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jose bernardo gomez

Solsticio retrógrado

Culmina el año 2016 y el cielo lo revela de forma clara. Las últimas dos semanas del ciclo anual transmiten las vibraciones de energía propias de la agonía. La Luna es la que mejor nos muestra esa noción de acabamiento, de luz que se extingue y de desaparición.

En la noche del martes 20, mientras nuestro satélite transita por el último grado de Virgo, la Estrella Central de nuestro sistema planetario se despide también, en este caso del signo de Sagitario. En ese momento, las dos luminarias que brillan en el cielo, alternando su presencia en el día y en la noche, forman entre sí un ángulo recto, que determina el inicio de la fase Menguante lunar.

Bajo la condición de constante reducción de luz y presencia, la Luna va acercándose al Sol del amanecer, para quedar totalmente invisible dos días antes de que fenezca el año. Comenzará el nuevo período anual con una Luna Nueva, ausente en el firmamento nocturno. Todo lo contrario a lo que ocurrirá la primera noche de 2018, cuando una Super Luna muestre toda su plenitud, en el máximo grado de esplendor. 

Sólo pocas horas después de que la Luna haya mermado en un 50% la zona iluminada de su faz circular, el Sol alcanzará el punto de mayor alejamiento del ecuador terrestre y empezará su retorno hacia el norte. De esa manera, el miércoles 21, junto a la aurora de su aparición por el horizonte oriental, se manifestará el fenómeno geoastronómico del Solsticio. La noche más larga del año, en el Norte; y el día más extenso en el Sur.

La tradición cultural de los pueblos celebraba esa oscura, larga y fría noche invernal como el nacimiento del Sol ausente. El dios del Tiempo, representado en Saturno, era objeto de veneración, ya que él permitiría la mayor manifestación del calor y brillo solar seis meses más tarde. El cristianismo se apoderó de esas fiestas saturnales y las convirtió en Navidad, como símil del nacimiento de Cristo, considerado el nuevo Sol en el cielo de su religiosidad.

La creencia en que un anciano y bondadoso personaje  barbado, proveniente de las regiones polares, envuelto en vistosos y purpurados ropajes, llegaba en la noche solsticial para obsequiar a los niños juguetes y golosinas, como símbolo de generosidad, alegría, unión y disfrute, se convirtió en San Nicolás, Papá Noel, Santa Claus o Santa a secas, como representación simbólica del sincretismo religioso del viejo Saturno, de los reyes magos y de la santidad cristiana.

El ambiente de alegría y unión familiar, propio de estos días finales del año, propiciados por el frío de la época y por las tradiciones culturales y religiosas, han convertido el acontecimiento astrofísico del Solsticio en una especie de sentir compartido, que ha devenido en nuevos ritos y celebraciones, difundidos por la práctica nuevaérica de ceremoniales en honor al Espíritu de la Navidad, realizados en el momento preciso del Solsticio, hacia el 21 de  diciembre.

El Solsticio invernal de este agónico 2016 se presenta con unas características muy particulares, al coincidir con la fase menguante de la Luna, y con otros cuatro eventos de significación: la  llegada de Marte a Piscis; la conjunción de Mercurio y Plutón, diminutos planetas ubicados en puntos extremos, como el más cercano y el más alejado del Sol; en simultánea con la retrogradación de Mercurio; y la oposición entre Júpiter  y Urano.

Los seis fenómenos siderales mencionados, congregados en estos días finales del año, le dan una fuerza superior a la cualidad terminal de estas dos semanas. Marte  pierde su vigor combativo, al sumergirse en las oceánicas corrientes de Piscis; Júpiter  potencia el carácter abrupto y sorpresivo de Urano; Mercurio, retrogradando, transmite la fuerza aniquiladora de Plutón e incentiva las dificultades de comunicación y retorno a condiciones del pasado, que se creían superadas; la Luna  languidece; y el Sol  termina su recorrido por las regiones del Sur.

Con el Solsticio se inicia el tránsito del Sol  por Capricornio, que es la mejor representación de las dificultades y penurias propias del invierno, símbolo de estas fechas. Un Solsticio con Mercurio Retrógrado marca un fin e inicio de año lleno de retos, sobre todo en lo económico y en lo gubernamental.

Que esta condición tan especial con que cerramos el año nos permita a todos y a todas superar los temores, despejar las incertidumbres y abrirnos a la esperanza, con el optimismo y la alegría que nos regala el Espíritu de la Navidad.

EVENTOS ASTRALES DE FIN DE AÑO

(*) El 19 diciembre, coincidente con llegada de Marte a Piscis, y Mercurio Retrógrado, en conjunción con Plutón, se espera la ratificación de la elección de D. Trump como 45 Presidente de USA, por parte del Colegio Electoral, sometido a fuerte presión para modificar el mandato de los Estados de la Unión.


astrologuia.wordpress.com

Photo Credits: s58y

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