Cuando hablamos de arte y por lo tanto de artistas, se termina frecuentemente reafirmando el mito según el cual el... Sigue leyendo
Francesco Santoro
Nacido en 1955 en la montaña de la Sila, es en la ciudad de Milán que inicia su camino de formación como elección de vida para una experiencia personal en el mundo del arte.
No obstante la severidad de una gran metrópolis como Milán, Santoro se afirma ya desde joven recibiendo consenso del público y la crítica.
El trabajo extenuante, la constante investigación como autodidacta, unida a la perfección y su alto nivel práctico, constituye uno de los artistas jóvenes más valiosos y prometedores de Europa.
En 1985 la Academia de Arte de Brera le abre sus puertas ad honorem, donde comienza una amistad profunda y respetable con el profesor Raffaele De Grada y Francesco Poli, junto a los cuales inicia a sostener conferencias sobre la historia del arte.
Presenta, con la colaboración de la Superintendencia de Bienes Culturales de Italia, una Antología del arte soviético, una exposición de arte que fue acogida por algunas de las instituciones culturales más relevantes de Italia: el palacio real de Nápoles, el Palacio Volpi de Como, el Santa María Mayor, el Museo Bandera de Busto Arsizio y el Fuerte español de Aquila.
Con el paso del tiempo, desarrolla y lleva a la perfección su pintura tridimensional: la escultura. De hecho, la Guardia de Financia de Brescia y la Escuela de la Aeronáutica en Milán, le confían el desarrollo de monumentos en la ciudad.
Santoro es un pintor y escultor, y al mismo tiempo crítico de arte; estudioso de nuevas formas originales para una nueva expresión artística, explora los procedimientos y los límites del poder de la conducta y el conocimiento.
Aun cuando es notable experto de arte moderna, su carácter renacentista nace del conocimiento de las técnicas antiguas como el Fresco, Encausto, etc. Esto le vale su presencia y la aplicación de su trabajo en países como: Venezuela, EE.UU., Canadá, México , Colombia. En estos años de trabajo en el extranjero, fundó la academia de arte Giovanni Battista Scalabrini en Valencia, Venezuela que se adapta a su objetivo para la formación comunitaria y social del arte de las nuevas generaciones, deseosas de desarrollar su propio ser en el conocimiento de los diferentes sectores del arte.
Su obra y su amplio conocimiento en el campo del arte le han llevado a desarrollar series de conferencias la ciudad de Nueva York y programas prácticos de arte, repartiendo su presencia entre Valencia y Nueva York durante el año.
En la afanosa búsqueda diaria por el desarrollo de una continuidad histórica, desde el punto de vista de las artes,... Sigue leyendo