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Jose Bernardo Gomez
astrologia Jose Bernardo Gomez

Energía lunar multifacética

Después de alcanzar su máximo esplendor el pasado miércoles 10, la Luna ha comenzado a perder presencia y luminosidad, a medida que van transcurriendo las noches. En apenas una semana (jueves 18) habrá perdido la mitad de su faz iluminada, convirtiéndose entonces en una Medialuna. Esa noche iniciará su fase menguante en persecución del Sol, hasta que desparezca completamente, en la noche del 25 de mayo, cuando se junte con él.

Nuestro único satélite natural, en su constante movimiento por la esfera zodiacal, cada noche nos muestra un rostro distinto en su doble proceso: de incremento y descenso de su esférica figura. En el lapso de cuatro semanas retorna a su apariencia inicial, y en ese incesante movimiento requerirá de 48 semanas para repetir 12 veces el mismo procedimiento.

En su perenne desplazamiento, la Luna acompaña a nuestro planeta en su constante tránsito sideral y se convierte en una fulgurante referencia nocturna, a través de sus múltiples caras. Desde siempre la humanidad le ha guardado reverencia a su misterioso encanto, atribuyéndole extraordinarios poderes a su mutable y radiante imagen.

Las más variadas culturas y civilizaciones de la antigüedad identificaron a nuestra luna con una divinidad femenina, fuente de los más diversos mitos y leyendas, provista de la fuerza suficiente para incidir en la vida de los seres mortales, sobre todo, en lo concerniente a la provisión de los frutos de la tierra. Debido a ello, se le relacionó con la maternidad y la nutrición, y así fue asimilada por los primeros estudiosos de la astrología.

En el territorio de lo simbólico, la Luna representa el principio pasivo (recibe y refleja la luz solar), la fecundidad, la sensibilidad, las emociones, el misterio, la humedad, lo receptivo, el inconsciente, la noche, la imaginación, la intuición y lo transitorio, elementos propios de la feminidad. Su carácter voluble destaca en razón de la persistente modificación de su apariencia.

En las 29 noches que dura el ciclo sinódico de la Luna, desde su primera unión con el Sol hasta la siguiente, pueden manifestarse sus 26 rostros (cada mes hay 3 noches sucesivas en que no puede ser observada, por su posición zodiacal cercana a la del Sol). Tal cantidad de figuras lunares podrían reducirse a cuatro principales que corresponden a sus respectivas fases: nueva, creciente, llena y menguante.

Cada una de las fases lunares puede ser asociada con una forma distinta de exhibir lo femenino: la inocencia, la seducción, la fertilidad y la sabiduría; o con las cuatro edades de la mujer: la niña virgen, el despertar juvenil a la sexualidad y sensualidad, la fertilidad maternal y la interiorización de la madurez.

En los procesos humanos -tanto personales como sociales- pueden ser identificados cuatro momentos fundamentales: surgimiento, desarrollo, plenitud y decadencia, equiparables a las cuatro fases de la Luna. Según el principio de sincronicidad, o de acuerdo con la ley de analogía, parece existir una correspondencia entre los sucesos terrenales y los eventos siderales, en los que cada fase lunar representa un determinado patrón de comportamiento.

Cuando la dinámica de la vida natural y de las acciones humanas coincide con la manifestación de una fase lunar se incrementan las posibilidades de obtener resultados semejantes al significado del respectivo ciclo. Por ello, suele recomendarse iniciar proyectos o tareas en días de Luna Nueva; estimular el desarrollo o crecimiento de las acciones, en tiempos de Cuarto Creciente; explotar potencialidades y exponer logros durante la Luna Llena; y evaluar los resultados o finalizar las operaciones, en la semana del Cuarto Menguante.

Como la presente semana está imbuida de la condición decreciente de la Luna y se enrumba hacia su fase Menguante, es previsible observar un estado disminución en los procesos que han logrado manifestarse ampliamente en la semana precedente. Entre el 18 y el 25 de mayo conviene ejecutar acciones que faciliten la eliminación o finalización de aquello que daña o sobra. Será el tiempo propicio para la poda de plantas, el corte de uñas o pelo, los procedimientos de desintoxicación o dieta, el balance de las realizaciones o la reflexiva consideración de los cambios que deban acometerse hacia adelante.

La continua función iluminadora de la Luna, independientemente de cuan visible sea a nuestros ojos, siempre estará estimulando y promoviendo procesos inconscientes, acordes con la energía que fluye por el cosmos. Tomar conciencia de ello puede ayudarnos a dirigir nuestras capacidades, esfuerzos y acciones en el sentido más conveniente y beneficioso a nuestro propio desarrollo, en sus más variadas facetas. En lugar de luchar contra la corriente siempre será más provechoso amoldarnos y sincronizarnos con ella.


🇺🇸 Ahora puedes leer el Código Estelar en inglés: http://bit.ly/2r6Vl51

Traducido por Jorge Pardo Febres-CorderoTraductor Público Certificado (Español-Inglés-Español) – [email protected]


astrologuia.wordpress.com

Photo Credits: Stephen Rahn

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