La luz de la conciencia

Paradójicamente, la sombría primera semana de febrero nos regala, en horas nocturnas, la mayor luminosidad del año. Un plenilunio en contubernio con la imponente majestuosidad de Júpiter, nos pone en contacto con la luz interior, que nos impulsa a la acción, al conocimiento, a la creatividad, a la búsqueda de la Verdad y de la Justicia. Júpiter, cual antigua suprema divinidad, y la Luna, en su plenitud, comparten lo más alto del cielo y suman sus resplandores para reflejar esa lumbrera interior que todos llevamos por dentro, que nos permite distinguir el bien del mal, lo correcto de lo inadecuado, lo conveniente de lo contraproducente. Luz celestial que nos conecta con la destellante sabiduría de nuestra propia conciencia.

Comienza la semana de la iluminación. El martes, cuando el Sol decline por el oeste, la Luna emergerá impetuosa por el este. Será el segundo plenilunio invernal, el del medio, en el tiempo de mayor frío y oscuridad nocturna. Nuestro satélite cubrirá ese déficit de luminosidad con mayor esplendor, durante toda la noche; lo hará desde Leo, acompañada y unida al brillo del planeta más voluminoso, en la parte más alta del cielo (Júpiter). La Luna, cuando ascienda por el horizonte, contrastará con la luciérnaga occidental de estas noches tempranas (Venus), y en la medianoche, compartirá la misma longitud zodiacal con Júpiter, ubicado un poco más al norte.

La noche del martes será la más clara de este invierno norteño. Coincidirán en lo más elevado del firmamento, el extremo fulgor lunar con la mayor cercanía de Júpiter a nuestro planeta, y por tanto, con su luz más intensa y brillante. Será una noche plena de luces: Venus, por occidente, al comenzar la noche; Júpiter, en el cénit, junto a la Luna de medianoche; y el diminuto Mercurio, por oriente, poco antes del alba. Cuando el Sol culmine sus funciones diurnas, esta cuarteta de astros se encargará de mantener alumbrada toda la noche.

Ésta es la semana de mayor relevancia jupiteriana. El más grande de los astros alcanzará su máximo distanciamiento del Sol, lo enfrentará y competirá con él durante las horas nocturnas. El viernes 6, mientras recorra la zona media de Leo, formará un ángulo exacto de 180° con respecto al Sol. Es el día del año en que Júpiter podrá mostrar mejor toda su fuerza, poder e influencia. Este bello e inmenso astro lleva el nombre del antiguo dios romano, equivalente al Zeus de los griegos. Es el dios de dioses, el más importante y poderoso, el que rescató a sus hermanos y el que regía todo lo que acontecía sobre la tierra. Es el dios del politeísmo más parecido al dios único de las religiones monoteístas.

Júpiter asume la condición protagónica de esta semana, cuya energía se asocia al Zeus heleno. Su nombre, tanto latino como griego, provienen de una raíz indoeuropea (diu/dieu) que significaba la “claridad del cielo”, que es lo que representa originalmente el vocablo “dios”, divinidad que evoca el dominio celeste, el poder sobre las tormentas, “Señor de rayos y centellas”, que rige la Justicia y gobierna desde lo más alto del Olimpo. De hecho, el término dios, proveniente del latino deus, que es una derivación de la palabra griega con la que se le designaba: Zeus. Representa, por tanto, el concepto de máxima divinidad, considerado Autoridad suprema, Padre de dioses, héroes y humanos. Durante esta semana, de tanta claridad nocturna, con la conjunción de Júpiter y Luna Llena, y con la oposición de ambos frente al Sol, tendremos oportunidad de conectarnos con su fuerza expansiva, poderosa, paternal, protectora y justiciera.

LOS EVENTOS ASTRALES MÁS SIGNIFICATIVOS DE LA SEMANA (2 al 8 de febrero 2015)

Horario Costa Este América (+ 05:00 GMT).

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