Somos una revista independiente que sobrevive gracias a tu apoyo. ¿Quieres ser parte de este proyecto? ¡Bríndanos un café al mes!
jerusalen
Photo by: Rojs Rozentāls ©

Un hombre en Jerusalén

Un hombre se acerca raudamente en una calle de Jerusalén. Lleva mucha prisa. Nos mira. Mi esposa tiene el celular en la mano. Ella mira la dirección del hotel en la pantalla luminosa. Cuando ve que el hombre desconocido se aproxima, me mira, asustada. El hombre, sin razón clara, empieza a hablar en inglés dirigiéndose a nosotros. Un soldado camina por la vereda opuesta con una ametralladora colgada de su brazo. El soldado, en ese instante, no dirige su atención hacia nuestro lado. El hombre desconocido tiene una corta melena y está nervioso. Dice: «hay dos hoteles con el mismo nombre en esta ciudad perdida». Lo miro con incredulidad, primero; luego, con desesperación. El soldado, ahora alerta, levanta la ametralladora y sigue la situación, pero no avanza. Mi esposa observa al hombre desconocido e intenta hablar. Este insiste: «hay dos hoteles con el mismo nombre». Le pido a mi esposa, despacio, que no le haga caso. Ella le dice una frase que no alcanzo a entender. El hombre desconocido se para con las manos en la cintura y dice, ufano: «no entiendes nada. Eres una mujer loca». Mi esposa se enoja. El soldado camina de forma rápida y empieza a cruzar la calle. El hombre desconocido se aleja. ¿Cómo supo el desconocido que buscábamos el mismo hotel?


Photo by: Rojs Rozentāls ©

Hey you,
¿nos brindas un café?