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bitter laughter
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Bitter Laughter un encuentro para reflexionar con humor

El 11 de noviembre a las 3:00pm ViceVersa Magazine y The Cooper Union presentan una segunda edición de Bitter Laughter. El tema central del año pasado fue la sátira política y sus consecuencias sobre los caricaturistas en países en los cuales la libertad de prensa está amenazada.

Esta segunda edición está dedicada a las mujeres caricaturistas de América Latina y de España, al humor femenino, afilado, agudo, trasparente, porque generalmente las mujeres están acostumbradas a reírse de sí mismas mucho más que los hombres.

Rayma Suprani, caricaturista venezolana quien participó también en el evento del año pasado, será quien conducirá las charlas con: Ana von Rebeur de Argentina, Nani Mosquera de Colombia, Mar Barragán de México y Flavita Banana de España, cuatro pesos pesados de la caricatura con mano de mujer. Todas ellas han utilizado el humor para denunciar no solamente problemáticas de género sino los múltiples aspectos de la vida social y política de sus países y del mundo en general. 

La sátira molesta, irrita, porque remueve sentimientos y emociones, se conecta con nuestro ser más profundo, provoca reflexiones y cambios. Representa una amenaza para el poder, sea cual sea, dentro de la casa, en una iglesia, en un gobierno, en una oficina.

Ser caricaturista de sexo femenino no es nada fácil. Muchos hombres, aún algunos disfrazados de “feministas”, tragan amargo frente a una mujer que los ridiculiza poniendo al desnudo las incongruencias de la sociedad, del poder, del vivir cotidiano. Consideran ese humor subversivo porque están conscientes del efecto que tiene sobre otras mujeres que en esas viñetas se ven reflejadas, entienden que no están solas y que otra vida es posible. Más todavía porque la caricaturista es profundamente libre, y defiende a capa y espada esa libertad a pesar de la violencia de los ataques que desearían callarla, a veces para siempre.

Vivimos tiempos difíciles, tormentosos. Sin embargo en estos días también asistimos a señales positivas que nos devuelven la esperanza. Finalmente el acoso sexual, en todas sus acepciones, desde el piropo vulgar en la calle, hasta el manoseo en un transporte público y el chantaje en el trabajo, ha sido denunciado con tal contundencia que ya nadie puede voltear la cara al otro lado impunemente.

Desde siempre las mujeres sufrimos y tratamos de denunciar este tipo de actitudes, son años que luchamos para disminuir la violencia doméstica y los feminicidios que, a pesar de todo, siguen en aumento.

Los hombres son cazadores y las mujeres presas, ¿cuántas veces escuchamos repetir frases como esta? Afirmaciones que dan por descontado que una mujer en la calle puede ser objeto de miradas lascivas y comentarios molestos. Y ni hablar si le dio la gana de vestir una minifalda, una licra (considerada inmoral hasta por United Airlines, vete tu a saber lo que puede provocar una redondez femenina en un avión), o cualquier otra indumentaria juzgada suficientemente sexy como para ser comentada, con coloridas vulgaridades, y que, en caso de violación, puede constituir hasta una justificación para el violador. 

Ahora, finalmente, gracias a las denuncias de mujeres que las pantallas grande y pequeña volvieron “famosas”, el machismo está un poco más asustado y la aceptación sumisa de las mujeres frente a lo que parecía una inevitable pena que había que pagar por ser de sexo femenino, empieza a fracturarse. De poco sirve la ironía ácida de quien trata una vez más de culpabilizar a la mujer diciendo de manera más o menos solapada que las denuncias están llegando demasiado tarde y que, en el fondo, esos “acuerdos” fueron positivos para todos. El coro de voces se vuelve cada día más amplio y decidido llegando hasta lugares insospechados. Un ejemplo para todos el certamen del Miss Perú durante el cual escuchamos frases como: “Mi nombre es Camila Canicoba y represento al Departamento de Lima. Mis medidas son 2.202 casos por feminicidios reportados en los últimos nueve años en mi país”.

Las cinco invitadas de este año a Bitter Laughter, están en primera línea en la denuncia de los males “inevitables” del machismo y no solo. Ellas con el trazo de su línea, con el humor vertido en una viñeta, saben reírse del mundo y de sí mismas, de hombres y mujeres, del poder y de la sumisión.

Rayma Suprani, Ana von Rebeur, Nani Mosquera, Mar Barragán y Flavita Banana, nuestras panelistas, como bien dice Rayma en su entrevista, son dinamita pura así que ¡prepárense para el aquelarre que armarán!

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