Instrucciones cósmicas

Comienza la primera semana del penúltimo mes del año, al que le dicen noviembre, que en realidad, quiere decir “noveno” porque esos son los meses que nos separan de la última primavera en el norte. Un período con doble manifestación, el paulatino acabamiento de la Luna y la conjunción de dos astros que representan la polaridad de la Energía: lo activo y lo receptivo, lo agrio y lo dulce, lo fuerte y lo débil, lo masculino y lo femenino, en fin, el Yin y el Yang.

El lunes 2, día de los fieles difuntos, de conmemoración de lo que termina, del paso de la vida a la muerte, y del tránsito de la muerte a una nueva forma de vibrar con la vida, en otra -siempre desconocida- dimensión de la existencia. Ese mismo día, como para que quede resaltado, el planeta Mercurio, comunicador, intérprete y traductor, llega al signo de Escorpio, símbolo de la muerte transformadora.

Con Mercurio en Escorpio, las comunicaciones se vuelven más sutiles, menos explícitas, se hacen clandestinas, transmiten emociones intensas y se convierten en impulsoras de procesos de transformación profunda, que implican pérdidas, rupturas y terminaciones diversas, al estilo de todo lo que muere, indispensable para dar el paso a una nueva vida.

Ese mismo día en la noche, Venus se va a la cama con Marte, aprovechando la oscuridad y el impulso que les ofrece la presencia del Sol y Mercurio en el signo de la sexualidad y la pasión. Es la gran oportunidad para compaginar energías contrapuestas: la de Venus, seductora, dócil, atractiva, graciosa, bella y amorosa, con la de Marte, impulsivo, combativo, intrépido, valiente, atrevido y conquistador.

Esa noche en el cielo se produce la fusión de dos energías, la suave y la fuerte, la sentimental y la dominante, la creativa y la impositiva. Son los dos polos de la Energía. Ambos forman parte del Todo, y al mismo tiempo se repelen y atraen, son la manifestación femenina y masculina de la vida, como la hembra y el macho, como el óvulo y el espermatozoide, como el Amor y el Odio, el placer y el sufrimiento, la luz y la oscuridad.

La conjunción sideral entre planetas antagónicos, como Venus y Marte, no volverá a ocurrir hasta dentro de 23 meses (5-10-2017), por lo que es el momento propicio para integrar ambas polaridades; en primera instancia a nivel personal, cada quien amalgamando adecuadamente sus condiciones femeninas y masculinas, para en segundo término poder restablecer en nuestras relaciones con el otro, o con la otra, ese acoplamiento y armonización con la plenitud.

El próximo martes 3 la Luna comienza su fase menguante, por lo que se alinea con las vibraciones terminales de Sol y Mercurio, y de esta época otoñal, favoreciendo las actitudes conclusivas. En el fin de semana, bajo su condición balsámica, reforzará los procesos de desintoxicación, purificación, perdón y sanación, necesarios para asumir los nuevos desafíos.

Esta Luna terminal se incorpora a la unión de Venus y Marte, en Virgo, creando un nivel superior de integración de la Energía Cósmica. Se presentan las condiciones fácticas para que el espíritu humano pueda conducir acciones que posibiliten un salto cuántico en la manera de resolver los conflictos y antagonismos.

Desde el firmamento recibimos la postura sanadora y emocional de la Luna, que impulsa la redención del sufrimiento, con el concurso de Marte, tomando iniciativas y asumiendo riesgos, y la contribución de Venus, en su rol sereno, confiado y amoroso.

Este mes de noviembre ha comenzado con una clara instrucción cósmica: caminar hacia la finalización de lo conflictivo, la purificación de lo contaminado, la superación de las contradicciones y la integración de la energía vital.

LOS EVENTOS ASTRALES MÁS SIGNIFICATIVOS DE LA SEMANA (02 al 08 noviembre, 2015)

Horario Costa Este América (- 05:00 GMT). 

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