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Rayos de amor cósmico

Comienza la semana con el alineamiento entre El Sol, la Tierra y Venus. El planeta del Amor y la Belleza llega al punto máximo de su ciclo de desarrollo. Es un momento en que los sentimientos, la sensualidad, la estética y el placer se manifiestan, recibiendo la energía solar y transmutándola hacia la vida terrenal; al mismo tiempo, los asuntos terrenales deben ser absorbidos y transformados, a través del amor, como proceso de purificación de la energía.

Venus es el planeta más cercano y parecido a la Tierra, en cuanto a densidad, volumen, masa y y tamaño. Ambos surgieron en la misma época y se estima que provienen de la misma nebulosa, aunque posean características diferentes. Es el segundo más cercano al Sol, después de Mercurio. Gira muy lentamente sobre su eje, en sentido inverso al resto de planetas; por eso, su día es más largo que su año, y el Sol sale por el Oeste y se pone por el Este.

Venus tarda casi 225 días (de los nuestros) en dar la vuelta alrededor del Sol. Su atmósfera es tan densa que la concentración del calor eleva la temperatura de su superficie hasta casi 500º C. Cada vez que se une al Sol (una vez al año), como lo hace ahora, cambia su ubicación en el cielo y se presenta en horario diferente, bien sea por el este, poco antes del amanecer, como lo hacía hasta la pasada semana; o por el oeste, poco después del ocaso, como lo hará a partir del lunes.

Los antiguos estudiosos de los fenómenos celestes le otorgaron a este planeta el mismo nombre de la diosa romana Venus, posiblemente por su cercanía y brillo, honrándola y endosándole sus propiedades. La mitología le atribuye, al igual que lo hace con la divinidad griega Afrodita, el don de la belleza, el atractivo físico, el poder de seducción, la simpatía y la curiosa condición de evitar el compromiso.

Cuando Venus ocupa un destacado lugar en el cielo, o forma un ángulo armónico con otros astros, y en especial, su conjunción con el Sol, suele indicar que se trata de un momento propicio para la experiencia afectiva, para el encuentro amoroso o de gran sintonía con los asuntos del corazón. También acostumbra manifestarse como un período favorable para el manejo de los bienes materiales, ya que favorece la comodidad, la seguridad, el disfrute y las sensaciones agradables.

En esta oportunidad la conjunción entre el Sol y Venus tiene rasgos muy peculiares, ya que se presenta en la zona media del signo de Géminis, que en la actualidad se halla en el epicentro de las tensiones que se generan por la presencia del planeta Saturno, en el punto opuesto (Sagitario), y de Neptuno y Júpiter en sendos ángulos de 90º cada uno, a ambos lados del espacio sideral, en las regiones de Piscis y Virgo, respectivamente.

Entre los cinco astros mencionados se ha creado un circuito de alta tensión que tenderá a ser asimilado y experimentado por el área de la afectividad. La fuerza del Amor podría contener y transmutar ese caudal de energía cósmica, en una suave y vigorosa onda de creatividad y alegría.


astrologuia.wordpress.com

Photo Credits: Digital Aesthetica

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