.”
José Landoni y Daniel Fiorda, ambos escultores, han presentado unas obras muy diferentes entre sí.
José Landoni, quien vive desde el 2000 en Nueva York, ha expuesto una selección de obras en madera. Esculturas cuyas líneas nos transmiten armonía, serenidad. Desde las curvas dulces de una espiral hasta la estructura de una pirámide, todo nos lleva a perdernos en un mundo interior lleno de silencios e introspección.
“Trato de armonizar las cosas de mi vida y cuando trabajo alcanzo un alto nivel de relajación. No es fácil porque la vida de todos los días nos llena de stress y necesito de unas horas para alcanzar la armonía interna indispensable para dejar libre mi creatividad”.
Landoni quien considera que Nueva York es una ciudad que abre grandes posibilidades a los artistas, muchas más de las que ofrece Argentina, en los últimos años ha vuelto con frecuencia a su país y tiene planeada una exposición muy grande en varios museos para el próximo año.
“Será un trabajo muy importante tanto a nivel artístico como personal. Iré a crear mis obras en la tranquilidad de una casa de campo, en medio de la naturaleza y del silencio, será como recuperar una parte de mi vida ya que me crié en el campo.”
Muy distintas las obras del segundo escultor, Daniel Fiorda. Cuadros blancos esconden los ojos oscuros de unas cámaras fotográficas que parecen querer penetran hasta nuestros más remotos pensamientos. En otros sobresalen unas viejas máquinas de escribir.
“Son objetos que voy recuperando del olvido. Las máquinas de escribir tienen una historia que se conecta con el mundo de la cultura, de la investigación, de la palabra, con todos sus significados positivos y negativos.
Las cámaras fotográficas también son parte de los objetos que vamos descartando a medida que avanza la tecnología. Esas cámaras de 35 mm que durante años y años fueron testigos de importantes eventos familiares y sociales, han dejado de ser actuales.”
Fiorda nos confiesa que su afán de preservar esos objetos se parece al de un arqueólogo que descubre vestigios de antiguas sociedades. “Ellos preservan objetos del pasado para que los tengamos en el presente, yo agarro cosas del presente para preservarlas en el presente. Es casi un trabajo de retro-futurista.”
En lo que se refiere a la sensación que transmiten y que nos hace pensar en un ojo que nos observa, Fiorda admite que efectivamente quiso hacer referencia a esa pérdida de privacy de la que padecemos todos en el tiempo actual y que, en sus niveles más altos, fue denunciada por Snowden, “aunque – precisa – eso no es tan grave para personas comunes como nosotros quienes somos unos artistas que vivimos para expresarnos a través de nuestro arte y nada más.”
El marco blanco en el cual inserta sus objetos que también pinta de blanco quiere crear una pausa ante la contaminación visual a la que estamos sometidos.
El norteamericano Richard Shaoul presenta una serie de cuadros con dibujos de minuciosos mapas. Algunos están dominados por unos monstruos que representan a los monstruos que nos acechan, dentro y fuera de nosotros. Son nuestros miedos y nuestras angustias, son la violencia que se desarrolla en el espacio que habitamos. En contraste con esa serie hay otros que muestran, con la misma meticulosidad, mapas dominados por la serenidad y la armonía. Son las dos caras de la vida.
Irónico y actual el “debut” de Shaoul nos deja con el deseo de seguir conociendo el desarrollo de su trabajo.
La exposición de Daniel Fionda, Chaval, Santiago Fuentes Bo, José Landoni y Richard Shaoul quedará en Lilac Gallery hasta el 4 de septiembre.
*Photograph: «Welcome to Paradise» by Chaval