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Photo by: Rainer Stropek ©

¿Está en peligro la democracia?

Las elecciones en Francia y en Hungría obligan a una reflexión sobre el estado de la democracia en el mundo y la peligrosa avanzada de los partidos nacionalistas y xenófobos de ultraderecha.

Si bien en Francia, Le Pen no logró conquistar el Eliseo, su 41 por ciento de votos muestra que hay una buena porción de ese país que está dispuesta a perder espacios democráticos y a dar cabida a un gobierno autoritario con tal de resolver sus problemas personales.

La victoria, por cuarta vez consecutiva, de Viktor Orban en Hungría, a pesar de las perplejidades que señaló la Misión de Observadores de OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) sobre el favoritismo de los medios que están casi todos en manos del gobierno, también refleja el posicionamiento de una buena parte de la sociedad de ese país.

En España por primera vez después de la caída de la dictadura franquista, Vox, partido de extrema derecha, entró en el gobierno de una de las regiones más importantes del país, Castilla y León. En Portugal, nación que hasta las últimas elecciones no había contado con un partido de ultraderecha fuerte, André Ventura líder de Chega cautivó el 7,2 por ciento del electorado posicionando a ese partido reaccionario, como tercera fuerza política.

En Italia Giorgia Meloni, líder del partido de derecha Fratelli d’Italia tiene buenas posibilidades de llegar al gobierno y ser la primera mujer en ocupar la silla de Primer Ministro.

La presión de la ultraderecha es tan fuerte que hasta gobiernos y políticos de centro o centroizquierda están propiciando políticas anti inmigratorias, gran caballo de batalla de la ultraderecha.

Según el informe que cada año publica la revista británica Economist, en 2021 solo 21 de los 167 Estados analizados, contó con una democracia plena. Los otros iban desde democracia deficiente, hasta régimen híbrido y régimen autoritario.

América Latina y el Caribe son las regiones que presentan el mayor índice de deterioro de la democracia desde 2006, año en el cual empezaron a elaborar el Informe. El único país que entra en el ranking de los que gozan de democracia plena es Uruguay.

Si bien sea verdad que la guerra de Putin en Ucrania representa el enfrentamiento entre autoritarismo y democracia, hay muchos otros factores que indican señales de alarma que no pueden ser considerados de menor importancia ya que se están gestando en nuestras sociedades.

Es evidente que la democracia, así como está funcionando actualmente, no satisface las necesidades de una parte de las sociedades. Y no se trata solamente de dar respuesta a los problemas económicos sino a algo mucho más profundo que necesita soluciones adecuadas e inmediatas.

La lejanía de la etapa histórica dominada por el fascismo, el nazismo y la guerra mundial, unida a un bienestar que los países europeos y Estados Unidos temen perder y a la creciente desigualdad que marca América Latina, son algunas de las razones que van erosionando la fidelidad de los ciudadanos hacia la democracia.

Otros factores son la burocracia, la corrupción y la incapacidad de la mayoría de los políticos de escuchar a la gente, de hablarles con un lenguaje que muestre cercanía e interés por sus problemáticas. Mudez y sordera que dejan espacios importantes a los autócratas y en general a los populistas quienes, por el contrario, son manipuladores excelentes y, a pesar de vender humo en la mayoría de los casos, se muestran capaces de resolver cualquier petición que surja de la base.

La ultraderecha, así como la ultraizquierda, utilizan además el gran recurso del “enemigo común”. La primera indica casi siempre a los inmigrantes, la parte más débil de la sociedad, como causantes de todos los males. La ultraizquierda acusa el capitalismo, los Estados Unidos y en este momento la NATO.

Los gobiernos y los políticos democráticos, lejos de desarrollar políticas que permitan desmontar esas acusaciones, toman posiciones tibias y evitan el enfrentamiento por el temor de perder electorado.

Sin embargo, de esa forma, no solamente ellos perderán electorado sino que todos estamos perdiendo pedazos de democracia y nos estamos encaminando hacia un futuro muy incierto.


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