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Jose Bernardo Gomez

Fatídica elección

Comienza el undécimo mes del año, bajo el impulso de una Luna Nueva. Se abre, por tanto, un nuevo episodio en el ilimitado y repetitivo recorrido de la Luna alrededor de nuestro planeta, en sintonía con el continuo peregrinaje de la Tierra por el circuito zodiacal. Esta vez, coinciden nuestras dos luminarias en el área representada por Escorpio, zona asociada con los procesos oscuros y transformadores, sometida al poder subterráneo de Plutón, dios del inframundo y soberano de los muertos.

El nuevo ciclo mensual se inicia sometido a una singular circunstancia: nuestro plateado satélite alcanzará los máximos niveles de luminosidad e influjo electromagnético de las últimas siete décadas, apareciendo como el más grande de los últimos 853 plenilunios. Nuestra Luna ha comenzado esta nueva vuelta sideral con la misión de alcanzar su mayor acercamiento a la Tierra, en 69 años. 

En ese peculiar ámbito de la interacción Luna-Tierra-Sol se llevará a efecto la elección presidencial número 58 en la historia de los Estados Unidos. Por vez primera el sexo femenino estará representado por una de las dos candidaturas que se disputan la máxima representación del país más poderoso del planeta. Del otro lado ha sido postulado un ciudadano no proveniente de la clase política, sino del mundo de los negocios.

Bajo esa atmósfera de atipicidad cósmica y terrenal, nuestro mundo se verá sometido a una prueba inusual, cuando quien suceda a Barack Obama, deberá enfrentar serios desafíos, sin contar con el aval de satisfactorios antecedentes en su desempeño público. La presidencia de ese país norteamericano se debate entre un empresario extravagante y una sigilosa operadora política.

Donald Trump nació sometido a la fuerza ambivalente de Géminis, con el Sol junto al irreverente Urano y con el violento Marte en el Ascendente, condiciones que le otorgan una conducta impredecible e iracunda; por su parte, Hillary Clinton despertó a la vida cuando el Sol pasaba por el enigmático escorpión, la poderosa conjunción de su regente Plutón con Marte, y Mercurio Retrógrado en su ascendente, que la marcan con el sello de la manipulación y la desconfianza.

Extrañamente los dos contrincantes que aspiran a hospedarse en la Casa Blanca son contemporáneos, bordeando la condición de septuagenarios. Uno supera a la otra en apenas 16 meses de vida terrenal. Ellos llegaron a este planeta en los tiempos en que ocurrió la única Super Luna que habrá superado en tamaño a la que se exhibirá dentro de un par de semanas, pocos días después de la elección.

La habitual condición escorpiana de las elecciones estadounidenses, se verá magnificada por la circunstancia de que el decisivo día electoral coincidirá con la creciente Luna llegando a Piscis y su inmediata conjunción con el confuso y nebuloso Neptuno, el astro que se identifica con el dios de las profundidades marinas. Mientras que el Sol en Escorpio estará transitando muy cerca de la denominada Luna Negra o Lilith, símbolo asociado con el lado poderoso, misterioso y oculto de la energía femenina.

Las condiciones astrales de los dos candidatos a la Casa Blanca definen estos comicios presidenciales como una confrontación de fuerzas que trascienden la individualidad. Se trata de la lucha entre la extravagancia irracional, representada por Trump, y el manejo subterráneo y sutil del poder, personificado en la femenina actuación de Hillary. Cualquiera sea el resultado del martes 8, se habrá escogido al ejecutor de la última fase de un ciclo gubernamental que culminará en el año 2020.

La configuración planetaria del día electoral, una semana antes de la extraordinaria Super Luna septuagenaria, con el influjo de una engañosa Luna pisciana y de una tenebrosa Luna Negra dominante, confirman la sensación de que se trata de un suceso atado al dictamen de las fuerzas del Destino, al Fatum, que todo lo dirige desde el mundo invisible. La humanidad toda percibirá los efectos ininteligibles de esta extraña y lunática contienda electoral.


astrologuia.wordpress.com

Photo Credits: Emilio Küffer

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