En la noche del lunes 14 la Luna inicia su fase menguante. Cuatro noches después, mostrará sólo la mitad de la medialuna, comportándose desde entonces como una Luna Balsámica, coincidiendo con su paso por el punto más próximo a nuestro planeta (perigeo) hasta desaparecer completamente en las noches del 20 al 22 de agosto, cuando renazca en su tránsito por Virgo.
El lunes 21 de agosto Luna y Sol se ubicarán no sólo en la misma longitud (29° de Leo), sino también en la misma declinación (12° Norte), lo que posibilita la ocurrencia de uno de los fenómenos astrofísicos más espectaculares: un Eclipse Total de Sol.
Lo más peculiar del venidero Eclipse es que una delgada franja quedará sin luz solar en pleno día. Esa franja divide en dos el territorio continental de los Estados Unidos, atravesando 10 estados de la Unión, de Noroeste a Sureste. Se inicia en el Pacífico norte y concluye en el Atlántico medio. Desde hace más de 38 años (febrero 1979) no se observaba un fenómeno de esas características en suelo norteamericano.
En ningún otro subcontinente del planeta podrá observarse el fenómeno eclipsal en su completa dimensión, sólo podrá apreciarse como Eclipse Parcial en aquellos aquellos lugares que posean luz diurna, incluyendo la mayor parte de Estados Unidos. La estrecha sombra se mueve por el territorio como una serpiente, que emerge del Pacífico en Oregon a las 09:07 (hora local) y se sumerge en el Atlántico por Carolina del Sur, a las 16:06 (hora local).
El Eclipse Total de Sol tendrá una duración de 2 minutos, 40 segundos. Llegará a su punto culminante a las 18 horas 24 minutos del Tiempo Universal, que corresponde a las 14:24 hora de Venezuela y de la Costa Atlántica (Este) de los Estados Unidos.
Este Eclipse pertenece a una serie conocida como “Saros 145” que se repite cada 18 años y 11 días. Sus características y efectos son similares a los que pertenecen a la misma serie. Este es el sexto Eclipse de su tipo (total de sol de la serie 145), los anteriores ocurrieron en el verano de los años 1927, 1945, 1963, 1981 y 1999.
El actual Presidente de los Estados Unidos nació bajo un Eclipse Total de Luna. El Sol de entonces compartía la misma ubicación del Marte natal de su país. Se trata de un hombre predestinado que se conecta con la furía violenta de la nación que representa. En esa área se activa la energía de Saturno en los actuales momentos. Los dos astros considerados maléficos en la astrología tradicional.
El Presidente norteamericano nació a la hora exacta en que Marte ascendía por el horizonte oriental (Ascendente) junto a la estrella Regulus, en el mismo punto zodiacal donde ahora ocurre el Eclipse. Razón por la cual sus efectos tienen la potencia de estremecer (o cegar) la vida (física o política) del Sr. Presidente.
Dos de los tres Eclipses Totales de Sol de la misma serie (145) en la vida de Trump ocurrieron a pocos meses de los ataques a los presidentes Kennedy (1963) y Reagan (1981), y el tercero y más reciente (1999) coincidió con la muerte de su padre, su divorcio y segundo matrimonio. Lo que indica la cualidad estremecedora de esos eventos astrales en su vida.
El Eclipse Total de Sol del venidero 21 de agosto representa también para Venezuela la expresión de relevantes cambios en la dinámica de la vida colectiva, aunque el oscurecimiento total no afecte su territorio. También en la Historia política venezolana los Eclipses Totales de Sol de este Saros (145) han tenido importante repercusión como ahora (1945, 1963, 1981 y 1999).
Hace exactamente 19 años, en la noche del 21 de agosto de 1998, se produjo el anterior eclipse solar en ese mismo punto del cielo (29° de Leo), cuando Hugo Chávez resultó vencedor (6 de diciembre) en las elecciones presidenciales, impulsando el proceso constituyente que dio inicio la Revolución Bolivariana. En esta ocasión, además de cumplirse un ciclo eclipsal (19 años), Saturno, el planeta del mando político, regresa a su punto de partida en el mapa natal venezolano (21° de Sagitario), oponiéndose a Júpiter natal del país (20° de Géminis), que rige las relaciones internacionales.
El espectáculo sideral escenificdo sobre parte medular del territorio continental estadounidense le otorga un carácter sombrío e incierto a esa nación Ello permite inferir la ocurrencia de extraordinarios acontecimientos que repercutirán en la vida social del pueblo norteamericano, incidiendo en su inestabilidad política, dado que su Presidente corre el riesgo de ser defenestrado por este acontecimiento.
El carácter iracundo del Presidente gringo, su comportamiento marciano, así como las contínuas y peligrosas amenzas por él emitidas contra Corea del Norte y los recientes sucesos en Virginia, corroboran estas conjeturas. Abundan indicios que navegamos sobre aguas turbulentas y bajo cielos tormentosos.
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Traducido por Jorge Pardo Febres-Cordero, Traductor Público Certificado (Español-Inglés-Español) – [email protected]
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