Las palabras pronunciadas por el Presidente Obama, frente al Congreso, en su discurso del Estado de la Unión para 2015, son una inyección de optimismo en un momento en el cual el resto del mundo tiende más bien al pesimismo.
Crisis económica, nuevos y viejos fantasmas, guerras y conflictos de distinto género, son algunos de los graves problemas que preocupan a gran parte de los países, desde Europa a Asia, desde África a América Latina y el Caribe.
Obama, quien hace apenas algunos meses parecía políticamente acabado, resurge de sus cenizas mostrando el crecimiento de la economía estadounidense y lanza nuevos retos tantos en política interna como internacional.
Grande énfasis ha puesto en la necesidad de disminuir las diferencias entre los distintos sectores de la sociedad y fortalecer la clase media.
“La sombra de la crisis ha pasado y el Estado de la Unión está fuerte”. Ha dicho el Presidente Obama quien, más tarde, ha agregado “La economía de la clase media funciona. Expandir las oportunidades funciona”. Y para que eso sea posible propone aumentar los impuestos a los más ricos y ofrecer mayores y mejores servicios al resto de la población.
Son palabras importantes en un momento en el cual todos los indicadores hablan de un fortalecimiento de las desigualdades sociales y de las asimetrías regionales. Un estudio de la “United Nations Conference on Trade and Development” muestra como el número de países menos desarrollados ha duplicado en los últimos 40 años, según el “World Institute for Development Economics Research” la mitad de la población mundial posee el 1 por ciento de la riqueza global y el último informe de Oxfam Intermón “Iguales” dice que para 2016 ese 1 por ciento tendrá en sus manos mayor riqueza que el otro 99. Cada 3,6 segundos una persona muere de hambre, tres sobre cuatro son niños.
En América Latina la clase media, según un informe del PNUD, estuvo creciendo a un buen ritmo hasta 2012 con características diversas entre los distintos países, pero esa tendencia se ha estancado y podría empeorar a causa de la desaceleración de la economía en toda la región. La caída de los precios de las materias primas, una contracción en las inversiones y el debilitamiento del crecimiento global son los grandes enemigos y, siempre según el informe del PNUD casi 200 millones de habitantes de Latinoamérica y el Caribe están a riesgo de caer en la pobreza.
El FMI ha recortado en casi un punto porcentual la proyección de crecimiento para Latinoamérica, al 1,3%, y las consecuencias varían de país a país.
Reforzar la clase media es importante tanto para la economía como para las democracias, una población que tiene acceso a estudios y salud, posee mayores instrumentos para analizar las propuestas de los gobiernos, identificar las falsas promesas populistas y exigir mayor transparencia y democracia.
Es la razón fundamental por la cual algunos gobiernos de América Latina prefieren profundizar las ayudas sociales pero sin activar políticas que permitirían a las clases más desfavorecidas subir de escalón y llegar a ser clase media. El populismo se nutre de la necesidad, del descontento y de la rabia de los ciudadanos y para los caudillos de turno, es mucho más fácil manipular a los que dependen de las ayudas del gobierno.
Tres de los puntos que ha tocado el Presidente Obama suenan muy beneficiosos para los latinos que viven, trabajan y estudian en Estados Unidos.
En primer lugar las medidas para fortalecer la clase media ya que son muchísimos los que se posicionan en ese estrato social, en segundo lugar el que se refiere a la reforma inmigratoria que finalmente aleja la espada de Damocles de la deportación de la cabeza de muchos latinos, y por último el restablecimiento de las relaciones con Cuba, una decisión que pondría punto final a un embargo que muchos daños ha procurado a la población cubana, y que, por el contrario, ha reforzado el régimen cubano. Un gran alivio para la población cubana residenciada en Estados Unidos que desea el bienestar de sus conciudadanos y añora abrazar, sin limitaciones, a las personas queridas que viven en la isla.
Esperemos ahora que el Congreso, en su mayoría republicano, evite una política ciegamente oposicionista, y por el contrario, frene las corrientes más reaccionarias y adopte posiciones políticamente inteligentes. Dos años pasan muy rápidamente y quedar de la parte de los “malos” que no han permitido al país ser el lugar en el cual todos pueden cumplir “el sueño americano” podría ser muy peligroso a la hora de las urnas.