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sos indigenas venezuela
Photo by: Coordenação-Geral de Observação da Terra/INPE ©

El SOS de los indígenas venezolanos

Hubo una vez un Presidente quien prometió justicia, salud, educación y bienestar a las poblaciones originarias de Venezuela. Se llamaba Hugo Chávez. En diferentes ocasiones vistió trajes típicos de los indígenas y los acompañó en sus rituales, simulando respeto y consideración. Todo resultó mentira. Burdas manipulaciones de la ingenua confianza que en él depositaron miles de venezolanos. Con su labia engañó a muchos. Dentro y fuera del país.

Tras su muerte, Chávez dejó un país con una situación económica difícil y con problemas sociales severos. Cual rey de épocas pasadas pasó el mando a su delfín, Nicolás Maduro quien se encargó de empeorarlo todo, hasta niveles inimaginables.

Durante años la voracidad insaciable de una clase dirigente profundamente corrupta ha depauperado el país y abultado las cuentas en dólares y en euros de los jerarcas. Y así mientras el resto de la población sufre cada vez más por el hambre, por la falta de medicinas, por la violencia;  las familias “boliburguesas” siguen llenando los más exclusivos restaurantes y las más concurridas discotecas de Venezuela y del resto del mundo.

No contentos con la destrucción de PDVSA, la holding petrolífera nacional, que durante años fue una de las más eficientes del mundo, decidieron atacar todas las demás reservas naturales del país. Cual plaga bíblica empezaron a destruir la selva, a talar árboles milenarios, a envenenar los ríos, a cavar minas en forma indiscriminada.

Violaron la tierra en busca de oro, coltán y otros minerales y violaron la paz de las comunidades indígenas que tratan desesperada e inútilmente de salvar un hábitat que debería ser considerado patrimonio de la humanidad.

Desde hace muchos años la asociación Kapé Kapé, que defiende los derechos de los pueblos originarios de Venezuela, está denunciando el desastre ambiental y el exterminio de las comunidades indígenas. Inútilmente.

La respuesta ha sido un estruendoso silencio internacional. Difícil era para muchos que habían alabado a Chávez durante años, admitir tamaño atropello.

En un informe de 2018 Kapé Kapé alertó sobre las muertes que estaban causando unos brotes de sarampión. Entre la última semana de diciembre de 2017 y septiembre de 2018 habían contabilizado 71 muertos en Amazonas y 53 en Delta Amacuro. De estos últimos 28 eran niños entre 0 y 12 años.

Anteriormente también habían alertado sobre los estragos de VIH, malaria y otras enfermedades particularmente peligrosas por la falta de asistencia médica y medicinas. Habían asimismo denunciado las múltiples vejaciones a las cuales son sometidas esas poblaciones que no cuentan con defensa alguna. En sus reportes hablan de explotación laboral, sexual, infantil y de una violencia en constante aumento a causa de la presencia de narcotraficantes y grupos delincuenciales.

Ahora el covid-19 representa un riesgo aun más grande que los otros. Enteras poblaciones podrían desaparecer.

El primer informe de la presidente de la Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, ya había denunciado estos atropellos al ambiente y a las comunidades indígenas. Hace pocos días salió una actualización en la cual se reitera la gravedad de esa realidad.

Y, ¿cuál ha sido la respuesta del presidente Maduro? Dictar una resolución que autoriza la explotación de oro y diamantes también en los ríos Caura, Cuchivero, Aro, Yuruari, Cuyuní y Caroní cuyos cauces de agua serán contaminados con gravísimas consecuencias para las personas y el ambiente.

Es importante subrayar que esa explotación salvaje que promueve el gobierno demostrando una insensible y criminal indiferencia hacia las reservas naturales del país y la vida de sus ciudadanos, está finalizada a llenar las arcas de un estado empobrecido por años de depredación. Sin embargo, esos ingresos, en su gran mayoría, se pierden en los bolsillos de contrabandistas, dirigentes políticos e institucionales.

Estamos asistiendo a un verdadero genocidio ambiental y humano. Entonces nos preguntamos:

¿Hasta cuándo el mundo seguirá mirando sin actuar? ¿Dónde están todos los políticos, los militantes, los integrantes de las Ong’s que predican la defensa del ambiente?

¿Hasta cuándo dejaremos que el silencio sea la única respuesta a los SOS que nos llegan de la tierra y de la gente de Venezuela?


Photo by: Coordenação-Geral de Observação da Terra/INPE ©

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