Invocación al Sol

Hemos llegado al punto de no retorno. Agoniza el año 2014, tiempo oportuno para revisar lo andado y para mirar hacia delante. El Solsticio con Luna Nueva, con el que se ha iniciado esta semana navideña, preparatoria del año por venir, nos obliga a la reflexión y a la serenidad en medio del bullicio. Es tiempo de invocar al Sol ausente, a su luz, a su brillo, a su calor y a su energía vitalizadora, para fortalecer el espíritu de lucha y abrir nuestra mente a la Conciencia Universal. La disposición de los astros en el cielo nos muestra las claves para comprender las ondas vibratorias de este año que está por aparecer y que se vislumbra con una elevada intensidad en los procesos de convergencia hacia nuevos escenarios y realidades. Invoquemos al Cielo, al Sol, la Luna y a las fuerzas cósmicas para que nuestras almas sintonicen y vibren con la Energía Superior.

Con la llegada del Sol al punto más meridional de su recorrido anual, se produjo la noche del pasado domingo 21, el Solsticio; una suerte de sol estático, que genera vivencias extremas en todo el planeta. Por estar en el Trópico de Capricornio, la zona más alejada del ecuador terrestre, en el hemisferio norte se vive la noche más larga del año y en el sur, el día más prolongado. Bajo esa condición, las antiguas poblaciones del norte solían realizar rituales dirigidos a la deidad solar, que con el devenir de los tiempos se fue convirtiendo, en occidente, en una de las celebraciones religiosas más extendidas: la Navidad, o nacimiento de Jesús, el maestro crístico; y a la vez, la época en que da inicio a un nuevo ciclo anual, desde el ámbito secular.

En esta oportunidad se ha producido un fenómeno muy peculiar, al coincidir en el tiempo dos fenómenos astronómicos distintos. Por una parte, el Solsticio, como una especie de medianoche del año; y por la otra, la Luna Nueva, como una integración de las tres energías más poderosas: las del Sol, la Luna y la Tierra, ya que los tres astros se hallan en perfecta alineación, marcando el comienzo de un nuevo ciclo, el mensual. Desde hace mucho tiempo no se presentaba tal sincronización de ciclos, lo cual es indicación del carácter especial del nuevo año que estamos por comenzar, contabilizado como el 2015 de la era cristiana.

El nuevo año viene preñado de significativos elementos simbólicos: también arrancará el equinoccio primaveral no sólo con Luna Nueva, sino convertida en Eclipse Total de Sol, manifestación de la intensidad de los cambios a producirse; comenzará el segundo semestre del año con dos plenilunios en julio, el segundo de ellos conocido como Blue Moon (luna azul), indicación de la excesiva carga emocional del semestre; y el último trimestre del año se iniciará pocos días después de la última Luna Roja de la tétrada del bienio 2014-15, pero con una peculiaridad superior, será al mismo tiempo una Super Luna, pues se convertirá en la Luna más grande de todo el año, pues nuestro satélite, eclipsado, estará simultáneamente en su Perigeo, es decir, en su punto más próximo a la Tierra, muestra de la poderosa energía transformadora que nos transmite.

En el umbral de 2015 debemos prepararnos para asumir los retos que nos plantea este nuevo ciclo de 13 Lunas. Los fenómenos astronómicos irán en paralelo con los acontecimientos terrenales: en estos días de solsticio, cuando ocurre una altísima concentración de astros en el sector Sagitario-Capricornio, con el regreso de Saturno a Sagitario, después de tres décadas; la fuerte y última tensión de Urano con Plutón, que concluirá en marzo; los eclipses de Sol y Luna, con sus especificidades y las retrogradaciones especiales, en tiempos de Luna Azul, podemos suponer que durante 2015 nos enfrentaremos a una realidad vital que superará todas las expectativas que podamos imaginar.

LOS EVENTOS ASTRALES MÁS SIGNIFICATIVOS DE LA SEMANA (22 al 28 de diciembre 2014)

Horario Costa Este USA (+ 05:00 GMT).

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