Cada vez es más profunda la fractura entre las dos Américas que conviven o malconviven en el territorio de los Estados Unidos. Por un lado, vemos como una parte de la sociedad trata de volver al pasado anulando derechos, como el del aborto, que ya todos pensábamos intocables, y por el otro asistimos al nombramiento de Karine Jean-Pierre, mujer, afrocaribeña y lesbiana, a Secretaria de Prensa de la presidencia.
Un documento que publicó el diario Politico gracias a una filtración dentro de la Corte Suprema, delata la decisión que aparentemente habrían tomado los jueces con relación a la causa Dobbs vs. Jackson Women’s Health Organization que llegó hasta la Corte Suprema desde Misisipi. El gobierno de ese estado aprobó en 2018 una ley que prohibía el aborto después de la quinceava semana, decisión a la cual se opuso la clínica Jackson Women’s Health Organization al considerarla contraria al espíritu de Roe vs Wade.
La ocasión fue propicia para llevar la causa hasta el máximo tribunal y permitir a sus jueces decidir sobre la legitimidad de la sentencia Roe vs Wade, tras la cual fue legalizado el derecho al aborto en todo el territorio de Estados Unidos. La motivación, según la filtración que hizo pública Politico, habría sido refrendada por cinco jueces y redactada por Samuel Alito, juez nombrado por Bush hijo. En el borrador se lee que la sentencia Roe vs Wade sería anticonstitucional ya que la Carta Magna no prevé ese derecho. De ser aprobado este texto, como todo parece indicar, sería anulado el derecho al aborto en los Estados Unidos dejando a cada estado la libertad de decidir si, en qué situaciones y cuándo, una mujer podría interrumpir el embarazo sin riesgos para su salud.
Una sentencia de este tipo no solamente representaría un retroceso terrible en lo que se refiere a un derecho humano fundamental como lo es garantizar el aborto libre y seguro, sino que golpearía a los sectores más pobres de la ciudadanía ya que las mujeres de mayores recursos siempre tendrán la posibilidad de viajar a los estados en los cuales el aborto será legal.
En el mientras, en el que pareciera ser otro país, el Presidente Joe Biden acaba de nombrar como Asistente y Secretaria de Prensa a Karine Jean-Pierre, afroamericana, declaradamente lesbiana. Es la primera vez que alguien con esas características llega a ocupar un cargo tan delicado. Nadie se hubiera sorprendido si en lugar de Jean-Pierre hubiese sido nombrada una mujer blanca, heterosexual y con su misma carrera política.
La neo Secretaria de Prensa, quien nació en Martinica y se crio en Nueva York, ha sido asistente adjunta del Presidente y la número dos de Jen Psaki quien dejará ese cargo el próximo 14 de mayo para dirigir un programa en MSNBC. Jean-Pierre tiene en su haber una larga y positiva experiencia como activista política y también como periodista. Fue director político en la campaña de Barack Obama y luego consejera para asuntos políticos de la Casa Blanca. Entró después en el team de Biden y estuvo al lado de Kamala Harris durante su campaña para la vicepresidencia.
Igualmente importante ha sido su trabajo como activista en defensa de los inmigrantes, sobre todo durante la presidencia Trump, y en contra de todas las discriminaciones.
Sin embargo, a pesar de tener todo el derecho para lograr lo que logró, nunca le hubiera sido posible con otros presidentes diferentes de Obama y de Biden.
Karine Jean-Pierre deberá hacerse cargo de las relaciones con la prensa y de transmitir el mensaje del Jefe de Estado a la población, en uno de los momentos más delicados de la presidencia ya que estamos muy cerca de las elecciones de midterm y existe la posibilidad, que se presenta ahora más dramática que nunca, de que los republicanos logren la mayoría en ambas Cámaras.
Significaría el entierro de muchas de las iniciativas de Biden en favor de los sectores humildes y de clase media, de las mujeres, de la comunidad LGTBIQ+, de los inmigrantes y en general de la democracia y los derechos humanos.
Es importante, muy importante, que nuestra comunidad se active para evitar que los republicanos se apoderen de esos espacios políticos tan valiosos. Es la única posibilidad que tenemos de frenar la deriva reaccionaria que, como vimos, puede privarnos de derechos humanos fundamentales que se alcanzaron gracias a las luchas de muchas personas.
Los derechos humanos no deberían tener color político. Lamentablemente la realidad de los hechos demuestra que no es así.
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