El embrujo de la luna

Semana de protagonismo lunar. El lunes 26, cuando la Luna se encuentra con Urano, lo hace desde su posición más próxima a la Tierra, en el Perigeo. Ese día recorre la zona sideral a su más alta velocidad, exhibiendo su mayor tamaño. Esa noche de lunes, día consagrado en su honor, la Luna iluminará la bóveda celeste, desde el ocaso hasta el siguiente amanecer.

Hemos llegado a la última semana de octubre, con la Luna en su plenitud, iniciando un nuevo recorrido sideral, al transitar por el primer cuarto de las constelaciones zodiacales. El segundo plenilunio otoñal es el más significativo de esta tercera estación climática, cuando el Sol se interna cada vez más en el sur de nuestro planeta y la oscuridad va ganando espacio y tiempo.

Al coincidir Plenilunio y Perigeo, la luminosidad de esa noche es máxima; la inmensidad de nuestro único satélite natural le otorga una hermosura superior; y el influjo que ejerce sobre los fluidos de nuestro planeta y de nuestros cuerpos es de una intensidad máxima.

El Plenilunio del lunes será la verdadera Luna de brujas y lobos, de la inspiración y la locura, del amor y el frenesí, de la pasión y del crimen. Es la Luna de los misterios infinitos y de las fuerzas indómitas del Inconsciente.

En esta época del año, cuando el Sol se sumerge en las profundidades del Escorpión, la Luna plena coquetea con el Toro enamorado. Lo atrae, lo embruja, lo irrita y lo enfurece. En su paso veloz por el signo de Tauro, la Luna nos conecta con el placer, la sensualidad, la valoración estética, la búsqueda de seguridad y la vivacidad de nuestros sentidos.

La Luna Llena en Tauro siempre se manifiesta en la plenitud del Otoño norteño y nos permite compensar ese período de enfriamiento, oscuridad y limitación con la exuberancia, florecimiento, colorido y exaltación propios de su opuesto: la primavera.

El Plenilunio en Tauro nos contacta con la noción del fruto prohibido, el amor inasible o el mito de Zeus y Europa. Un dios todopoderoso impedido de acceder al placer carnal que representaba la unión con una hermosísima mujer, decide convertirse en bello toro, blanco y dócil, con perfectos cuernos de luna creciente, para seducir a la bella Europa, para poseerla y disfrutar con ella del amor físico, quedando la escena inmortalizada en forma de constelación estelar (Tauro), tan afín a la Luna.

Esta semana de Plenilunio es también de antagonismos. Noches iluminadas, con manifestaciones del Otoño en el norte y de la Primavera en el sur, del Sol bajo las tenazas del alacrán y la Luna sobre los cachos del toro, de disfrute placentero y de conexión con el más allá.

Bajo esta Luna otoñal, la vegetación nos recuerda que la vida entra en receso, nos conectamos también con la muerte, con el mundo de ultratumba. Se celebran las fiestas nórdicas de Halloween, que responden a añejas tradiciones y creencias, forma de vinculación con las almas que habitan dimensiones ocultas, y entidades inmateriales que exigen atención.

Distintas culturas y expresiones religiosas que también rinden culto a sus santos, a sus difuntos y a sus seres intangibles. Tiempo para la reflexión y para la toma de consciencia de que la vida física es finita, pero que también posee una dimensión meta-física, atemporal, inmaterial, eterna y trascendente. Los fenómenos del mundo natural, incluyendo los astrofísicos, transmiten la noción de integración del Todo en el Uno, en la esencia y presencia del Ser en el Universo.

LOS EVENTOS ASTRALES MÁS SIGNIFICATIVOS DE LA SEMANA (26 octubre al 01 noviembre, 2015)

Horario Costa Este América (- 04:00 GMT).  astrologuia.wordpress.com

Photo Credits: Ray Bodden