El pasado domingo 12, la Luna, en su plenitud, formó parte de una peculiar configuración planetaria. Desde el último decanato de Virgo, nuestro fulgurante satélite se oponía simultáneamente al Sol, Quirón y Mercurio, ubicados en Piscis; esos cuatro astros, a su vez, formaron un ángulo crítico con Saturno, que permanece en los últimos grados de Sagitario, absorbiendo y repotenciando toda esa energía acumulada.
Se inicia la última semana del año astral bajo condiciones especiales: Saturno recibiendo y canalizando un excedente de energía interplanetaria. Nuestras dos luminarias, las más potentes e influyentes del sistema del que formamos parte, avivan los procesos de interacción social y lucha de poderes, gracias a esta mediación saturnina.
El próximo viernes 17, tres días antes de que ocurra el Equinoccio, el Sol y Saturno se colocarán en ángulo exacto de noventa grados uno del otro, marcando el comienzo de la segunda fase de su ciclo sinódico, que culminará 9 meses más tarde, cuando ambos se fusionen, comenzando Capricornio.
El Señor del Tiempo, como también se le conoce a la personificación del planeta Saturno, simboliza el ejercicio del Poder y la imposición de la Autoridad. El astro llegará a Capricornio, su domicilio natural y donde adquiere mayor potencia, dentro de tres trimestres, el próximo 20 de diciembre en la víspera del Solsticio de Invierno, cuando el año civil esté agonizando.
El tránsito de Saturno por cada uno de los doce signos zodiacales, con una duración de poco más de dos años, se repite cada 30 años, creando en el contexto de las relaciones sociales una suerte de ciclos políticos. La anterior estadía de Saturno en Capricornio se produjo en el período noviembre 1988 – febrero 1991, rico en acontecimientos relacionados con drásticas transformaciones de las estructuras políticas.
La previa conjunción Sol-Saturno, en Capricornio, sucedió en enero de 1991, en los últimos grados del signo, en pleno proceso de disolución de la Unión Soviética, coletazo final de la Guerra Fría y preparación del nuevo orden mundial, con su tendencia globalizadora.
La próxima conjunción anual de Sol y Saturno en el signo de la Cabra Montesa, 27 años después, adquirirá un carácter extraordinario, pues en vez de ocurrir en los tramos finales de ese sector sideral, se consumará en el propio portal del signo. Será la primera vez que así ocurra en los últimos tres siglos y medio, pues la anterior situación similar se presentó el 20 de diciembre de 1664.
El periodo de nueve meses que nos separa de tan significativa congregación de fuerzas, solar y saturnina, bajo la honda impronta del umbral capricorniano, constituirá una especie de spring-training en el manejo del poder, que permitirá poner a tono las más severas manifestaciones del ejercicio del control político, social, económico y militar.
El protagonismo de Saturno durante la semana, con todas sus vinculaciones planetarias, es señal clara de la preponderancia que adquiere el ejercicio del control, el poder y la autoridad a lo largo de todo el período, desde ahora hasta fines de año. Esta última semana del invierno norteño, puede ofrecernos indicios suficientes de lo que pudiera llegar a expresarse en el próximo invierno saturnino: como una especie de escalada autoritaria militante.
El Sol ya se está acercando al ecuador terrestre, para cruzarlo, en su peregrinaje hacia el norte, el lunes 20 de marzo. Ése será el momento equinoccial, que define el inicio de la estación climática de la Primavera, en el norte, y del Otoño, en el sur. También representa la entrada del Sol a Aries y el inicio de una nueva vuelta sideral de nuestro planeta.
El cambio de la cualidad energética del cosmos, que representa este inicio del nuevo año astral, ya se ha venido sintiendo, a través de nuestros planetas vecinos, a los que se les relaciona con las funciones internas del ser humano: los impulsos instintivos de supervivencia, representados por Marte; los sentimientos, asociados con Venus; y los procesos de pensamiento y comunicación, atribuidos a Mercurio.
Los tres planetas personales señalados están adaptándose a sus nuevas condiciones: Marte iniciando su fase Tauro, Venus ensimismado en su retrogradación y Mercurio abriéndole el paso al Sol, al transitar por los primeros grados de Aries. De esta forma, las vivencias individuales y personales se acicalan para hacerle frente a los desafíos que el ordenamiento social y las estructuras políticas intentan imponer a la colectividad.
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Traducido por Jorge Pardo Febres-Cordero, Traductor Público Certificado (Español-Inglés-Español) – [email protected]
Photo Credits: Timothy M Roberts