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Christie’s

Un día en subasta

NUEVA YORK: Mi experiencia al atender una subasta en Christie’s fue precisamente como lo esperaba, sofisticada, llena de energía y en algunos momentos con tensión y mucha especulación.

Esta fue una de las subastas más esperadas del año por coleccionistas y por la industria del arte en general ya que los resultados obtenidos se consideran indicadores del éxito de ciertos artistas en el medio y el comportamiento de los coleccionistas más relevantes así como la salud de la industria en general. Es la “Post-War and Contemporary Art sale afternoon session” la que ofrece obras de artistas tales como Andy Warhol, Willem de Kooning, John Baldessari, Robert Rauschenberg, Jean-Michel Basquiat, Louis Buourgeois, Alexander Calder, John Chamberlain, Jean Dubuffet, Hellen Frankenthaler, Keith Haring, Jeff Koons, Jackson Pollock, entre otros.

A estos eventos se le da la mayor atención por parte de la prensa, mucha más atención que a cualquier noticia relacionada con museos, dealers o galerías por lo que era de esperarse que el cuarto estuviera lleno de reporteros fijando la mirada en aquellos postores que luchaban por obtener la obra así como en los precios a los que se vendían las obras más importantes de la subasta.

Se trataba de la sesión de mediodía y no la de noche (la llamada “Evening sale” es una dónde se permite la entrada a asistentes considerados VIP solamente) y se le asignaba una “pallete” o un número únicamente a aquellos asistentes los cuales ya habían pasado por un chequeo de su línea de crédito siendo los que podían participar activamente en la subasta.

El trabajo del “Auctioneer” es vital para el evento ya que en él recae la responsabilidad de mantener el interés del público y buscar la mano alzada o la mejor oferta. Ésta puede resultar en la sala por parte de aquellos postores que asisten físicamente al evento, en una pantalla al fondo de la sala por parte de aquellos que ofertan vía internet o a los lados de la sala por parte de los especialistas de Christie’s que por teléfono atienden a sus clientes y alzan la mano en representación de ellos.

Difícilmente existe un pronóstico que declare el comportamiento de la subasta ya que en numerosas subastas se logra una oferta superior a la que se esperaba para cierta obra de determinando artista así como en otras no se llega al precio esperado (o el precio de reserva) y no se logra vender ésta. Existe la posibilidad que no se logre el mismo interés por una obra de un artista el cual generó altos precios en la subasta pasada así como puede que un nuevo artista logre superar las expectativas y, en ocasiones, romper record. Las tendencias no existen necesariamente en esta industria, y esta tarde no fue la excepción dónde quedé sorprendida al ver que el público se abstenía de hacer ofertas importantes por obras de gran renombre y a su vez se notaban muy interesados en otras de las cuales no se esperaba tanta atención.

Al anotar los precios finales en el catálogo que ofrece la casa de subastas a los asistentes, me sorprendía el darme cuenta lo diferente que la industria del arte se comporta a cualquier otra y eso, en mi opinión, es aquello que la hace interesante ya que todos los que participan en ella están en la interminable búsqueda de encontrar la ventaja clave para recibir los beneficios económicos que ésta puede llegar a ofrecer.

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