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Yoani Sánchez: el humor es ácido corrosivo para los totalitarismos

NUEVA YORK: La sonrisa y la mirada, dulces y duras a la vez, son el espejo de las dos mujeres que habitan el cuerpo de Yoani Sánchez. Una, como ella misma subrayó, es la que tiene una vida personal feliz con su esposo, su hijo, sus mascotas y sus matas, la otra es la que lucha, día tras día, para denunciar, contar, testimoniar una realidad, la cubana, en toda su crudeza.

Su voz ha logrado colarse como agua a través de la pared, que parecía infranqueable, de la censura, una censura que el miedo y las amenazas transforman en el monstruo que puebla las pesadillas de los adultos.

Yoani Sánchez conoce y aprecia el valor de las palabras no solamente porque estudió filología sino porque las palabras, como ella misma confiesa, han sido las grandes compañeras de su vida, “son mi gran refugio desde que era muy pequeña – dice a las muchísimas personas que llenan el auditorio del Instituto CervantesLos libros, en mi solar de Centro Habana, en Cayo Hueso donde nací, fueron ese espacio que me permitió paliar una realidad de vigilancia, de control, de escasez. Y es gracias a los libros que nació en mi el deseo de escribir”.

Muchos los periodistas que quieren entrevistarla, llegan con cámaras, con micrófonos para radios, con grabadores y Yoani parece incansable.

Sabemos que el tiempo a nuestra disposición es escaso pero la claridad de Yoani, su capacidad de expresarse sin derramar palabras inútiles, logran transformar esos momentos en un tiempo suficiente para contarnos, desde adentro, una realidad que nos llegó durante años difuminada y contaminada por la propaganda oficial. Con su blog Generación Y, traducido a 17 idiomas, y hoy con el periódico 14 y medio, Yoani ha fracturado certezas e instaurado la duda hasta en quienes quedaban aferrados al sueño de revoluciones ajenas.

 

Dentro de pocos días el Presidente Obama visitará Cuba. ¿Cuáles son las esperanzas que los cubanos vierten en esa visita?

Te voy a decir lo que espero yo como periodista, como cubana y como ciudadana. Como periodista siento que este va a ser el gran momento para que la prensa independiente pueda cubrir, desde adentro, un momento histórico. Lo haremos a pesar de que no nos den acreditación ni la posibilidad de acceder a ciertos lugares. Es una oportunidad para mostrar que en Cuba tenemos una prensa diferente, una prensa de calidad que, por más que traten de acallar, existe, crece y merece respeto. Como cubana sé que eso va a ser apoteósico. Después de tantos años pasados a estigmatizar al vecino del norte, después de tantas palabras antiimperialistas, después de achacarle todos nuestros males a Estados Unidos, el grito ¡Yanqui go home! se ha transformado en ¡Yanqui welcome! Obama es muy querido en Cuba por muchas razones. Es joven y está en el poder de un gran país. Para un pueblo acostumbrado a vivir bajo una gerontocracia, ver que existen gobernantes menores de 70 años, es sorprendente y esperanzador. Otro aspecto muy relevante: Obama es afroamericano. En Cuba, un país con una población fundamentalmente mestiza, el poder que desde hace 57 años se ha instalado en la Plaza de la Revolución, fue y sigue siendo blanco, muy blanco. Nuestros mestizos y afroamericanos están a años luz de distancia de ese poder. Será muy difícil para la prensa oficial tapar ese entusiasmo. Por otro lado también hay parte de la población que está tan agobiada por la situación catastrófica en la cual vivimos y tan ocupada en resolver la sobrevivencia diaria, que va a reaccionar con apatía.

Como ciudadana confieso que no espero muchos cambios a raíz del viaje de Obama. En primer lugar porque me parecería un poco triste tener que esperar a que llegue un presidente extranjero para enderezar un entuerto que nosotros mismos hemos permitido. No creo que haya un antes y un después de Obama ni mucho menos que, después de esa visita, vayamos a tener milagrosamente un país mejor y más libre.

 

Sobre todo teniendo en cuenta que en este año de “distensión” no es mucho lo que ha cambiado Cuba a nivel de libertad de prensa y de derechos humanos. Más bien parecen haberse incrementado los arrestos, las golpizas, la censura. El gobierno cubano no ha dado ninguna respuesta a las peticiones de Washington. Sin embargo Obama ha anunciado una visita que puede ser histórica en un sentido positivo pero también en un sentido negativo si no logra salir de la camisa de fuerza que tratará de ponerle el gobierno cubano.

Esta es una magnífica oportunidad para que queden claras algunas cosas. Espero que Obama no se deje manipular como tantos otros presidentes y figuras políticas de importancia a nivel internacional quienes se han dejado introducir en un programa estricto que no les ha permitido contactar con la gente. Es muy importante que Obama le hable a los cubanos, al pueblo, que logre transmitir sus opiniones y planteamientos sobre democracia, libertad de prensa, derecho de pensamiento, acceso a Internet. Hasta ahora el gobierno ha sido muy efectivo haciendo creer, a nosotros y al mundo, que el único responsable de la actual situación es el gran vecino del norte: Goliat contra David. ¿No hay papas?, la culpa es de los yanquis. ¿No hay medicinas?, la culpa es de los yanquis, ¿No hay internet? la culpa es de los yanquis. A cada problema, a cada desastre nacional le han buscado una justificación que termina en la Casa Blanca. Es fundamental que Obama deje claro hasta donde llegan sus responsabilidades y hasta donde no, porque en ese momento, cuando él diga que quiere que los cubanos tengamos un país próspero, podamos empezar a importar y exportar, y podamos utilizar Internet sin restricciones, la gente empezará a reaccionar, a pensar, a preguntarse. Entenderá que el verdadero David es el pueblo cubano y que el verdadero Goliat no es el monstruo del norte sino los que nos gobiernan.

 

Photo Credits: Jorge Segado

¿Pero, si a pesar del acercamiento con Estados Unidos, en la realidad diaria no se vislumbra cambio alguno, no podría ser más desesperanzador el futuro para los cubanos?

Sí, y es la razón por la cual crece el éxodo de las personas que buscan una salida fuera del país. La gente canaliza su rebeldía y su valentía en escapar. Algo muy doloroso porque se van los más fuertes, los más preparados y uno los entiende, pero sabe que el país, con cada persona que sale, se empobrece más y más. Van quedando los más conformes, los más viejos.

 

¿Hasta qué punto sigue siendo fuerte la influencia de Fidel?

Es muy difícil saberlo porque cada vez más se ha ido alejando de la escena pública. Algunas personas adjudican a Fidel el poder de freno de las reformas que supuestamente quisiera hacer Raúl. Yo tengo mis dudas y me parece más la representación del policía bueno y el policía malo. Hay que decir, de todas formas, que el clan de Raúl ganó la disputa por el poder y que Fidel ha sido relegado al rol de figura simbólica, de referencia y de apoyo a ese poder. Incluso si se observa la llamada “reforma raulista” se notará que hay un desmontaje del fidelismo. Todas las últimas campañas y programas que eran las niñas de los ojos de Fidel fueron desmontadas por Raúl. 

 

Dentro de poco, justo después de la visita de Obama, habrá el Congreso del Partido Comunista. Un momento muy significativo ya que definirá el camino que deberá seguir el país cuando, en el 2018, Raúl Castro dejará la Presidencia. ¿Qué opinas? ¿Qué pasará en ese Congreso y cuando Raúl Castro dejará la Presidencia?

Realmente, mientras todo el mundo tiene los ojos puestos en el 2018, cuando se supone que Raúl Castro dejará la Presidencia, yo creo que el gran momento es el Congreso del Partido Comunista que se realizará en abril. Según la Constitución cubana, en su artículo quinto, la fuerza rectora del país, la que lidera la sociedad, es el Partido Comunista. En este momento está en manos de Raúl Castro. Hay que ver si en este Congreso lo reeligen como Secretario General, cargo que dura cinco años. Eso significaría que llegaría nonagenario a las próximas elecciones y quedaría en esa silla aún después de dejar la de la Presidencia. Es algo que me cuesta creer, pienso, más bien, que va a haber una renovación de la cúpula del Partido Comunista. Allí es donde vamos a ver la verdadera sucesión. Más que un enfrentamiento entre posiciones políticas diferentes, reformistas moderados u ortodoxos, se trata de una cuestión generacional. Los más ortodoxos, los más inmovilistas y reaccionarios son los más ancianos. Si Raúl tiene una mínima perspectiva de futuro y quiere dejar bien atada la sucesión cubana no puede nombrar a octogenarios quienes con mucha probabilidad van a morir antes de concretar el proceso. Todo indica que abrirá las puertas a una generación más joven que ahora mismo parece totalmente vertical y en sintonía con el poder pero que puede dar sorpresas.

 

¿Por qué, si en algunos casos esos jóvenes parecen mas papistas que el papa?

Primero que nada porque no tienen las manos manchadas de sangre. Ellos no orientaron los fusilamientos de 1959 y 1960. Por otro lado son personas que deben comportarse como se comportan porque tienen encima la mirada vigilante de la generación histórica. Pero esa generación está muriendo y hay que ver como se comportarán los más jóvenes cuando ellos desaparezcan.

 

¿Y qué pasa dentro de la oposición? Desde afuera no se logra entender hasta qué punto los opositores y los disidentes están preparados para asumir una responsabilidad política.

La oposición cubana, o la disidencia o el sector crítico, es muy plural y muy diverso. Incluso yo no me considero exactamente de oposición porque no tengo un programa político ni aspiro a llegar al poder. Yo pertenezco a una zona crítica de la sociedad civil que trabaja con la información, con el periodismo, aunque seamos estigmatizados por el gobierno como si aspiráramos a la silla presidencial. Hay un gran proliferar de movimientos que luchan por diferentes causas, la igualdad racial, los derechos de la comunidad LGBT, el ambiente, etc. El espectro es muy amplio, creo que nunca como ahora la comunidad cubana ha tenido grupos y organizaciones con matices, tendencias e intereses plurales y diversos. Todos coincidimos en algunos puntos, entre ellos la necesaria democratización de Cuba, las libertades económicas, la no violencia. A nivel político hay movimientos liberales, socialdemócratas, demócrata cristianos y mucha gente joven y menos joven con programas muy interesantes. Por ejemplo están José Daniel Ferrer, en el oriente del país, Manuel Cuesta Morua que está proponiendo un cambio en la ley electoral, Laritza Diversent, abogada, que está llevando adelante un gran trabajo en el ámbito de los derechos civiles. El problema es que no tienen acceso a los micrófonos. La gente no puede escuchar su voz, sus proyectos y programas aunque, en estos últimos tiempos, las redes sociales estén ayudando a romper el cerco de silencio que impone el gobierno. Es increíble y casi incomprensible para alguien como yo, quien nació y creció escuchando decir que el gran enemigo, el ogro de todos los cuentos de terror, es el vecino del norte y luego ver que el gobierno está dispuesto a sentarse en la misma mesa con ese ogro, a darle la mano, a escucharle, pero, al mismo tiempo, no quiere sentarse a hablar y compartir con los opositores internos, quienes son pacíficos, son cubanos y viven en el país.

– Una pausa y continúa:

Hay que tomar en cuenta que para nosotros no es fácil cohesionar a un grupo de personas alrededor de una misma idea, proyecto, programa político. Años y años durante los cuales el gobierno ha derramado dudas, difamaciones, acusas han hecho mella profunda en nuestra sociedad. Para unirse hay que superar el miedo, miedo de que el otro sea un informante de la Seguridad Política, de la policía, de la CIA. Crecimos sospechando de todos, hasta de las personas más cercanas. Deberíamos lograr lo que logró la oposición venezolana. Esa admirable capacidad que han tenido los dirigentes de la Mesa de la Unidad de dejar de lado miedos y egos para un objetivo común es un gran ejemplo para los cubanos.

 

Tu has tenido reconocimientos de gran importancia que te han permitido tener una gran resonancia internacional. Al mismo tiempo has sido víctima de agresiones, amenazas y también de una campaña difamatoria muy dura. ¿Por qué tus escritos han llegado tan hondo en personas de todo el mundo y cuáles han sido los momentos más duros de tu vida?

Yo he tenido la suerte de ser hija de la generación tecnológica. He podido proyectar mi voz. Otros con igual talento y con muchas cosas que decir lo intentaron anteriormente pero fueron triturados por la maquinaria del gobierno. Hay que agregar otro aspecto muy importante: antes el mundo no quería escuchar. Yo no solamente he podido beneficiarme de las nuevas tecnologías, antes con mi blog Generación Y y ahora con mi periódico 14 y medio, sino que encuentro, fuera de la isla, un mundo que ha empezado a darse cuenta y está dispuesto a escuchar. Mis escritos se dividen en dos partes, por un lado están los que escribo por necesidad, una necesidad interna diría catártica. Son los más emocionales, los más personales. Los otros son los que escribo por el gusto que me da ejercer la profesión del periodismo. Estoy enamorada del periodismo, mi vida se reduce al periodismo y se amplia al periodismo.

Me parece muy importante contar historias, darle voz a personas cuyas vidas pasarían desapercibidas sin un periodista que las cuente. Considero también muy importante el humor. El humor es ácido corrosivo para el totalitarismo. La ironía los descoloca.

 

¿Y los momentos más duros de tu vida?

Yoani, quien con un movimiento lento de su mano acaricia la larga cabellera negra en un gesto que ya se le hace automático cuando quiere pensar, reflexionar, pierde por un instante la seguridad con la cual ha respondido a todas nuestras preguntas. Por un momento asoma su fragilidad. Solo por un momento. Yoani sabe que la pared en la cual se ha encerrado para llevar adelante su lucha no puede permitirse fisuras.

Hay horrores a los que nunca deberíamos acostumbrarnos y sin embargo a lo largo del tiempo te vas acostumbrando. Yo vivo constantemente bajo vigilancia y esa sensación de saber que en ningún lugar, ni en tu propia casa, tienes privacy, saber que ninguna de las palabras que dices es privada sino que está siendo escuchada, grabada, tergiversada, analizada, llevada a habitaciones donde un grupo de la seguridad del estado las colecciona, es verdaderamente atemorizante. A veces pensarlo me afecta mucho y me paraliza. Por otro lado debo decir que lo que realmente me duele es cuando tocan a personas cercanas, queridas. Es muy doloroso saber que la policía ha citado a un familiar, a un amigo o a un vecino por el simple hecho de haber hablado conmigo. Me afecta profundamente cuando un amigo me dice casi por señas que no puede ir a mi casa a cenar porque lo han amenazado, un vecino no me saluda porque lo han intimidado, o un periodista ya no quiere trabajar con nosotros porque le dijeron que el periódico lo financia la CIA. Yo he pasado momentos muy duros, he sufrido golpes y cárcel pero prefiero eso a que le hagan daño a las personas que quiero, a ese cerco de miedo y vacío que tratan de crear diariamente a mi alrededor.

De todas formas no quiero parecer una víctima, todo lo contrario, me considero una persona afortunada porque recibo mucho apoyo del exterior y he sufrido mucho menos de otras personas. Y sé que la transición va a tener etapas, que será lenta y llevará tiempo pero sé también que ese camino es irreversible.

Si no creyera firmemente en esa esperanza hubiera dejado de luchar.

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