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jose bernardo gomez
Photo Credits: Ambra Galassi ©

Saturno Sancionador

El contínuo peregrinaje de los astros por el Universo obedece a un ritmo regular que tiende a repetirse bajo circunstancias determinadas. A medida que han ido avanzando los estudios sobre el comportamiento de los cuerpos celestes se han ido desvelando las “leyes naturales” que rigen el carácter y cualidad de los fenómenos cósmicos, permitiendo predecir con suficiente antelación cuándo y cómo ocurrirán éstos.

Cada uno de los planetas que integran el sistema solar requiere de un tiempo fijo e inalterable para completar una vuelta completa alrededor de su Estrella Central. Las dimensiones de su órbita y su interacción con el resto de los factores que integran el sistema, define la relación tiempo-espacio en que se produce el retorno del planeta a un punto determinado.

El infinito retorno planetario puede ser medido desde nuestra Tierra por su propio recorrido alrededor del Sol, que nos ofrece una unidad de tiempo definida: el año. Cada planeta, según su distancia del centro solar, completa su vuelta sideral en un determinado e inmodificable número de años; lo cual marca el tiempo de cada ciclo planetario.

El sexto planeta en cercanía al Sol dibuja una órbita casi treinta veces mayor que la de la Tierra, que ocupa el tercer lugar, después de Mercurio y Venus. Se trata de Saturno, el planeta de los anillos. Hasta hace apenas 236 años era considerado el último de los planetas, el que marcaba los límites del sistema solar.

El pasado viernes 25 de agosto Saturno era observado desde la Tierra como un cuerpo inmóvil, pues concluía su período de retrogradación anual de cinco meses y se preparaba para iniciar su desplazamiento hacia adelante. En estos momentos, todavía estacionario, se ubica a los 21° de Sagitario y se dispone a recorrer el último tercio de ese signo.

Dentro de escasos cuatro meses, en la víspera del Solsticio de Invierno, arribará a Capricornio, la zona del cielo donde mejor expresa su carácter. Desde su identificación en el cielo, el planeta Saturno fue asociado con el dios del tiempo, el que detentaba el poder, imponía las normas, establecía los controles y ejercía la autoridad como padre castrador. Es considerado símbolo de la severidad, la rigidez y el autoritarismo; pero también de la responsabilidad, la lección dolorosa y la sabiduría que brinda la experiencia.

Como demostración de que la casualidad no existe, la orden ejecutiva del Presidente Trump que impone sanciones económicas a Venezuela, fue firmada y revelada la misma fecha, ni un día más ni un día menos, en que la energía saturnina se liberaba del freno que le imponía su condición retrógrada. Se imponen restricciones financieras a un país, que debe aprender una lección de vida y encontrar vías alternas para su desarrollo.

En esa misma ocasión, Conatel, el organismo encargado de regular las transmisiones radioeléctricas en territorio venezolano, resolvió no renovar las concesiones que para prestar ese servicio mantenían un par de emisoras de Frecuencia Modelada que operaban en la ciudad capital. De esa forma se ejercía la autoridad y control gubernamental sobre el ejercicio comunicacional, coincidiendo además con la unión de Mercurio y el Sol en la misma fecha.

La posición que actualmente ocupa Saturno, cuando se imponen sanciones a Venezuela y se manifiestan los órganos controladores del Estado venezolano, es la misma que tenía el 5 de julio de 1811, momento en que el país declaró su soberanía e independencia. Es decir, cuando se cumple el séptimo retorno del planeta anillado al punto en que tenía para el instante natal de la República.

El inalterable ciclo de Saturno de casi 30 años marca significativos períodos en el orden político y social de las naciones en sus procesos de maduración. En el caso venezolano los siete ciclos precedentes se han cumplido con minuciosa precisión. En esta oportunidad coincide con su condición estacionaria, otorgándole un carácter superior, debido a lo extenso de su permanencia en ese mismo punto y a la especificidad del octavo ciclo que está comenzando.

La próxima llegada de Saturno a Capricornio, en los días finales del año, señala también la conclusión e inicio de un nuevo ciclo, esta vez, a nivel mundial. Tal como ocurrió cuando fenecía el año 1988, la humanidad toda está a las puertas de una nueva etapa que implica el reordenamiento de las relaciones entre los países y la confrontación por la supremacía de las potencias económicas, industriales, corporativas y militares que hoy se imponen en el mundo.


astrologuia.wordpress.com

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