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sergio marentes
Photo Credits: Erin Purcell ©

Un poco más cerca del sol y un poco más lejos de la tierra

Dice el periódico que esta vez sí llegaremos al sol (el plural habla de la civilización, porque nosotros, los que contamos el mundo, y mucho menos quienes lo leemos, nunca lo haremos), o por lo menos nos acercaremos lo suficiente para creer que llegamos a él. Explica que la NASA acabó de enviar una sonda que se acercará tanto al sol como ninguna otra y que nos entregará (a todos, se supone) datos nunca vistos por el ojo humano. Sin duda se trata de un avance tecnológico de proporciones incalculables para la ciudadanía del común, quienes estamos acostumbrados a medir el tiempo por lo que demora el transporte público en dejarnos leer hasta el siguiente punto. Con este nuevo paso en el espacio, la historia de la humanidad escribirá una nueva página. Una página de fuego, si se me permite la obviedad. Esperemos que nos alcance la vida y los ojos líquidos para poder leerla, releerla, tacharla y hacerle correcciones.

No pude evitar recordar las incontables novelas de Julio Verne, el viaje al centro de la tierra, el viaje a la luna, las islas, los mares, lo desconocido, lo prohibido, todo, todo lo que otro no se imaginó antes porque no pudo, o porque no quiso. Entonces se me ocurrió que lo que acababa de leer sobre la sonda espacial con rumbo al sol no era cierto, que se trataba de una artimaña de los gobiernos para hacernos creer que en unos años llegaríamos a saber algo que ellos ya saben, o se inventaron, hace mucho. Releí la noticia, pero esta vez como si fuera ficción, porque lo era. Lo es. Lo fue.

Quienes le creen todo a las noticias, sobre todo a las que no se pueden comprobar, me dirán que soy un maniático, una piedra en el zapato, el pelo que no le encuentran al gato, la mosca en el café o, simple y llanamente, alguien que grita en medio del bosque sin tener quién lo oiga caer. Pero debo de responder que los árboles, como la tierra, un sistema solar o una galaxia, estamos hechos para ser, aunque nadie pueda comprobar que existimos, ni que no existimos.


Photo Credits: Erin Purcell ©

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