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Jose Bernardo Gomez
Photo Credits: hdaniel ©

Bálsamo pre-equinoccial

Desde el pasado sábado 16 al mediodía, la Luna menguante se convirtió en Balsámica, cuando transitaba por los nueve grados de Leo. Permanecerá en esa condición hasta el próximo 20, al concluir la primera hora y media del día dedicado al dios Mercurio. En ese instante, se unirá al Sol, cuando ambas luminarias se encuentren en el grado y el minuto 27 de su paso por Virgo.

El tiempo transcurrido entre la tarde del sábado y el comienzo del miércoles, los tres días y medio previos a la nueva conjunción de nuestro satélite con el astro rey, es el período en que la Luna refleja su menor cantidad de luz y sólo surca el cielo en horas de la madrugada, poco antes de que por el horizonte oriental emerjan los primeros rayos solares.

Cuando en su carrera tras el Sol, la Luna logra acortar la distancia desde los 45° hasta alcanzarlo, se produce la 8va. y última etapa de su ciclo sinódico, de 29.5 días, que se repite sin cesar, y que permite el establecimiento de una unidad de tiempo conocida como mes.  En la segunda mitad del menguante, esta media semana de agonía lunar, se le conoce como Balsámica.

La última fase del menguante lunar simboliza las terminaciones y los acabamientos. Es la oportunidad propicia para deslastrarnos de experiencias dolorosas, de vivencias amargas, de sentimientos de confusión y de todos aquellos elementos que han perdido vigencia, que poseen carácter tóxico o que generan perturbación. La Luna Balsámica favorece la limpieza y la purificación, el olvido y el perdón, la eliminación y la sanación. Más aún en esta ocasión en que transita por Virgo, el signo de la higiene y la salud corporal.

En la condición conclusiva del ciclo lunar predomina la función eliminatoria. Es el momento adecuado para desechar lo que ya no sirve, salir de lo que no se usa, desintoxicarse de todo lo que hace daño, en lo biológico, psicológico, mental, emocional y espiritual. Es el tiempo de los finiquitos, las dietas, las evaluaciones y las limpiezas a fondo. La Luna Balsámica funciona como catarsis, como un bálsamo que aquieta el espíritu, distiende los músculos, aminora los dolores y aligera las cargas.

Cuando la Luna desaparece completamente del escenario (en las noches del martes y miércoles) es porque el encandilamiento solar impedirá su percepción. Termina el ciclo lunar con una peculiar alineación astral: el Sol en un extremo, Luna y Tierra en el punto central, y el planetoide Quirón en el otro extremo. Se produce entonces la Luna Nueva de las postrimerías de Virgo, que en esta ocasión estará matizada por la influencia de Quirón, símbolo también de los procesos de curación.  Así culmina este ciclo de la Luna, con un llamado a la sanación.

Bajo este ambiente de recuperación y depuración que impulsa la Luna Balsámica y que promueve la Luna Nueva opuesta a Quirón, nos preparamos para el cruce del Sol por la línea ecuatorial, el venidero viernes 22, en horas de la tarde. Se producirá en ese momento el Equinoccio. Es la repartición equitativa de la energía solar en nuestro planeta. En el norte y en el sur la luminosidad y la temperatura se manifestarán de forma similar, dando lugar a una duración semejante de los días y las noches en ambos hemisferios.

Es el segundo equinoccio del año, cuando el Sol regresa de su pasantía por el norte y se dirige hacia el sur, región en que permanecerá un semestre completo. Se inicia en el norte el Otoño, símbolo del agotamiento de la vida, de lo que merma (como la luz y el calor) y que se expresa en la pérdida del verdor vegetal. En cambio, en el sur comienza la Primavera, cuando renace la naturaleza y retoñan las plantas. El Sol como símbolo de la vida, ahora se expresa en equilibrio y con su doble cara: lo que se va muriendo (en el norte) y lo que está naciendo (en el sur).   

La Luna y el Sol se comportan esta semana de manera similar, transmitiendo un mismo mensaje. Ella, mostrándose media semana como moribunda y la otra media como recién nacida; y él, lanzando sus rayos sobre el ecuador, propiciando la reducción del ritmo existencial en el norte y el impulso de la vida en el sur. Es tiempo de revisión y de corrección, de buscar armonía y equilibrio. De establecer los puntos medios, el encuentro entre visiones opuestas.

Todos los símbolos arriba mencionados se identifican con los procesos de recuperación, de curación y de regeneración. Nos hallamos, por tanto, en tiempos de transición hacia un modelo de vida más sano. Los recientes eventos de la naturaleza, los acontecimientos sociales (incluyendo un nuevo período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas), y la Luna Nueva de Virgo, que antecede al Equinoccio de Libra, nos orientan hacia una acción más consciente de liberación y purificación.


🇺🇸 Puedes leer el Código Estelar en inglés: http://bit.ly/2w7yTbk

Traducido por Jorge Pardo Febres-CorderoTraductor Público Certificado (Español-Inglés-Español) – [email protected]


astrologuia.wordpress.com

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