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Amorosa guerra de galaxias

Semana de Luna Menguante que anuncia terminaciones y desenlaces. Nuestro satélite se irá apagando progresivamente, mientras se aproxima al Sol, recorriendo el primer cuadrante del cielo, desde el último decanato de Piscis hasta el último de Géminis. Cuando ambas luminarias alcancen la mitad del signo de Cástor y Pólux, formarán una línea recta con Venus, y Saturno, en el eje Géminis-Sagitario; al tiempo que otra línea similar, integrada por Neptuno, en Piscis y Júpiter, en Virgo, la cruzará perpendicularmente.

El próximo sábado 4, nuestro planeta se hallará en el centro de ambas formaciones. Quedará cruzado por dos alineamientos planetarios, y formando parte de cada uno de ellos. Con la Luna Nueva de ese día, experimentaremos una de las configuraciones astrales de mayor intensidad: una gran Cruz Cósmica, en los cuatro signos mutables (Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis), que corresponden a la etapa final de cada una de las cuatro estaciones climáticas.

Siete de los once astros principales, que forman parte de nuestro sistema estelar, estarán involucrados en esa peculiar configuración planetaria, creando cuatro oposiciones y ocho cuadraturas entre ellos. Con la Tierra en el punto central, los otros seis cuerpos celestes se ubicarán en cada uno de los cuatro puntos cardinales del firmamento. Los doce ángulos inarmónicos creados para ese instante del Novilunio, le otorgan a ese momento cósmico una gran relevancia.

La hora inicial de este nuevo ciclo lunar, con tal caudal de energía, le confiere a todo el mes que se inicia una fuerza transformadora singular, que se hará más potente para los días del Solsticio de Verano en el norte, que coincidirá este año con el Plenilunio (20 de junio). Será, por tanto, una jornada de iluminación inusual: el día con más luz solar del año, seguido por la noche más refulgente.

La Cruz Cósmica del venidero weekend no posee un carácter nefasto, ni tiene connotaciones trágicas. Representa, eso sí, un torrente energético superior, pues nuestro planeta se siente en medio de una especie de Guerra de las Galaxias, por donde se moviliza una corriente de alto voltaje, capaz de alterar el ritmo habitual de la naturaleza, de nuestros cuerpos y de nuestras psiques y, como consecuencia de ello, pudieran expresarse alteraciones en los estados de ánimo de la gente.

El planeta Venus, tan cercano a nuestro planeta, y por ello mismo tan brillante, se unirá, cual Cupido, a la fusión entre Sol y Luna, lo cual le otorga a esta Luna Nueva tan atípica, una condición especial: aumenta la sensibilidad, se movilizan los sentimientos, se desarrolla la simpatía y se activa la fuerza seductora, pesar de que Saturno, desde el otro extremo del cielo, intentará limitar y controlar el flujo amoroso de esta hora. Una quincena más tarde se hará visible y reconocible el fruto de esta erótica unión de Sol y Luna, en el ambivalente Géminis.


astrologuia.wordpress.com 

Photo Credits: David DeHetre

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