Se ha iniciado el noveno mes del año, que lleva por nombre el séptimo (septiembre), pues durante este período se completa el primer semestre del recorrido solar por el circuito zodiacal. Es el tiempo en que los rayos del Sol caen perpendicularmente sobre la zona ecuatorial y se orientan hacia las regiones del sur, cuando nos preparamos para el otoño en el norte y la primavera en el sur.
En la quinta noche de este mes de equidades entre ambos hemisferios, en la repartición de la luz y el calor que nos transmite nuestra fuente de vida, la Luna mostrará todo su encanto lumínico. Facilitará la imaginación y repartirá ilusiones por doquier. Esta Luna Llena septembrina será la Luna marina, que nos brindará una noche de intranquilidad, de extrema sensibilidad y de estremecimientos emocionales.
Para el momento en que la Luna muestre toda su redondez y refleje la totalidad de la luz captada desde el Sol, estará transitando por la mitad del signo de los peces, identificada con la cualidad de ese sector del cielo que representa el mundo sutil, gaseoso, etéreo e intangible. Su imagen representará, como ninguna otra en el año, el poder de la imaginación, de la ilusión, del misticismo, de los procesos inconscientes, de la evasión y del engaño.
El Plenilunio pisciano currirá cuando apenas hayan transcurrido las primeras tres horas del miércoles 6 de septiembre. En ese momento se habrá formado una alineación casi perfecta entre Sol, Tierra, Luna y Neptuno. Tal configuración astral le confiere a esta Luna Llena un carácter atípico, pues al poder natural que ella ejerce cada mes sobre nuestro planeta anfitrión y sus fluidos, en particular sobre las mareas, esta vez se acentúa por la condición simbólica que le otorga la presencia de Neptuno.
No se producía una Luna Llena tan próxima al regente de Piscis desde mediados del siglo XIX. Ello ocurrió pocos años después que ese lejano planeta, al que se le puso el mismo nombre del dios de los mares (Neptuno), fue visto por vez primera la noche del 23 de septiembre de 1846. Ninguno de los actuales habitantes que pueblan nuestro planeta había podido presenciar y sentir un auténtico plenilunio neptuniano.
Neptuno nació a la consciencia humana en época de conflictos sociales, de idealismos, de insurgencias y de revoluciones. USA le declaraba la guerra a México, en Venezuela se producía la rebelión campesina, Cuba era azotada por el más fiero de los huracanes, en Europa se difundían las ideas del socialismo y emergían aires de revolución, la Iglesia elegía un nuevo Pontífice y se expandía la confusión por el mundo. El ambiente en que apareció ese octavo planeta forma parte de lo que él mismo simboliza.
En el año 2011 Neptuno completó la primera vuelta desde que fue descubierto, pues al estar tan alejado del Sol su órbita es muy extensa, tardando más de 160 años en recorrer el circuito completo. Su dios homónimo es el gobernante de los mares y todo lo que habita en los océanos. Se le atribuye un fuerte carácter que agita los mares y estremece las capas telúricas. Se asimila con lo que acontece en las esferas del Inconsciente, tanto personal como colectivo, y domina en el mundo de los sueños.
La naturaleza física de Neptuno posee un núcleo rocoso de hielo, rodeado de una atmósfera cargada de agua, metano y amoníaco congelados, que le dan un aspecto azulado, con matices de azul marino, turquesa y aguamarina. Sólo es superado en volúmen por Júpiter y Saturno, y le orbitan dos lunas principales: Tritón (semidios hijo de Neptuno) y Nereida (ninfa del mar). Todas estas características le proporcionan un tono nebuloso, que insinúa misterio y ambigüedad.
Este singular Plenilunio en Piscis, alineado con Neptuno, amplifica el efecto psicoemocional de la influencia lunar. La hipersensibilidad y apasionamiento propios de las noches de Luna Llena, inspiradora y romántica, se combinan con la capacidad imaginativa e ilusoria que estimula el astro encomendado al dios del tridente. En estos días la humanidad se pone en sintonía con el desarrollo de la imaginación, la creatividad, la pérdida de sensatez, el engaño, la mentira, la evasión, la disolución y la confusión.
La Luna Llena neptuniana y septembrina de esta semana se conecta con el desbordamiento de las fuerzas del mar, en su constante juego de acercamiento amenazante con la superficie terrestre, causando a su paso inestabilidad y desorden. De igual forma, en los recónditos espacios de la psique, parece extraviarse el sentido de la realidad, y los impulsos inconscientes asedian la sindéresis y conducen a una peligrosa confusión. Durante esta peculiar Luna Llena, en extraordinaria alineación planetaria, estaremos bajo el acoso de un extraño alineamiento colectivo.
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Traducido por Jorge Pardo Febres-Cordero, Traductor Público Certificado (Español-Inglés-Español) – [email protected]