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Jose bernardo gomez
Photo Credits: Stephen Rahn ©

Hermoso apagón otoñal

Desde el viernes 10 la Luna entró en su semana Menguante, cuando recorre el último trecho de su apresurado giro para volverse a reunir con el Sol, en el mismo punto zodiacal, el próximo sábado 18, en la zona final del signo Escorpio. Es la semana en que la luz de nuestro satélite se va apagando y sólo puede ser visible en la madrugada, cuando aparece por el Este, cada vez más delgada y más retardada.

En los últimos cuatro días de su ciclo sinódico, entre la mañana del martes 14 y el mediodía del sábado 18, nuestra Luna se mostrará en su condición Balsámica. Ella inspira las mentes humanas como ocurre a esas horas que anteceden a la salida del Sol: bajo la oscuridad del inconsciente y las ocurrencias fantásticas de los sueños, y preparándonos para un nuevo despertar de la Consciencia.

Bajo su cualidad Balsámica, la Luna facilita el debilitamiento de los dolores, permite la revisión de lo realizado, la expiación y superación de las culpas, el ordenamiento de las ideas y la previsión de futuras acciones. Es un tiempo para la reflexión, el perdón y la reprogramación de lo que está por ejecutar. Es la oportunidad ideal para cicatrizar las heridas del alma y sanar las enfermedades del corazón.

En esta ocasión, la Luna Balsámica brindará un bello espectáculo madrugador. Ella se irá acercando a los dos luceros más brillantes de la bóveda celeste, que estarán ubicados muy cerca uno del otro, en el trecho sideral escorpiano. Se trata de Venus y Júpiter, los dos planetas más brillantes cuando aparecen en horario nocturno y bajo una luz lunar tan menguada.

El potente brillo de Venus y de Júpiter se debe a razones diferentes. El que lleva el nombre de la diosa del Amor, por ser el más cercano a nuestro planeta; y el que comparte su nombre con el dios de los dioses, por ser el más voluminoso de todos los integrantes del sistema solar. Ambos planetas comparten la misma ubicación zodiacal.

Comienza la semana, el lunes trece, con la exacta conjunción de los dos planetas que la tradición astrológica occidental considera “benéficos”. En la madrugada de ese día, Venus alcanza a Júpiter, cuando ambos transitan por el grado siete de Escorpio. Así, las dos fulgurantes estrellas incrementan cada una su propio poderío.

Venus es el astro que representa la armonía, el encanto, la estética, la sensualidad, los sentimientos, la seducción y la posesión de los bienes materiales. Se le asocia con la feminidad y el erotismo. Es el planeta que simboliza la poderosa y transformadora energía del Amor.

Júpiter es el astro al que se le atribuye la fuerza expansiva: la generosidad, los excesos, el descontrol, la justicia y la eliminación de las trabas. Representa la Libertad, es el que tiene el poder para liberar todo lo que se halla limitado, reprimido o constreñido.

Mientras Venus es regente de Libra, Júpiter lo es de Sagitario. Ahora se encuentran ambos en conjunción en el signo que media entre esas dos constelaciones que ellos gobiernan: Escorpio. No se producía tal unión entre los dos planetas en ese signo zodiacal, desde que lo hicieran hace once años, el 15 de noviembre de 2006.

La anterior conjunción Venus-Júpiter en Escorpio ocurrió, al igual que ahora, con una Luna Menguante pre-balsámica. La diferencia entre aquella conjunción y ésta, es que la anterior se produjo en los últimos grados de Escorpio, mientras que la de ahora se produce 20° antes, transitando por la última casa del horóscopo de Venezuela, y no sobre su Ascendente como en 2006. He allí la diferencia esencial entre la confluencia de aquel año y la de éste.

Quienes esta semana madruguen, y dispongan de un cielo despejado, podrán observar el paso de la Luna Balsámica sobre la conjunción de Venus y Júpiter, llenándose de toda la fuerza e inspiración que tal configuración astral transmite. La combinación entre la Luna y ese par de planetas, anunciando la salida del Sol, propicia la sanación de aquellos sufrimientos que padece el alma.

Mientras Venus y Júpiter inician la semana fusionados, para ser testigos de las negociaciones del Gobierno venezolano con sus tenedores de bonos, procurando los mejores beneficios para ambas partes, la semana concluye con la conjunción de Sol y Luna, vestidos con el ropaje de la Luna Nueva de Escorpio, la que provee el estímulo para las terminaciones y los finales.

El carácter transformador y purificador de esta última semana del Escorpión, con Luna Nueva incluida, ubicada sobre el Ascendente de Venezuela, constituye una señal de alerta. En paralelo, los dos astros con los que se asocia el poder estremecedor de Escorpio –el agresivo Marte y el aterrador Plutón– estarán en ángulo crítico de confrontación entre ellos, indicación de que ya se está agotando el tiempo para el necesario cambio de actitud y para la exigente renovación espiritual.


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astrologuia.wordpress.com

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