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Triangulación estremecedora y declinante

La existencia terrenal está sometida a la Ley del Ritmo circular, manifestado en duración (tiempo) y ubicación (espacio). En ese ámbito se suceden las experiencias del nacimiento, crecimiento, maduración, envejecimiento y muerte, propios de la vida.

En el Universo se acoplan los procesos individuales con los colectivos, y el planeta Tierra en su constante movimiento alrededor de su Estrella Central, va guiando en sus habitantes, a través de su percepción del tiempo, sus procesos vitales.

Esta semana los seres terrenales entramos en fase de deslindes y eliminatorias. Desde el martes 26 en la noche, la Luna sólo puede mostrar la mitad de su rostro visible. Comienza el Cuarto Menguante y, bajo esa señal sideral, el mes de julio la acompaña en su proceso de progresiva desaparición. Otros tres astros triangulan sus ondas vibratorias, acelerando el estadio de acabamiento.

Los planetas Mercurio y Marte recorren los últimos tramos de su paso por los signos de Leo y Escorpio, respectivamente. El pequeño y astuto acompañante del Sol, toma la batuta para guiar el ritmo de ese tono de terminación, impuesto por la Luna Menguante.

En la madrugada del miércoles 27, Mercurio, desde Leo, marca un arco de 120º con el lejano Urano, que se ha estacionado en la mitad del tercer decanato de Aries. Esa arrmónica combinación energética produce un elevado nivel vibratorio, en el que la habilidad y velocidad mental mercuriana potencia la impaciente e imprevisible función explosiva de Urano.

Durante esas jornadas en que Mercurio transita por los grados finales de Leo, servirá de puente entre el carácter demoledor de Urano y la condición violenta de Marte, el astro guerrero. La mezcla de esas tres fuerzas, tan combativas y desenfrenadas, emerge como un triángulo en el firmamento, que genera un clima de desequilibrios y alteraciones.

El viernes 29, un día con la cualidad vibratoria Once (2+9=11), asociada con sucesos impactantes, los planetas Mercurio y Marte forman entre sí un ángulo crítico de 90º, cuando se ubiquen en el último grado (29º=11, otra vez) de sus respectivos signos zodiacales.

El mismo día 29 Urano cambiará su orientación en el espacio sideral, pues desde esa fecha iniciará su recorrido retrógrado, que se prolongará hasta finales de año. Ese protagonismo alcanzado por el planeta de los imprevistos se adaptará a la cualidad agónica de la Luna y de esta última semana de julio.

La sumatoria de las aspectaciones planetarias descritas, junto al carácter decreciente y terminal del ciclo lunar, indican que el mes de julio concluye bajo el signo de la depuración, las eliminaciones, las definiciones y los desenlaces. Es la preparación y limpieza del terreno para una nueva siembra. Así concluye este primer mes del segundo semestre del año, facilitando la labor de agonía y muerte que antecede a toda nueva y pujante existencia.


astrologuia.wordpress.com

Photo Credits: Kjetil Fjellheim

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