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Jose Bernardo Gomez

Cuando el río suena

El pasado fin de semana, con la segunda Luna Nueva del período invernal, comenzó el nuevo año chino, inspirado en el Gallo de Fuego, que se prolongará hasta el 15 de febrero de 2018. Es más extenso que los dos anteriores y que los dos siguientes, pues éste abarcará trece lunaciones (381 días) en lugar de doce.

La inauguración del nuevo ciclo anual se produjo en simultánea con la entrada de Marte en su signo natural: Aries, en donde recupera su fuerza impulsiva, activa, independiente y combativa; ya que durante los últimos cuatro meses su espíritu fogoso estuvo sometido a las limitaciones formales impuestas por Capricornio, la racionalidad abstracta generada por Acuario y la pasividad provocada por el hábitat acuoso de Piscis

Durante las siguientes seis semanas, la espontaneidad, la provocación y el afán de lucha, se pondrán de manifiesto con el tránsito del planeta rojo por el signo del carnero. La agresividad y vitalidad propias del astro, se expresarán en la cotidianidad del comportamiento humano, ahora más natural, instintivo y espontáneo, imponiéndose por sobre las conductas controladas o reprimidas.

La confluencia de la Luna Nueva de Acuario con el inicio de la pasantía de Marte por Aries, promueve y estimula el emprendimiento de nuevos proyectos, facilitando las condiciones para encauzar la creatividad e innovación y explorar desconocidas áreas de acción. Es un tiempo en que se favorece el desarrollo de una actitud rebelde y pionera.

A finales de esta semana, Venus, contrapeso de Marte, también llega al signo de Aries. La cualidad seductora, conciliadora y receptiva se vuelve más abierta y se pone a tono con el estilo conquistador y dominante de Marte.

Venus, se muestra como la más brillante de las estrellas que domina el cielo occidental durante las primeras horas nocturnas. En las dos últimas noches de enero, el planeta del Amor y la Belleza nos brindará junto a la Luna, como una nívea y fina línea curva, un bello espectáculo, al aparecer los dos astros luminosos compartiendo el mismo espacio celeste.

La integración del sentimiento y la emoción servirá de preámbulo a la mencionada llegada de Venus a Aries. En ese signo, el brillante planeta reduce su velocidad y prepara su próxima retrogradación (marzo y abril), cuando los asuntos del corazón y el manejo de lo económico atraviesen un período de inhibiciones y restricciones, que marcarán el inicio de un nuevo ciclo venusino de 18 meses.

Se inicia el mes de febrero caracterizado por la presencia de sendos eclipses de Luna y Sol, los días 10 y 26, respectivamente, en los signos de Leo (Luna) y Piscis (Sol). Ambos eventos marcan la pauta de los sucesos transformadores que se irán manifestando en el transcurso de los próximos meses. El Eclipse Parcial de Sol del 26 de febrero ocurre en el mismo punto zodiacal en el que se produjo el último eclipse total visible en Venezuela (26 febrero 1998), que impulsó el cambio del sistema político, con la Revolución Bolivariana.

El clima cósmico que promueve cambios en las estructuras físicas, mentales, culturales, sociales, políticas o emocionales, sólidas en apariencia, durante este año 2017 está regido por la oposición de los planetas Urano, en Aries, y Júpiter, en Libra. Ello representa dos fuerzas conjuntas: el desplome o demolición (Urano) y la liberación o descontrol (Júpiter). Tal configuración astral tendrá mayor vigencia en el período comprendido entre el 3 de marzo y el 28 de septiembre del presente año.

Esta semana, el planeta Mercurio, asociado con la actividad conectora y mediadora, se ubicará en su paso por Capricornio, en el punto intermedio entre Urano y Júpiter, formando entre los tres una suerte de triángulo de flujo energético conflictivo, que activa la oposición demoledora-liberadora de los dos planetas señalados. No es casual que hace pocos días se desplomara, sin causa inmediata aparente, un puente de singular importancia que unía dos sectores del litoral central venezolano.

La nueva lunación comenzada el pasado fin de semana, que alcanzará su plenitud (10-F) y su final (26-F) con respectivos procesos eclipsales; la llegada de Marte y Venus a Aries; y la activación mercuriana de la oposición Urano-Júpiter, son señales evidentes de que este mes, que se inicia con la fusión de Luna y Venus, será fundamental para orientar el rumbo de los cambios por venir.


astrologuia.wordpress.com

Photo Credits: Stephen Rahn

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