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Jose Bernardo Gomez
Jose Bernardo Gomez - ViceVersa Magazine

Cosmos, caos y creación

Ha comenzado una semana especial: finaliza el más corto mes del año y comienza el tercero, dedicado al “dios de la guerra”, en el que el Sol cruzará por encima del ecuador terrestre, promoviendo el amanecer de la vida -y la primavera- en el norte. Febrero acaba, celebrando fiestas carnestolendas y marzo despega, iniciando la cuaresma cristiana.

En el último domingo del mes mocho un Eclipse Anular de Sol causa alteraciones en el ritmo vital de los habitantes del orbe. La Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, ocultándonos la radiante luz y vibrante energía de nuestra fuente de vida y calor. En uno de los extremos de esta triple alineación astral se halla un diminuto, distante y gaseoso planeta, haciéndose sentir en estos días.

El pequeño y lejano Neptuno, identificado con la potencia dominante de las fuerzas oceánicas y regente del Signo de los Peces, en que sucede la alineación provocadora del Eclipse dominical, adquiere también gran preponderancia, al fusionarse con una tríada de astros, en sucesivos días de esta compleja semana.

El mismo día del Eclipse, la Luna toca el enigmático punto zodiacal en que se ha posado Neptuno: los once grados de Piscis. Por allí, pasará también el Sol, en la primera noche de marzo, y luego lo hará el mediador Mercurio, en la mañana del sábado 4. Esta triple conjunción neptuniana sugiere que vivimos días en que prevalece la confusión nebulosa, la visión engañosa y la perturbación, en las profundas aguas del Inconsciente.

El reinante sector de Piscis, último de la rueda zodiacal, es considerado un signo doble, mutable y de agua; es decir, un área en que se conjuga la dualidad, la inestabilidad y la sensibilidad emocional. El grado 11, representa la repetición de la unidad, que produce la dualidad (1+1=2), y estimula la repetición para el aprendizaje. Es el primer grado del decanato central del signo zodiacal, en el que se inicia -con fuerza renovada- el poder de cada signo.

También en esta semana se manifestará una alineación planetaria singular: el desinhibido y liberador Júpiter, en vías de retrogradación, se enfrenta a Urano, el astro de la rebeldía e irreverencia, que se conecta con los procesos de ruptura y desregulación, transmisor de una corriente caótica, precursora de los nuevos tiempos.

La lenta confrontación de Urano con Júpiter, que llega a su clímax el próximo jueves 2, se mantendrá latente hasta los últimos días de septiembre, cuando ocurra el desenlace final entre ellos. Se dispara desde ahora un ambiente de inestabilidad que precede a toda acción creadora y a toda iniciativa para recuperar el equilibrio perdido.

En estos días se produce una intensa conflagración planetaria. Apenas pocas horas después del Eclipse, el agresivo astro rojo, Marte, se junta con el más desconcertante y desestabilizador de los planetas: el ya descrito Urano. La confluencia de ambos en Aries, le otorga un carácter más impetuoso a esa conjunción.

La mencionada pugna caotizadora entre Urano y Júpiter que se desplegará en los días venideros, adquiere un nivel explosivo superior con la turbulenta intervención de la furia marciana. Marte no sólo nutre a Urano de una energía devastadora; sino que, al oponerse simultáneamente a Júpiter, recibe de éste un impulso que supera todo control.

Culmina la semana con el fenómeno planetario más relevante: la retrogradación de Venus. La natural irritabilidad de Marte, desbordada por la acción conjunta de Urano y Júpiter, se acentúa por la incómoda posición de Venus, en tránsito por Aries. Las condiciones de conciliación, armonía, afectuosidad y unión, propias del Planeta del Amor, entran en una fase de receso por exigencias de la reflexión y la introspección.

Venus, nuestro brillante y cercano lucero, mantendrá su posición invertida durante seis semanas. Ello ocurre cada dieciocho meses y representa la oportunidad para reconectarnos con el mundo de los sentimientos. Es ahora, en simultánea con las fuerzas de la acción y la confrontación exteriorizadas y desbordadas, cuando nos corresponde sintonizar la clave del equilibrio, de la paz interior y de la amorosa conciliación.

Una semana que inicia con Eclipse y termina en retrogradación venusina, llena de tantos y tan subversivos eventos astrales en tan breve lapso, es una semana que incita a la interiorización. La posibilidad cierta de sucesos externos catastróficos, como los que previene la simbología astrológica, va de la mano con la necesidad de convertir un aparente cataclismo interior en una oportunidad para la renovación profunda de nuestras convicciones y nuestras esperanzas, es como pasar del carnaval a la cuaresma.


🇺🇸 Ahora puedes leer el Código Estelar en inglés: http://bit.ly/2mtyQlD

Traducido por Jorge Pardo Febres-CorderoTraductor Público Certificado (Español-Inglés-Español) – [email protected]


astrologuia.wordpress.com

Photo Credits: s58y

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