Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
paola maita
Photo by: Image Catalog ©

Un tabú llamado Venezuela 

Cuando tengo unos minutos libres, suelo escribir notas en mi teléfono, pistas para que mi yo del futuro pueda seguir los rastros de sus pensamientos. Esas notas a veces se convierten en algo más grande, como una crónica, un cuento, un intento de poema… Sin embargo, hay veces en las cuales lo importante no es lo que queda escrito sino lo no que no está ahí, lo no dicho.

En las últimas semanas, no he escrito nada sobre Venezuela. Intento recordar la última vez que escribí sobre ella directamente, no algo que sea una referencia cultural o referencias sublimadas en poemas… Como soy incapaz de hacerlo, tengo que echar mano a revisar mis textos publicados aquí para encontrar que la última vez que me atreví a mencionarla sin velo alguno fue en julio. En ese texto, hablo de cómo me siento con respecto a la situación pero sin entrar en detalles de lo que sucedía.

Sé que tengo las herramientas para poder analizar la situación, podría buscar información, hacer preguntas, hacer arqueología mental para usar mi formación de abogado, pero nada de eso resuena conmigo. ¿Qué es lo que me lo impide?

Aunque tengo tiempo escribiendo de amor y desamor, quiero seguir gravitando hacia ello. Escribir sobre estaciones de trenes, vivencias, las personas que me rodean, viajes… Una parte de mí se autoacusa de indolente. ¿Cómo puedo estar pensando en banalidades cuando hace tan solo dos días la situación en la Asamblea Nacional volvió a ser un caos o cuando mi mamá sigue viviendo todas las dificultades que implica vivir allá?

Sé de gente que está fuera de Venezuela y todavía puede escribir sobre la situación, haciendo análisis políticos profundos o proponiendo alternativas. Los leo y agradezco su trabajo, pero me siento incapaz de hacerlo por mi propia cuenta. Sigo atrapada en el bucle de mi microcosmos imaginario, donde el petróleo, las misses, el narcotráfico o las señoras “coca tan blanca” suenan como una radio mal sintonizada.


Photo by: Image Catalog ©

Hey you,
¿nos brindas un café?