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ola violeta mexico
Photo by: Encuentro de Feministas Diversas ©

Entre balas y amenazas crece la ola violeta en México

Cuando una mujer entra en política cambia la mujer,
cuando muchas mujeres entran en política,
cambia la política
Michelle Bachelet.

México, tierra de contrastes, donde la cultura más refinada se cruza con la barbarie más primitiva y sangrienta, es un país que convive con la muerte hasta tal punto que le abre las puertas de las casas para evitarle arrancarle para siempre a sus seres queridos. 

El próximo domingo 6 de junio la ciudadanía irá a las urnas en una de las elecciones más grandes de su historia. Se elegirán 15 gobernadores, los miembros de la Cámara de Diputados y de los Congresos locales, alcaldes y concejales para un total de casi 20mil cargos. Cuanto más se acerca el día de la votación, más la muerte cubre con su halo negro los comicios.

Balas y amenazas, resuelven de raíz las divergencias políticas sin esperar que decidan las urnas. La corrupción de algunos políticos, empresarios, policías, narcotraficantes, arma manos de sicarios en un crescendo de horror que requiere de los candidatos una fortaleza que raya el heroísmo.

 

ola violeta mexico
Ilustración por Martha Barragan

 

Alma Barragán es la última política asesinada. Era candidata en Moroleón, Guanajuato, e iba a un acto de campaña cuando un grupo de hombres la mató a balazos e hirió a otras personas que la acompañaban. Es el tercer homicidio que golpea a su partido, Movimiento Ciudadano. Días antes fueron ejecutados con igual arrogante frialdad Abel Murrieto en Cajeme, Sonora y Arturo Flores Bautista quien aspiraba a la sindicatura de Landa de Matamoros, Querétaro. Según el Indicador de Violencia Política de Etellekt, al 30 de abril se habían registrado 476 hechos delictivos en contra de políticos y candidatos con un saldo de 443 víctimas, 79 de ellas mortales. Ese número creció día tras día y ya llegamos a la cifra de 88 muertos de los cuales 21 son mujeres. Aumentan, también sin pausa las amenazas, los atentados a familiares y los secuestros.

A pesar de todo, estas elecciones marcan un importante hito histórico: la participación activa de las mujeres. Cuarenta candidatas se disputan las quince gobernaciones que irán a las urnas y un sinfín más aspira a los otros miles de cargos. En un país profundamente machista como lo es México, con un índice altísimo de femicidios que, en su gran mayoría, quedan impunes, más y más personas entienden que esta situación puede cambiar solo y únicamente si las mujeres rompen los techos de cristal del poder. 

El costo para lograrlo es altísimo. Si para cualquiera ser candidato puede significar un boleto hacia la muerte, para las mujeres implica también luchar contra la invisibilidad y ser blanco de diferentes humillaciones de género.

La Observatoria ciudadana TODAS Mx, y muchas organizaciones feministas que monitorean esas acciones, no se dan abasto en denunciar a otros candidatos por violencia política. Los resultados empiezan a verse. Tras esas denuncias, algunos agresores tuvieron que retirarse de la contienda política.

Sobre todo, se está logrando cambiar, aunque con muchos esfuerzos, el sentir de la sociedad. Si las mujeres adquieren cada día más conciencia de sus derechos y están dispuesta a luchar por ellos, crece también el número de hombres quienes comparten sus luchas a sabiendas que es el único camino para cambiar la sociedad. Actos que, hasta hace poco, eran considerados normales, ahora empiezan a verse en toda su descarnada brutalidad. Más y más personas se suman al llamado #NoEsElCosto para que cese la violencia en contra de las mujeres en política.

Los méxicanxs quieren cambios profundos, quieren un país sin violencia, sin discriminaciones, sin injusticias. Cada día más ciudadanxs entienden que ese camino se logra solo y únicamente si se permite a las mujeres compartir con los hombres y los representantes de todas las minorías, el poder político.

La ola violeta crece y asusta. Si los electores la apoyan, no habrá balas que puedan detenerla.


Photo by: Encuentro de Feministas Diversas ©

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