Desde tempranas horas del domingo 10, se ha iniciado la última Luna Menguante del año. Podría decirse que en escasos 11 días –entre el 10 y el 21 de diciembre– se sincronizan las terminaciones de ciclo de hasta cuatro astros, incluyendo a nuestras dos luminarias.
El Sol culminará su viaje hacia el Sur, cuando llegue al paralelo 23, el jueves 21; y la Luna su vuelta sinódica, en la madrugada del lunes 18. Por tanto, los habitantes del orbe estamos iniciando lo que podríamos denominar la semana final de 2017.
El término revolución proviene de la astrofísica, con él se designa el giro o vuelta que efectúa un astro alrededor de otro, o el recorrido que hace desde un punto sideral hasta regresar a esa misma ubicación. Esta semana es especial porque nos hallamos en la recta final de varias revoluciones astrales.
Luego de 27 días y un tercio la Luna habrá recorrido completamente el circuito zodiacal, habiendo dado una vuelta completa alrededor de la Tierra (360°). Esa revolución lunar se le conoce también como el ciclo sideral de la Luna.
La Luna requerirá un par de días adicionales para encontrarse otra vez con el Sol en un mismo punto zodiacal. Esa otra revolución de nuestro satélite recibe el nombre de ciclo sinódico, y se completa en algo más de cuatro semanas o 29 días y medio, que es el período comprendido entre una Luna Nueva y la siguiente.
El Sol tarda 365 días y seis horas en recorrer los 360° zodiacales, que es su ciclo sideral. El mismo tiempo que demora en ir desde el punto más austral de la Tierra (23.5° de latitud de sur), en el Trópico de Capricornio, hasta retornar nuevamente a esa misma localización.
En realidad, tal como lo propuso Nicolás Copérnico, en su obra De revolutionibus orbium coelestium (acerca de la revolución de las esferas celestes) no se trata de una verdadera revolución solar, sino al contrario, de un ciclo completo de la Tierra alrededor del Sol, transitando por los 360° de la esfera zodiacal.
Mercurio, el planeta más cercano al Sol, se alineará esta semana con él y con la Tierra. Eso ocurrirá en la noche del miércoles 13, el mismo día de la semana que le ha sido asignado por la humanidad para honrarlo. Esa conjunción entre el Sol y el astro de las comunicaciones, determina el ciclo sinódico de ese planeta, o lo que es lo mismo: un año mercuriano (un giro entero en torno al Sol).
Saturno, el Señor del Tiempo, en su versión planetaria acompaña al Sol en su excursión por los territorios del Sur y en su paso por los grados finales de Sagitario. El astro de los anillos se unirá con nuestros luceros del día y de la noche simultáneamente con la última Luna Nueva, en las postrimerías del signo del Centauro, del 18 de diciembre.
Por lo señalado previamente, estamos a las puertas del cierre de los respectivos ciclos de Sol, Luna, Mercurio y Saturno. La confluencia temporal de estas cuatro revoluciones astrales en un lapso que no supera los 8 días, determina que ésta sea la Semana de los finales.
En el hemisferio norte éste es el período de mayor carencia de luz y calor solar. Días finales del otoño, en los que la naturaleza pareciera agonizar. Estos últimos diez días de los 90 que contiene la estación otoñal, mantiene extraordinaria similitud con los últimos 4 días del ciclo lunar de 29 días, que se conoce también como el de la Luna Balsámica, cuando ella pierde luminosidad y presencia nocturna, cuando se prepara para un nuevo encuentro con el Sol.
La Luna Balsámica (de la medianoche del 13 a la madrugada del 18) invita a la curación de las heridas, al examen, al perdón, a la reconciliación y a la sanación. Tal condición lunar de esta semana se mimetiza con su equivalente al actual rol declinante del Sol; a la cualidad revisora y negociadora de Mercurio, que deja de ser visto por las noches para comenzar a lucirse antes de la aurora; y al carácter re-estructurador del ocaso de Saturno.
En el vigente contexto cósmico se prevé un nuevo encuentro definitorio el próximo viernes 15, en Santo Domingo, entre gobierno y oposición venezolana. Ese día estará comenzando un nuevo ciclo de Mercurio (desde el 13) y acabando el de los otros tres astros. Si bajo esa excepcional cualidad cósmica no se produjera algún acuerdo básico entre ambas posiciones políticas, le corresponderá al Señor del Karma, al Maestro Saturno, imponer su orden: castrando y desmoronando las estructuras del Poder.
Estamos en la última fase de estas cuatro revoluciones: lunar (29,5 días), mercuriana (88 días), terrenal (365 días) y saturnal (29,5 años). Es el tiempo de evaluaciones, balances e inventarios. Es el momento de prepararse para un nuevo recorrido, que permita resultados más satisfactorios. Una semana después se producirá el ingreso simultáneo del Sol y Saturno en Capricornio, anunciador de un nuevo ciclo en el ejercicio de la Autoridad (y/o de los autoritarismos).
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Traducido por Jorge Pardo Febres-Cordero, Traductor Público Certificado (Español-Inglés-Español) – [email protected]
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