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Photo by: Jake Cvnningham ©

Hasta la próxima, Señora Presidenta

Las primarias democráticas en Estados Unidos comenzaron con 16 candidatos. Entre ellos 6 mujeres. Un número considerable que alimentó muchas esperanzas. Por un momento creímos fuese posible ver a una mujer ocupar la silla presidencial de los Estados Unidos. Todas las candidatas llegaron con ideas claras y una sólida experiencia política: Elizabeth Warren, de Oklahoma City, senadora por Massachussets; Amy Klobuchar, de Plymouth, Minessota, senadora desde 2007 en un estado mayoritariamente republicano; Kamala Harris de Oakland California, senadora por California y primera candidata afroamericana; Kirsten Gillibrand, de Albany, Nueva York, senadora por Nueva York; Tulsi Gabbard, de Leloaloa, Samoa Americana y Marianne Williamson, de Houston, Texas.

Tras una campaña aguerrida y agotadora poco a poco el juego se ha ido restringiendo hasta quedar en el ruedo dos candidatos: dos hombres blancos y ancianos, Bernie Sanders y Joe Biden.

Una vez más en Estados Unidos las mujeres no han logrado superar el techo de cristal de prejuicios y temores que constituyen la base de una mentalidad permeada de machismo, aun en los sectores más abiertos, y sobre todo entre las mismas mujeres.

El efecto Trump, en lugar de favorecer una coalición femenina para apoyar a una candidata, ha logrado el efecto opuesto. La mayoría de mujeres y hombres deseosos de cerrar el paréntesis de esta presidencia, considera que una mujer no lograría vencer a Trump. Todas las protestas lideradas por las mujeres, sus marchas multitudinarias, organizadas en respuesta a las ofensas y traspiés del Jefe de Estado en el transcurso de estos años, se han transformado en polvo a la hora de confiar en una candidata y creer que podría ser capaz de enfrentarse a Trump y llegar a la presidencia.

Duelen las declaraciones de quienes desde hace años luchan por la paridad de género, y sin embargo admiten que éste no es momento para una candidata mujer.

Entonces nos y les preguntamos ¿Cuál sería el momento? ¿Cuándo tendremos la oportunidad de encontrar a la mujer justa y el momento adecuado?

Dos veces Hillary Clinton intentó la escalada a la Casa Blanca. La primera vez perdió en las primarias y la segunda en las elecciones. Trump ganó gracias al voto de un electorado femenino quien criticó a Hillary cualquier cosa, cualquier actitud. Toda vez que un candidato masculino se equivoca en un debate, en una entrevista, en una declaración, tiene la posibilidad de enmendar y “ser perdonado”. Para una mujer lograr esa magnanimidad es mucho más difícil.

En esta campaña electoral Elizabeth Warren, Kamala Harris y Amy Klobuchar han demostrado claridad de pensamiento, preparación, determinación. Por el contrario, en varias ocasiones tanto Sanders como Biden se han confundido, se han equivocado, se han repetido, y sin embargo siguen cosechando los votos de los caucus. Y los votos del electorado femenino.

Si bien el solo hecho de ser mujer no debería ser suficiente para escalar posiciones de éxito, también es verdad que el solo hecho de ser mujer no debería impedirlo.

Trump ha atacado muchos de los derechos de las mujeres, en particular el derecho al aborto, con gran daño para las más pobres quienes viven en estados mayoritariamente republicanos. Más de una vez ha utilizado un lenguaje poco respetuoso hacia las mujeres. Sin embargo, a pesar de todo, el electorado femenino, es decir el 54 por ciento de los electores del país, sigue pidiendo a un hombre que defienda sus intereses, así como los intereses de la nación.

Es verdad. Este no es momento para una Señora Presidenta.

Ese momento llegará solo cuando las mujeres serán capaces de unirse, creer en sí mismas y votar por otra mujer.


Photo by: Jake Cvnningham ©

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Luis
Luis
4 years ago

No sé si concuerdas conmigo, Mariza, en que el feminismo es un credo político.(Por si acaso tiendas a decirme que no, te digo que me robé la aserción de dos filósofas súperinteligentes, españolas y feministas). Pues bien, al parecer no aceptas la derrota POLÍTICA con suficiente altura y pretendes seguir en campaña a pesar del electoral traspié.

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