CARACAS: Antes que nada quisiera aclarar que no se trata de un escrito ofensivo hacia el país, más bien es inspiracional. Pero ¿Qué hace a la frase “El Culo del Mundo” algo inspiracional? Siga leyendo y les cuento.
Yo sigo con mi manía enfermiza de buscar todo lo que hace a El Terrat, la casa productora del comediante Catalán Andreu Buenafuente. Quiero aclarar que esa fijación con la productora es culpa de mi compadre Daniel, el maracucho que vive en Barcelona. Pero para no desviarme, continúo con el relato.
Hace unas dos semanas buscando videos de Salvados, me encontré con el tráiler de un documental cuyo nombre capturó mi atención: El Culo del Mundo. Por el nombre uno podría pensarse que era un documental acerca de la Patagonia o de un sitio aún más retirado, pero no, más bien se trata de una película bastante aleccionadora.
Resulta que en el año 2012, Buenafuente inició un nuevo programa que se llamó “Buenas noches y Buenfuente”, pero lamentablemente no caló en la audiencia por lo que fue cancelado. Andreu (Buenafuente), ya llevaba 30 años de carrera para ese momento y por primera vez se había quedado sin trabajo en Televisión.
Según aprecié en el documental, el comediante no podía encontrarse. Fue de la negación a la rabia, de la rabia a la tristeza y de la tristeza a la resignación. Pero luego de la resignación Andreu es motivado, gracias a un admirador que le escribe desde San Nicolás de los Arroyos, un poblado al sur de Argentina. En el e-mail, Julián (ese es el nombre del admirador), le dice que no se eche a morir y activa en Andreu una tecla que hace que emprenda un viaje desde Barcelona hasta Argentina. Pero no solo eso, pues paralelamente Andreu emprende un viaje interior hasta su pasado, para estudiar su presente y vislumbrar su futuro.
Y ustedes se preguntarán: ¿Qué tiene que ver la película de Buenafuente con Venezuela?
La verdad mucho, pues así como Andreu en medio de una crisis hizo un par de maletas para ir a buscarse en Argentina, muchos venezolanos meten su vida en dos maletas y van a reescribir su historia en otras tierras.
Entre tanto para los que nos quedamos, hay un pasaje de reflexión dentro del documental: José Corbacho envía un e-mail a Buenafuente donde le dice: “Oye, con esto de la crisis está pasando algo muy peligroso: Estamos dejando de reír”. Eso mismo está pasando en Venezuela, tenemos tantos problemas que a veces olvidamos reír… y reír no es un escape a los problemas, por el contrario, el humor es una forma de protesta donde le decimos al poder lo que no nos gusta y además le reclamamos que hagan su trabajo.
Ya es tiempo de que los venezolanos, en conjunto, es decir los que se han ido y los que nos quedamos, hagamos una revisión de nuestro pasado para ver en que nos equivocamos, estudiemos nuestro presente para aplicar correctivos, y finalmente como Andreu, vislumbremos el futuro. Para que un día al igual que él continuemos “En El Aire”. (Hablando en términos televisivos, claro está).