Realidades distintas. Casi dos universos paralelos, el uno el opuesto del otro. En pugna permanente. Está el mundo que avanza sin miedos, que lucha para la conquista de los derechos civiles, que mira al pasado sin añoranza y se proyecta hacia el futuro con esperanza. Y está el mundo que frena el progreso, que se resiste con miedo a las novedades, que mira con recelo las conquistas sociales, que observa el pasado con nostalgia y el futuro con pavor. El primero rompe paradigmas; el otro, se queda en el pasado. Así es nuestra sociedad.
Una filtración en la Corte Suprema norteamericana permitió al diario “Público” revelar un documento a través del cual los jueces pondrían nuevamente en discusión la decisión sobre legitimidad de la sentencia “Roe vs Wade”, que permitió indirectamente la legalización del aborto en los Estados Unidos.
Las revelaciones de “Público” han desempolvado el temor de un retroceso grave en materia de derechos civiles y, al mismo tiempo, han revelado la existencia de dos países en uno. Una realidad que, en honor a la verdad, no desconocíamos. Y, sin embargo, nos rehusábamos aceptar. Es la lucha contra la ignorancia la cual, quede bien claro, nada tiene que ver con el nivel de instrucción; es la ignorancia anclada a dogmas predicados por sectas religiosas, por movimientos ultraconservadores, por corrientes ultraortodoxas. Es la ignorancia manipulable, que rechaza la ciencia, la tecnología y se encierra en el oscurantismo medieval.
Por otro lado, y ahí el contraste, mientras en los Estados Unidos los colectivos de mujeres temen se les arrebata un derecho conquistado tras años de lucha, en España avanzan hacia una sociedad más justa y civil. De hecho, el Gobierno progresista trabaja en una “Ley del Aborto” que amplíe los derechos de la mujer y recoja el concepto de “baja por menstruación dolorosa”. Es el reconocimiento de un hecho natural que no debe ser causa de vergüenza, como lo ha sido hasta hace poco; que tampoco puede ser interpretado como motivo de superioridad del hombre sobre la mujer, como pregonan sectas fanáticas y ortodoxas; y mucho menos debe ser considerado un tema tabú, como lo ha sido por generaciones. La aprobación de una Ley en la cual se reconoce la “menstruación dolorosa”, “factor incapacitante” para muchas más mujeres de lo que se cree, situaría a la sociedad española como pionera en la materia en el mundo.
Universos paralelos que se confrontan a diario. A veces, de manera manifiesta; otras, de modo tácito. Son el reflejo de dos mundos que se identifican con maneras de pensar distintas; de interpretar la realidad diferente; de expresarse políticamente opuestas. Mundos que otorgan a las mujeres roles distintos y, demasiadas veces, incompatibles con el Siglo XXI y la sociedad que soñamos.
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