El escritor Paco Giommi presentará su libro “Viaje a Tetios, escala planeta tierra” en el conocido restaurante venezolano El Cocotero 228 W 18th st. a las 5.00pm. Lo presentará la curadora de arte y activista venezolana Chely De Pablos.
Antes de comenzar a hablarles sobre “Viaje a Tetios”, considero importante hacer un breve repaso de la literatura de ciencia ficción en Venezuela. Si bien no ha sido muy vasta, podemos asegurar que desde hace más de 115 años comienzan a verse representaciones del género en las diversas formas literarias tradicionales, tales como cuento, ensayo, poesía y novela. Centrándonos en esta última, podemos tomar como primera referencia “El Soberbio Orinoco” de Julio Verne, publicada en el año 1898. Aunque se trata de un autor extranjero, la geografía venezolana es el escenario principal de ese viaje extraordinario de Verne. Podría decirse que el comienzo de la ciencia ficción venezolana, tal cual la conocemos en la actualidad, se da en 1933 con la novela “El retorno de Eva” del escritor cumanés Pepe Alemán, publicada por la editorial “La Esfera”. Vale mencionar que Mariano Picón Salas, en su libro “Literatura Venezolana” del año 1940, acuñó el término fantasía científica, para hacer mención al género de la ciencia ficción. La introducción de este término fue bien acogido y es todavía utilizado por muchos especialistas en la materia. En 1950, el escritor, docente e ingeniero oriundo de Delta Amacuro, Francisco Aniceto Lugo, publicó en Caracas: “El primer viaje a la Luna”, primera novela con temática interastral publicada en Venezuela. Y así, desde ese año hasta la actualidad, son escasos los escritores de nuestro país que se han aventurado a rescatar un género para muchos renegado e incomprendido. Por ello, cuando me propusieron hacer la presentación de “Viaje a Tetios, escala planeta Tierra”, no dudé en aceptar el reto, porque sé lo que significa el esfuerzo y el valor simbólico que supone hacer literatura de un género tan poco común en estas tierras. Así pues, una vez finalizada la lectura, concluí que su autor, Paco Giommi, no escatimó en presionar los límites de su imaginación. Ciertamente el título ya nos sugiere un viaje interestelar, la existencia de seres extraterrestes (a los cuales llamó etianos), una posible visita o colonización de la Tierra. Y sí, estos temas se hacen presentes durante la narración. Pero, más allá de lo trivial, nos plantea ideas profundas que ponen en cuestionamiento nuestra supervivencia como especie humana. “Viaje a Tetios, escala planeta Tierra”, como toda buena obra de ciencia ficción, nos presenta varios disparadores clásicos del tipo “¿qué pasaría si?” para responder los siguientes planteamientos: ¿qué pasaría si existieran seres de otros mundos, con una inteligencia superior a la humana?, ¿qué pasaría si estos seres interfirieran en la toma de decisiones de los grandes líderes de la humanidad?, ¿cómo afectaría eso nuestras vidas, nuestras sociedades y la propia evolución? No obstante estas interrogantes, la mayor paradoja que se desprende de “Viaje a Tetios” es la evidencia, cada vez más preocupante, de que a pesar de nuestro progreso tecnológico, no somos capaces de superar nuestras diferencias e intereses particulares por un bien común. Y, de seguir a este ritmo, el hombre será el responsable de su propia autodestrucción.
¿Es que acaso necesitamos de una intervención alienígena para garantizar nuestra permanencia en el planeta? Paco nos lleva al límite de este problema y lo resuelve de una manera inteligente y muy creativa a lo largo de las páginas de este libro. En paralelo, una historia netamente terrenal se funde en medio de este panorama de colonización. El personaje principal, Gregory, vive su propia lucha contra los demonios de su pasado. Con la ciudad de Nueva York como escenario, se ve obligado a subsistir y hacerle frente al asedio de una red conspirativa en la que se encuentra inmerso. Sin saberlo, será pieza fundamental de la injerencia extraterrestre y del futuro de la humanidad. Acción, intriga, suspenso y romance se entrelazan en una historia donde el lector se hace cómplice de quien sostiene los hilos de la trama, a la vez que nos hace testigos de un destino que, tal vez, nos toque vivir. Dicen que cada libro que llega a nuestras manos es una nueva aventura. Aquí se trata de un viaje. Dejemos, entonces, que nos lo cuente su lectura.