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Vermeer
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Vermeer y la repetición

Tres rasgos en la pintura de Vermeer: delicadeza en los gestos, ademanes nostálgicos, representación de un instante. Los personajes viven el instante y apenas se mueven. Vermeer capta el movimiento justo en el momento del gesto preciso: los gestos son captados en vuelo. La máquina del pintor holandés capta en un instante el gesto único de los personajes sutiles.

La mujer que toca la ventana espera y en ese instante la pinta Vermeer. La luz ingresa en la habitación y se dispersa lentamente. La luz multiplica los matices del color.

No importa el tema. Todas las pinturas tienen los mismos personajes en las mismas escenografías. Todos los cuadros son un solo cuadro con variaciones de poses, de color o de perspectiva de la luz. Una campesina posa para un fotógrafo en una misma posición. Vermeer agrega objetos, y cambia las ocupaciones: lechera, encajera, mujer que lee una carta, mujer que conversa. Las cosas que organizan la escena son las mismas: ventana, mapa, mesa, silla, frutas, atril, pan.

El pintor experimenta con la luz y el color. Investiga: crea nuevas combinaciones. Trabaja casi como un pintor abstracto. Le preocupa la forma. Es un observador obsesivo, alguien que se detiene en las asperezas de la sombra, en los pliegues de las telas, en las curvas de una taza, en los ángulos de la mesa.

Como en una fuga de Bach, Vermeer repite el tema y se interesa por las variaciones de color, textura, forma y altura. Las variaciones en las pinturas se definen por las invenciones formales a partir de las variaciones temáticas.

En “El arte de la pintura”, la composición ofrece el escenario de un teatro. Es la escena de una obra. El telón está recogido hacia la izquierda. La luz se centra en la modelo. “El arte de la pintura” es la contracara de “Las meninas”, de Velázquez. El pintor no mira a quien lo mira. El pintor está de espaldas al espectador. ¿Es ésta una alegoría de la pintura moderna? El pintor que ha alcanzado la fama vive encerrado en su taller. Pinta para un grupo selecto. Se siente el adelantado de la sociedad. Le da la espalda al pueblo.

¿“El arte de la pintura” es el revés de la obra de Velázquez? En “Las meninas” está la nobleza y el poder. En la pintura de Vermeer, los protagonistas son la campesina y el taller del pintor. Pero a la vez son la misma pintura. Todos los personajes forman la sociedad europea del siglo XVII: son los grupos sociales de su tiempo.


*Este texto pertenece a un libro inédito e interminable: Sombras en la pared o Contradiccionario

Photo Credits: Johannes Vermeer [Public domain], via Wikimedia Commons

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