Si usted amigo lector es amante del cine español, permítame aclararle que este escrito no tiene nada que ver con la película de Garci “Volver a empezar”, aunque sí trata de la migración. De hecho les contaré lo que ha sido mi experiencia en esta primera semana viviendo como inmigrante en Argentina.
Llegué a Buenos Aires el 7 de noviembre de 2016 a las 3:00 de la madrugada, y 12 horas después ya tenía trabajo… pero no nos adelantemos; eso se lo cuento más adelante. Todo comenzó dos semanas antes de venirme a la Argentina, allí tuve mi primera cucharada de humildad: me di cuenta que como periodista no iba a poder conseguir trabajo, por lo menos no en un primer momento.
Me percaté de eso cuando ingresé en uno de los muchos portales de Internet donde las compañías publican las ofertas de empleo. He de confesarles que de primera mano me asusté mucho pero luego descubrí que, aunque nadie buscaba a periodistas, sí había una alta demanda de operadores de call center. Así que preparé un CV con mi experiencia como operador telefónico y apliqué para varios trabajos.
Paradójicamente hace 20 años, mi primer empleo (tenía 17 años), fue como operador telefónico en DIRECTV, la empresa de TV satelital. En esa compañía no solo gané años de experiencia sino también a grandes amigos que, aún hoy y pese a la distancia de tiempo y espacio, lo siguen siendo.
A la semana me estaban escribiendo algunas empresas que buscaban “telefonistas”, de hecho tuve que posponer un par de entrevistas por un pequeño detalle: cuando me contactaron todavía no estaba en Argentina. Una de las compañías ni siquiera me contestó, pero la otra me dijo que, apenas llegara les contactara. (Obvio que fue lo que hice).
Me presenté a las 2:30pm en Florida, fui de traje y gracias a Dios no usé corbata. Cuando entré a la sala de espera me di cuenta que era el mayor del grupo, y de hecho uno de los chicos me dijo: “Disculpemé por llegar tarde señor, no encontraba la dirección”. Evidentemente creía que yo era quien hacía las entrevistas, pero no, era uno más de los muchos que pelean una plaza laboral en este país.
Cuando los jóvenes notaron que yo estaba allí buscando trabajo, me miraron raro, pero yo la verdad me lo tomé con humor. Justo en ese momento me di cuenta que todo lo que había hecho en mi país: estudios, especializaciones, trabajos, emprendimientos, todo pero absolutamente todo, eran parte de mi historia, era solo un recuerdo de alguien que fui pero que ya no era; entonces me vi nuevamente empezando a escalar una montaña, con mucha más ilusión, y ganas de volver a conquistar la cima… de alguna manera me sentí liberado.
Ahora estoy de vuelta en el mundo de los call center, pero no como coordinador, supervisor o gerente, sino como operador. Con 20 años más, pero con muchas más ganas de triunfar y hacerme un lugar en este país.
Esta primera semana ha sido dura, pero no por los trabajos (hay que tener varios, ya les iré contando de los otros), sino porque he estado separado de mi esposa y mis dos hijos. Aunque ha sido solo una semana, para mí han sido años. También extraño a papá, mamá, hermano, primos, tíos, y en general a todos.
Pero también estoy tranquilo, porque sé que, en poco tiempo, estaremos reunidos mi muñeca y mis hijos, en una tierra nueva, “volviendo a empezar”.
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