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Sonidos de la guerra

Nuestros dos grandes luceros, que iluminan el día y la noche, marcan la pauta de los procesos. Cada 29 días ellos se encuentran y desencuentran en diversos puntos de la rueda zodiacal. Después de la primera conjunción, la Luna se va distanciando del Sol, hasta colocarse en el extremo opuesto (a 180°), en su máximo alejamiento; para a partir de allí, reiniciar un nuevo acercamiento y posterior fusión.

La relación LunaSol, medida en distancia longitudinal, determina el nivel de plenitud de la esfera lunar y la duración de su presencia en horas nocturnas. Tal condición se expresa en dos acciones: alejamiento-crecimiento de Luna, durante dos semanas; y acercamiento-disminución lunar, en el siguiente par de ellas.

El comportamiento de nuestro satélite se manifiesta en cuatro fases lunares: novilunio, creciente, plenilunio y menguante, que se repite indefinidamente cada cuatro semanas. Una semana es el lapso que va desde una fase lunar a la siguiente.

Cada semana está marcada por la tónica de la respectiva fase lunar y las características específicas de su recorrido por el zodíaco (signos que visita) y relaciones que establece con el resto de los planetas del sistema solar.

Esta semana, del 9 al 16 de octubre, reviste una importancia singular. Se inicia con Cuarto Creciente y concluye con Plenilunio. No será cualquier Plenilunio, pues coincidirá con el paso de la Luna por el punto más cercano a la Tierra (perigeo) y eso la hace ver más grande y  ejerciendo mayor influjo electromagnético sobre nuestro planeta.

En esta Luna, creciendo y acercándose a la Tierra, que recorre la última cuarta parte del zodíaco, dos planetas adquieren mayor relevancia. El Creciente se produce simultáneamente en conjunción con Plutón, en Capricornio; y culmina en una Super Luna, conjunta con Urano, en Aries.

La Luna Creciente forma parte de la cuadratura Sol-Plutón y el Gran Plenilunio participa de la oposición Sol-Urano. Nuestras dos luminarias reactivan esta semana la compleja relación de ese par de astros, que en los últimos años (2012-2015) estuvieron en tensión, desde su previa conjunción en 1965-66.

Luna y Sol pasarán por el punto crítico de la cuadratura planetaria Sol-Urano entre el 11 y 13 de octubre. En la tarde del martes 11, el Sol conectará las fuerzas de Urano y Plutón; y la Luna hará lo propio, en la madrugada del jueves 13.

Urano es el astro asociado con el caos, la explosividad, la ruptura de estructuras (físicas, mentales, sociales, jurídicas, políticas o morales) y los acontecimientos inesperados que causan desconcierto y todo lo cambian. Plutón, el más pequeño y lejano de los planetas, representa la idea de destrucción y demolición desde las entrañas, es el astro de la muerte y la transmutación.

La semana precedente estuvo signada por las dificultades de los acuerdos de paz en Colombia, la acción destructiva del huracán Matthew en el Caribe y el contrapunteo belicista de dirigentes militares en USA y Rusia; todo ello, a tono con la tensión cósmica que se produjo esos días entre el guerrero Marte y el desinhibido Júpiter.

Toda esta semana, desde la Luna Creciente hasta su magnificada manifestación Plenilunar, la combinación de las fuerzas explosivas y demoledoras de Urano y Plutón se harán sentir. Un tiempo en que lo caótico e inestable provoca mayor incertidumbre e inquietud.

Semana de reforzamiento de la lucha entre Urano y Plutón, y preparatoria de Super Luna, que antecede a una de los más difíciles y complejas aspectaciones planetarias: la pérfida conjunción Marte-Plutón del venidero 19 de octubre, asociada con la noción de violencia destructiva. Vivimos días de extraños sonidos y nebulosas perspectivas.


astrologuia.wordpress.com

Photo Credits: Jörg Weingrill

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