El Plenilunio en Perigeo, con alineamiento astral incluyendo a Urano, el astro de las extravagancias, del pasado fin de semana, así como su preparación en los días previos, produjo la aceleración y elevación de ondas vibracionales que afectaron el ritmo físico, biológico, psíquico y emocional de los seres vivientes que habitan nuestro planeta.
El nombramiento cardenalicio de Baltazar Porras, obispo venezolano antigubernamental, la elección del portugués António Guterres, como nuevo Secretario General de las Naciones Unidas; de Bob Dylan, primer músico (compositor) Premio Nobel de Literatura; y del venezolano Arturo Sosa, como Superior General de los jesuitas, han sido algunas de las extravagancias lunares que nos trajeron estos días.
Cuatro semanas nos separan ahora de la siguiente Super Luna, uno de los fenómenos celestes más espectaculares. Durante las noches del trece y catorce de noviembre, una semana después de la elección presidencial en los Estados Unidos, ocurrirá el Plenilunio más potente de los últimos 70 años. Antes de ese acontecimiento astrofísico tan peculiar seremos testigos de varios fenómenos celestes de relevancia.
El acontecimiento astral más significativo de esta semana, que se ha iniciado con noches iluminadas por el gran reflector lunar, será la unión de dos astros vinculados a energías poderosas. Se trata de la conjunción de Marte y Plutón, en Capricornio.
El venidero miércoles 19, Marte y Plutón compartirán la misma posición zodiacal. No se encontraban en el mismo sitio desde hace un par de años. Esta relación planetaria representa un punto de quiebre, una definición, el final de un proceso de disolución. La característica fundamental es su condición de algo que termina de manera abrupta o violenta.
En la simbología astrológica, Marte y Plutón comparten cualidades similares que los vinculan con la energía sexual, tanto en su manifestación física e instintiva, como en su expresión emocional y transformadora. La noción de dominación apasionada, de lucha hasta el fin y de entrega total, es propia de estos dos astros, ahora encompinchados.
El planeta Marte es considerado, como el dios del mismo nombre, estimulador de las fuerzas instintivas de lucha y preservación, la habilidad competitiva, el espíritu conquistador, el ímpetu guerrero, la expresión de agresividad y violencia, así como su manifestación en el carácter varonil y la masculinidad.
Plutón, el más alejado y diminuto de los planetas conocidos, es asociado con el dios de la muerte y soberano del inframundo, con una extraordinaria fuerza demoledora. Es el símil del Poder Oculto, de las fuerzas del más allá, que inciden en el universo visible. Es el astro de las grandes transformaciones, de la ruptura con lo conocido y de la transmutación.
Bajo esa configuración astral, en la noche de ese mismo día se enfrentarán, en un tercer y último debate televisado, los dos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos. Señal clara de lo que podría ser un resultado devastador para uno de ellos, o de una modificación sustancial en la evolución de ese proceso comicial. En el caso venezolano podría presentarse en estos días la decisión judicial que otorgue el jaque mate al pretendido referéndum revocatorio presidencial.
La conjunción Marte-Plutón de estos días, junto a los efectos de la reciente Luna Llena uraniana, emergen como diáfana indicación de que en los próximos días, tal como ocurre en la faena taurina, se propinará la estocada que marcará el fin violento de todo aquello que aún está emitiendo sus últimos hálitos de vida.
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