Restablecimiento de relaciones

El más cercano de los planetas que rodean al Sol cambia su ritmo, dirección y movimiento, al tiempo que nuestra Luna modifica su posición y tamaño. En tiempos de frías noches en el norte se produce esa alteración en dos astros tan vinculados al ser humano y que relacionamos con las fuerzas del pensamiento, la emoción y el lenguaje. Entramos en un proceso propicio para deslastrarnos de lo que ya no sirve y para establecer nuevos nexos, acuerdos y relaciones. Con Mercurio, dejando de retrogradar, y la Luna, en fase menguante, se facilita el acabar lo que tenga que acabarse y retomar lo que deba reactivarse.

Desde el pasado 21 de enero el planeta Mercurio se ha mantenido en situación de debilidad. El astro, asociado a los procesos mentales y comunicacionales, ha estado en su fase retrógrada durante las últimas tres semanas. En ese lapso, ha dejado de fluir armónicamente su energía, pues por su cercanía al Sol no ha podido manifestarse su cualidad mediadora y proveedora de ingenio. En este tiempo se alineó con la Tierra y el Sol, y cambió su figuración en el firmamento, pasando de su posición occidental post-ocaso a su nueva ubicación oriental precursora de la aurora.

El próximo miércoles 11, el día dedicado a la deidad mercurial, el astro del mismo nombre finaliza su estado retrógrado para iniciar lentamente su recorrido hacia adelante, y con ello reponer las condiciones más favorables para los intercambios y el entendimiento. El pequeño planeta simboliza el poder de la mente y de la palabra, se le asocia con la comunicación, con el lenguaje y con la actividad mental, tal como se le atribuía al antiguo dios romano. Encontramos allí un indicio claro del cambio que se va experimentando en las relaciones interpersonales, en el desarrollo de nuevas tecnologías (al estilo acuariano), para el establecimiento de vínculos entre grupos e individualidades.

El mismo día en que Mercurio modifica su dirección y regresa a la normalidad, la Luna se ubica a 90° del Sol, iniciando su fase Menguante. A partir de esa noche, sólo podremos ver una cuarta parte de su superficie, la mitad de su cara visible, y cada noche irá retardando su aparición y disminuyendo el tamaño de su luminosidad, así como el tiempo de su presencia noctámbula. Eso ocurre cuando transita por el signo de Escorpio, que también representa la noción de terminación, acabamiento y muerte, en los ciclos de la vida. Es intensidad emocional para la ruptura y la transformación.

La conjugación de un Mercurio renovado, reiniciando su recorrido por Acuario, y favoreciendo las posibilidades de conexión, con la paulatina disminución lumínica del faro lunar, en el período más frío y oscuro del invierno norteño, nos indica que estamos en el tiempo propicio para deshacernos de todo aquello que ya no cumpla con su función, de todo lo que haya perdido vigencia y de lo que esté interfiriendo en nuestro camino hacia el pleno desarrollo. Sólo dando ese paso estaremos prestos para restablecer la vitalidad y el entusiasmo, que proporcionan las relaciones humanas, la solidaridad universal y el encuentro amoroso, con nuestro camino hacia la Conciencia Planetaria.

LOS EVENTOS ASTRALES MÁS SIGNIFICATIVOS DE LA SEMANA (9 al 15 de febrero 2015)

Horario Costa Este América (+ 05:00 GMT).

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